La contaminación que dejó el basurero tóxico de Comarsa, planta que recolectaba residuos contaminantes provenientes del fracking,  requerirá de un plan de limpieza a largo plazo. Según sus registros, de 300 mil metros cúbicos solo se procesaron 30 mil residuos peligrosos en cinco años.

Para Greenpeace, la experiencia de la empresa Comarsa muestra que el impacto ambiental de los basureros tóxicos en la Patagonia requiere décadas de limpieza para remediar los daños por la contaminación y la mala gestión de los residuos provenientes de la explotación hidrocarburífera en Vaca Muerta.

En el mes de febrero la organización ambientalista bloqueó las instalaciones de Treater S.A., planta depositora de residuos tóxicos, reclamando su cierre e hizo un llamado a las  compañías petroleras como Shell, Total e YPF para que paren de verter sus desechos en la planta.

“El hecho de que a Comarsa le tomará décadas limpiar los desechos petroleros tóxicos en su planta debería  servir como alerta sobre los peligros que representa la contaminación de hidrocarburos en Vaca Muerta y las consecuencias ambientales que implican los basureros tóxicos”, afirmó Paul Horsman, miembro del equipo de campañas de Greenpeace.

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