De cara al nuevo año que ya estamos transistando, venimos a reinvindidar el poder transformador que nace de experimentar el goce, de sentirse bien y estar en comunidad. 

Especialmente cuando se trata de activistas y defensores del ambiente, quienes solemos estar más acostumbrados a otros sentimientos como enojo, indignación e impotencia. Ojalá podamos incorporar el ejercicio de darnos espacios donde sentirnos a gusto porque esta es una gran forma de contribuir a nuestra salud mental y tener a mano un antídoto para la eco-ansiedad.

Como dice la Psicóloga Mayneé Cortés en su cuenta Laboratorio Afectivo, “Una  lucha social no se puede sostener sólo de ira y dolor. No podemos olvidar que una parte importantísima de buscar la justicia también es reclamar nuestro derecho a gozar, reírnos, sentirnos plenos y disfrutar de lo que somos y hacemos. Porque si algo nos quita la violencia y la opresión es eso, nuestras posibilidades de construir desde el placer.

Es por esto que el cuidado y la diversión deben ser también parte de nuestros espacios y nuestras estrategias”, dice Cortés. “¿De qué maneras podemos procurar el placer y el cuidado en espacios que constantemente nos duelen? es una pregunta complicada y la respuesta no es muy clara, pero es importante seguir haciéndola y buscar contestarla en colectivo”.

No es tarea fácil pero estar presentes en los momentos alegres es un buen inicio. Después, buscar actividades y motivos para que sigan surgiendo alegrías a través del tiempo. Desde ya, no es la intención forzarnos a sumar una obligación extra a la larga lista de pendientes sino tener hábitos amorosos de autocuidado que nos brinden bienestar y placer

Alimentar estos sentimientos positivos no es banal. Es una forma de mantenernos sanos para vivir una buena vida y poder seguir luchando. Porque como definió el filósofo Gilles Deleuze “La alegría es resistencia, porque no se rinde. La alegría como potencia de vida nos lleva a lugares donde la tristeza nunca nos llevaría”. 

Si te interesó este tema creemos que una buena manera es empezar por responderte: ¿qué lugar le doy a la alegría y al goce en mi rutina actual? ¡Te leemos en comentarios!