Brasil está siendo golpeado por uno de los peores eventos meteorológicos de su historia. Las cifras son alarmantes: más de 1 millón de personas resultaron afectadas, con 147 muertos y 127 desaparecidos. 

Comunidades Afectadas por Inundaciones en São Leopoldo, Rio Grande do Sul. ©Tuane Fernandes / Greenpeace

Esta situación no se trata de un problema aislado: es la cuarta vez en menos de un año que la región sufre inundaciones masivas. Un escenario fatídico que la ciencia viene alertando desde hace décadas y que hoy es parte de la nueva (y grave) realidad del clima.

©Tuane Fernandes / Greenpeace.

Solo en el área alrededor de Porto Alegre -la capital del estado-, donde convergen cuatro ríos para formar el Guaíba, los investigadores estiman que cerca de 3.800 kilómetros cuadrados quedaron bajo el agua. Esto equivale a la extensión del área metropolitana de Washington DC, según informa la agencia Reuters.

Comunidades Afectadas por Inundaciones en São Leopoldo, Rio Grande do Sul
Inundaciones en Porto Alegre. ©Tuane Fernandes / Greenpeace.

Con cientos de miles de familias huyendo de las inundaciones, el desastre podría desencadenar uno de los mayores casos de migración climática en la historia reciente del país tropical.

©Alass Derivas / Greenpeace.

Detrás de la tragedia hay una causa clara: la crisis climática y la falta de políticas de prevención y adaptación. Es hora de reconocer la realidad y tomar medidas concretas para enfrentar este desafío global.

La Directora Ejecutiva de Greenpeace Brasil, Carolina Pasquali, remarca que “Lamentablemente, eventos climáticos extremos como el que actualmente azota a Rio Grande do Sul son cada vez más intensos y frecuentes y, para enfrentar el escenario de emergencia climática, necesitamos políticas públicas concretas que apunten a adaptar las ciudades y crear una sólida cultura de prevención. Estamos hablando de presupuesto, priorización, seriedad y coordinación entre el ámbito municipal, estatal y federal.

Greenpeace brinda ayuda a las comunidades afectadas

Greenpeace Brasil está trabajando para fortalecer la red de contención para la población a través de una campaña de recaudación de emergencia. A su vez, ya se ha realizado la entrega de agua, alimentos, medicamentos y equipos de rescate para contribuir con la operación de apoyo a las víctimas de las inundaciones.

Pasquali cuenta que “Estamos en contacto directo con organizaciones locales y con nuestros voluntarios en el estado para apoyar las demandas de emergencia, comprender las necesidades y actuar para abordarlas. Esto se traduce, por ejemplo, en apoyar la instalación de comedores solidarios para preparar loncheras, comprar productos de higiene y alimentos, enviar un equipo al campo para apoyar la logística, comprar y distribuir miles de filtros de agua potable, apoyar a los pueblos indígenas afectados, entre otras acciones”.

Por supuesto, desde nuestra organización continuaremos con el compromiso de luchar para que la causa ambiental sea una prioridad. Por eso, exigimos que los gobiernos y las industrias asuman su responsabilidad.

©Tuane Fernandes / Greenpeace.
©Tuane Fernandes / Greenpeace.

“Sólo podremos evitar lo peor de la crisis climática, que destruye vidas y sueños y es cruel, especialmente con quienes ya viven en condiciones vulnerables, si la afrontamos con responsabilidad. Para lograrlo, necesitamos implementar un plan sólido de adaptación y mitigación, priorizando una transición energética verdaderamente justa”, remarca Pasquali.

El cambio climático no espera y nosotros tampoco deberíamos. Es momento de actuar con determinación y responsabilidad para proteger nuestro único hogar  ¡El momento de actuar es ahora!