Fanny Jönsson es la coordinadora de comunicaciones de Greenpeace Nordic a bordo del barco Arctic Sunrise que se encuentra en el Ártico como parte del tour de la organización para defender los océanos del mundo. Este es su relato desde el Polo Norte.

“Cuando miro por la ventana de mi camarote, lo único que veo es el agua cristalina y turquesa con algunos trozos de hielo blanco y azul flotando en ella. En el horizonte lejano veo grandes triángulos blancos. Los triángulos, que en realidad son montañas, casi parecen merengues con sus picos suaves cubiertos por una capa de nieve en polvo.

El otro día vi a una madre morsa que parecía besar a su cachorro en un témpano de hielo que pasaba por mi ventana.

Estoy a bordo del Arctic Sunrise, en algún lugar del mar de Barents, frente a la costa de Svalbard.

Pero aquí, hay otras cosas que no son tan hermosas. De vez en cuando se escucha un sonido, como un fuerte trueno, que rompe el sonido de la nave. Unos minutos más tarde, un enorme oleaje golpea la nave. Eso significa que otra pieza del glaciar se ha convertido en un iceberg y se ha unido al agua cada vez más cálida.

Algunos días el clima hasta aquí incluso ha llegado a cero. Es a finales de abril.

La temperatura promedio aquí este mes ha sido más de 8ºC más alta de lo normal. Los últimos 100 meses en Svalbard han tenido temperaturas por encima del promedio.

Entonces, ¿por qué estoy aquí?

Me uní a la nave para ayudar a contar la historia de una de las expediciones más ambiciosas de Greenpeace. Navegamos desde el norte del Ártico hasta el fondo de la Tierra en la Antártida. Estamos arrojando luz sobre las principales amenazas que enfrentan nuestros vastos océanos; desde el cambio climático, a la sobrepesca y la pérdida de biodiversidad; Desde la perforación petrolera, hasta la minería de aguas profundas y la contaminación plástica.

En este momento, la ONU está discutiendo cómo y dónde debemos proteger nuestros océanos. Según la ciencia, la respuesta es muy clara: una tercera parte de los océanos del mundo debe protegerse para 2030, de lo contrario, los océanos resilientes y vivos que conocemos y amamos serán destruidos.

Eso también significa que mi futuro será destruido. Los océanos saludables brindan seguridad alimentaria a miles de millones de personas y desempeñan un papel crucial en el ciclo del carbono. Cada segundo aliento que tomo viene del océano, así que si muere, entonces yo muero.

Y no dejaré que eso suceda.

La ciencia es muy clara: los santuarios marinos funcionan. Es tan simple como eso. Poner partes del océano fuera del alcance de industrias destructivas permite que las especies se recuperen y con ello su  su capacidad de resurgir. Cuando tenemos océanos con una rica biodiversidad, los océanos son más resistentes al calentamiento global. Es por eso que Greenpeace está haciendo todo lo posible para ayudar a allanar el camino para nuevos santuarios marinos en todo el mundo.

Y para eso te necesitamos. Tu voz es vital si queremos llegar a los líderes que toman decisiones sobre la vida futura de nuestros océanos.

Con tu nombre, sé que lo haremos. “

Si aún no lo has hecho firma la petición para proteger nuestros océanos

 

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