En 2019 más de 40 activistas de Greenpeace bloquearon el ingreso al predio y al basural tóxico e ilegal de Treater S.A, compañía recolectora de residuos provenientes del fracking y proveedora de múltiples petroleras como Shell y Total, entre otras, en el norte de la Patagonia argentina.

Frente a la presentación oficial del Plan Gas presentado por el gobierno, que busca incentivar las inversiones hidrocarburíferas en la formación Vaca Muerta, Greenpeace señaló que reforzar los incentivos a la producción del gas, y de los combustibles fósiles en general en este contexto de emergencia climática es negar las evidencias científicas y volver a recetas que ya fracasaron.

La Patagonia Argentina cuenta con uno de los mejores recursos eólicos en el mundo y el Norte con un enorme potencial en radiación solar, sería razonable invertir en estos desarrollos energéticos que tienen, además, un enorme potencial en la generación de empleo.

La emergencia climática es hoy tan alarmante como la sanitaria. No es una amenaza para el futuro, ya está ocurriendo.  

En nuestro país, los efectos del cambio climático se hacen cada vez más evidentes, con sequías, incendios forestales e inundaciones y tienen altos costos tanto  humanos como financieros, que no entran en la ecuación de los anuncios oficiales. 

Vaca Muerta supone una bomba de gases de efecto invernadero que podrían ser liberados al ambiente.  Avanzar con la apertura de esta formación generaría 50 mil millones de toneladas de emisiones de CO2 durante la vida útil del territorio explotado. 

Argentina debe reafirmar sus compromisos internacionales frente a la emergencia climática, con mayor ambición y urgencia para ir en línea con lo establecido en el Acuerdo de París, lo cual significa abandonar los combustibles fósiles.

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