Francisca García es voluntaria del Equipo de Apoyo Local de Valparaíso hace casi dos años, durante ese tiempo a participado en variadas actividades que ha realizado el equipo. Esta vez nos escribe sobre esta Ballena que apareció en Valparaíso a principios de julio.

Durante la mañana del sábado 6 de julio, la plaza Sotomayor de Valparaíso se convirtió en el escenario para que una ballena jorobada irrumpiera en un mar de plásticos con uno de sus saltos acrobáticos. La imagen en sí es desoladora, sobre todo, porque no es una realidad lejana a la que viven cientos de especies marinas día a día, nadando en mares plagados de plástico y falleciendo por la ingesta de este. Sin embargo, en medio de todo este panorama desalentador, vemos un pequeño espacio que nos permite dar un salto de fe: la esperanza de que aún podemos hacer algo. La idea de esta actividad comenzó a gestarse hace un par de meses atrás, cuando en conversaciones entre voluntarios y voluntarias del equipo, nos preguntamos si las personas realmente dimensionan cómo lucen los 51 kg de plásticos que se generan por persona en Chile al año y así fue cómo el concepto de una ballena tamaño real junto con una gran cantidad de plástico nació. Solo nos quedaban tres cosas pendientes: ¿cómo haríamos la ballena? ¿de dónde obtendríamos el plástico? ¿qué haríamos con este finalizada la actividad?

“Fueron muchas horas de trabajo de diseño y selección de la figura que se presentaría” nos comenta Anita, nuestra encargada del equipo que daría vida a esta ballena – “luego de definir las alternativas de material, llegamos a la conclusión que era buena idea reutilizar una tela que teníamos guardada hace más de diez años, la cual luego descosimos, volvimos a coser y pintamos.”. Posteriormente, tomamos la decisión de hacer un punto de reciclaje simultaneo al montaje de la ballena para recibir plásticos, para que de esta manera la gente también pudiera ser partícipe de la actividad y después sus plásticos ser llevados al punto limpio de Triciclos en Viña del Mar.

Anita nos relata que “la incertidumbre de que lo que va a resultar de este arduo trabajo sea lo que habías planeado en tu cabeza, nos tuvo hasta el fin del proceso muy nerviosas y nerviosos. Felizmente, todo el trabajo rindió sus frutos, demostrando una coordinación eficaz que logró superar los inconvenientes de última hora que se presentaron.”. Desde las alturas la ballena lucía increíble y la cantidad de plástico reunido era mucha más de la que estimábamos. Estábamos sorprendidos. Muchas familias se acercaron durante todo el día para dejar los diferentes residuos plásticos que recolectaron en sus hogares. Era emocionante ver a una abuelita con bastón hacer el esfuerzo de traer su propia bolsa con plásticos o a un hombre que traía sus residuos en una carretilla. Las personas se mostraban comprometidas con aportar desde lo que podían, nos hacían preguntan de si haríamos una reciclatón nuevamente y lucían preocupados, a pesar de tener las ganas de reciclar varios tipos de plásticos no cuentan con lugares dónde hacerlo.

En ellos y ellas vemos la esperanza de que todavía estamos a tiempo de hacer algo, porque la gente es consciente del problema que significa el plástico para nuestras vidas y cómo afecta diversos ecosistemas, están comprometidos a hacer lo que sea necesario para ganar la batalla contra el plástico. Es por eso que, como Equipo de Voluntarios y Voluntarias de Valparaíso, creemos que ya es hora que otras entidades hagan también su parte y solicitamos a la Municipalidad de Valparaíso que escuche a sus habitantes y frene una parte importante de la producción de plástico a través de una ordenanza que prohíba los plásticos de un solo uso en nuestro hermoso y querido puerto.