La biodiversidad es el entramado delicado que conforman los animales, insectos y vegetales que habitan en un mismo territorio. Esta red de relaciones que sustenta sus vidas se fue creando durante miles de años y su equilibrio es tan complejo como susceptible a los cambios externos.
Entre las amenazas a la biodiversidad que más se conocen están el cambio climático, el avance de la frontera agropecuaria y el tráfico de fauna silvestre. Pero también existe otro gran problema que son las Especies Exóticas Invasoras (EEI).
Qué son las Especies Exóticas Invasoras
Este tema, que es muy serio, puede ilustrarse -como tantas otras cosas- con un capítulo de Los Simpsons. Así como lees, en ése en el que Bart termina generando un problema diplomático con el gobierno de Australia, ¿te acuerdas?
En ese episodio, Bart está en el aeropuerto con Lisa y tiene que dejar a una rana que llevaba como mascota en su mochila porque ven un cartel sobre que no se permite ingresar plantas o animales exóticos al país. Desde ahí, la ranita entra al ecosistema local junto a un canguro y genera caos, multiplicándose sin control y comiéndose las cosechas.
No hay mejor manera de entender lo que son las Especies Exóticas Invasoras. Es decir, “aquellas plantas, animales o microorganismos trasladados de manera voluntaria o accidental más allá de sus límites naturales de distribución” según explicita el Convenio de Diversidad Biológica.
Este ingreso de criaturas que no corresponden al lugar pone en jaque al ecosistema nativo y a los seres que viven allí. Esto se debe a que las EEI consumen más recursos para desarrollarse -debido a que no están adaptadas al clima del lugar- y porque se reproducen exponencialmente al no tener predadores ni plagas que controlan naturalmente su crecimiento.
Es decir, no se ven afectadas por ningún factor, lo que ayuda a que estas especies vayan tomando más y más espacio en detrimento de las que son propias del lugar. Así se van desparramando sin límite y comienzan a generar daños ambientales y económicos enormes.
Ejemplos de Especies Exóticas Invasoras en Argentina, Chile y Colombia
En Argentina uno de los ejemplos de EEI son las ardillas de vientre colorado. Esta especie fue traída en 1970 a Jáuregui, Provincia de Buenos Aires y en la actualidad ya se propagaron hasta llegar a Córdoba, Santa Fé y Mendoza.
A su paso, las ardillas van comiendo cosechas y arruinando cableados públicos. Además de representar un peligro a la salud pública en tanto pueden propagar la enfermedad de leptopirosis.
Por su parte, los castores son otra EEI que fue introducida en Tierra del Fuego en 1.964 para desarrollar la industria peletera. Cuando este negocio dejó de ser próspero, los animales fueron soltados y se convirtieron en un problema tanto para Argentina como para Chile.
Como se sabe, son muy buenos constructores, y así fue que crearon cientos de miles de diques en la región, modificando la morfología e hidrología de cursos de agua y alterando el bosque ribereño. Además, se alimentan de partes de árboles nativos, lo que afectó a especies como los Nothofagus.
En Chile otro caso de EEI se produce con la industria salmonera. La salmonicultura en Chiloé es una actividad que introduce especies exóticas invasoras en grandes piscinas (del tamaño de una cancha de fútbol) para cultivar de manera intensiva y con altas densidades. Esto genera un hacinamiento de estos peces en las balsas jaula (generalmente instaladas en el mar, en canales y fiordos cerrados) que requiere un alto uso de químicos y antibióticos y genera múltiples desechos que contaminan las aguas y fondos marinos.
En 2018, por ejemplo, también sucedió la fuga de más de 7000 salmones de la empresa Marine Harvest en Puerto Montt. Estos ejemplares terminaron depredando y enfermando a las especies endémicas.
En el caso de Colombia se hizo muy popular el caso de los hipopótamos, originarios de África, que el narcotraficante Pablo Escobar introdujo en 1.981 para armar su propio zoológico. Tras ser apresado Escobar, los animales quedaron en libertad convirtiéndose en un enorme problema: rompen los caudales de los ríos, comen grandes cantidades de especies vegetales, todo lo cual afectó seriamente el equilibrio del ecosistema.
Si bien en estos ejemplos hablamos solo de animales, también los hay vegetales, insectos y moluscos que llegan a latitudes que no les pertenecen y se convierten en EEI.
A pesar de que los distintos gobiernos cuentan con planes de erradicación, contención, control y mitigación, sin dudas los daños que provoca introducir especies exóticas son enormes.
Porque incluso existe una tendencia predominante en el paisajismo que privilegia especies foráneas frente a las locales. Es por todo esto que esta información debe seguir circulando: para que podamos entender el mecanismo de las Especies Exóticas Invasoras y aprendamos a cuidar la naturaleza y sus particularidades.