Científicos alertan sobre los peligros significativos que conlleva la minería marina para los ecosistemas oceánicos. Resaltan que los impactos serán “irreversibles y duraderos”, y que incluyen poner en peligro a especies ya complicadas a nivel global, como las ballenas azules

La Universidad de Exeter y los Laboratorios de Investigación de Greenpeace publicaron hace una semana un paper que hace foco en la superposición entre los cetáceos (como las ballenas, delfines y marsopas) y los sitios elegidos para la minería marina, en especial en el Océano Pacífico

El estudio habla sobre la urgente necesidad de hacer estudios para evaluar las amenazas que supone para estos mamíferos, en especial en lo que refiere a la polución sonora que provocarán las operaciones marinas que se proponen realizar. 

Las compañías aún no recibieron el permiso para empezar las operaciones a gran escala, lo que no les impide presionar a los gobiernos para que den luz verde para poner en marcha a partir de julio de 2023

Las licencias que pueden ser concedidas este año abrirán cientos de kilómetros de fondo marino a la minería. Pero la codicia de las empresas no conforme con eso busca hacerse con recursos de otros ecosistemas importantes como los montes y respiraderos de termas submarinas. 

Para poner en términos cotidianos lo que implica esta invasión en el océano, hogar de miles y miles de especies, la Da. Kirsten Thompson de la Universidad de Exeter ejemplificó:

“Imagina tener una obra en construcción en tu vecindario 24/7, tu vida cambiaría dramáticamente. Tu salud se vería afectada, hasta tu conducta se modificaría para poder escapar de ese sitio. No es diferente para ballenas y delfines.”

La Zona Clarion-Clipperton (CCZ) entre México y Hawaii en el Océano Pacífico es hábitat de al menos 25 especies de cetáceos, entre ellos delfines y cachalotes. Es, también, un área natural codiciada por sus minerales y metales. Tanto que ya 17 los contratos que esperan permiso para hacer minería en sus profundidades. 

Maquinarias gigantes aguardan la orden para adentrarse en este espacio natural, generando tanto ruido que puede interferir en las frecuencias que usan los cetáceos para comunicarse.  

Louisa Casson, Líder de nuestra Campaña que busca Frenar la Minería Marina, dijo: “Esta actividad puede dañar al océano en formas que aún no llegamos ni a comprender y a expensas de las especies que allí viven, como las ballenas azules, protegidas desde hace muchos años. Los gobiernos no deben mantener sus compromisos de proteger los océanos.”