Pasó otro año y la Comisión del Océano Antártico (CCAMLR) no creó los prometidos santuarios marinos, otra vez. A pesar del abrumador apoyo de los gobiernos, no se logró consenso para proteger amplias áreas de la Península Antártica, Antártica Este y el Mar de Weddell. Así, la colonia de crianza de peces hielo más grande del mundo -donde hay 60.000 nidos aprox.- quedó sin protección alguna.
A pesar de esto, hay que mirar el vaso medio lleno en el que Greenpeace tiene un gran mérito. Se nombraron 8 nuevos Ecosistemas Marinos Vulnerables, zonas de fondo marino antártico únicos de gran biodiversidad, donde desde ahora la pesca está prohibida.
7 de estos sitios fueron documentados durante salidas de buceo hechas desde el barco de Greenpeace, Arctic Sunrise, y cubren 70 km2 en total. Su importancia radica en que la diversidad asombrosa de esponjas y corales que tienen en que son hogar de especies como pulpos y peces de hielo.
La Dra. Susanne Lockhart, científica líder de la expedición de Greenpeace, dijo al respecto:
“Es preocupante que la Comisión no haya logrado el consenso. Sin embargo, la protección de estos 7 sitios propuestos por Greenpeace, y uno adicional, nos da esperanza. Porque así comunidades maduras no están amenazadas por las actividades de pesca en el fondo marino.”
Por su parte, la Dra. Laura Meller de la campaña Protege a los Océanos expresó estar contenta de haber conseguido protección para estos Ecosistemas Marinos Protegidos que son “pequeños universos que no se repiten en ningún otro lugar de la tierra”.
Meller aprovechó también para expresar que la Comisión falló al no poder tomar medidas en la medida en que lo necesitan los océanos y la crisis climática y remarcó que “billones de personas dependen de la salud de los océanos, que juegan un rol vital para pelear contra el colapso climático”.