Cuando uno piensa en Greenpeace, le vienen a la mente imágenes de barcos o lanchas rápidas en alguna parte del planeta deteniendo un atentado ambiental. Los barcos de Greenpeace no sólo son una herramienta importante en la organización, son, además, el inicio de nuestra organización.
Greenpeace comenzó en el mar, cuando doce jóvenes comprometidos rentaron el barco Phyllis Cormack e intentaron detener los ensayos nucleares que Estados Unidos realizaba en las costas de Alaska… No lo lograron, pero a partir de entonces el mundo se dio cuenta de lo que sucedía.
Ese fue el comienzo de una organización que hoy tiene más de 40 oficinas en el mundo y el apoyo de millones de personas. Desde ese día, Greenpeace continúa impidiendo y denunciando atentados ambientales, haciendo labor de investigación y documentación, para proponer soluciones y actuar como agentes de cambio.
Los barcos son herramientas fundamentales en el trabajo de Greenpeace, ya que a bordo de ellos llevamos a cabo campañas en las zonas límite de la destrucción ambiental: por ejemplo, gracias a nuestra flota verde hemos podido documentar y denunciar la ilegal cacería comercial de ballenas en el Santuario Austral, en el Océano Antártico; igualmente, nuestras embarcaciones nos han permitido documentar el derretimiento de la zona glacial ártica, debido al incremento de la temperatura global del planeta, por mencionar sólo dos de las muchas actividades que hemos llevado a cabo surcando las aguas del planeta.
Actualmente, contamos con cuatros barcos: el Rainbow Warrior, el Arctic Sunrise, el Esperanza y el Argus.
Conoce nuestra flota:
El Arctic Sunrise
Arrancó sus travesías con Greenpeace en 1996, con una campaña recorriendo instalaciones petroleras en el Mar del Norte, para después incorporarse a la campaña en defensa del Mediterráneo.
El Arctic Sunrise es asiduo a los mares mexicanos, pues ha trabajando con Greenpeace México en diversas campañas:
- En el 2000, visitó el puerto de Ensenada, donde promovió el santuario mexicano para ballenas.
- En el 2001, recorrió el Golfo de México en la gira Basta de contaminación, en la que clausuró de forma simbólica un ducto por el que Pemex vertía compuestos peligrosos a un arroyo de Coatzacoalcos, y
- En el 2003, interceptó un cargamento de maíz transgénico revuelto con maíz convencional que sería ingresado a México a través del puerto Veracruz.
- Este barco ha surcado todos los mares y en el año 2009 llegó a uno de los puntos más extremos de la zona ártica, desde donde documentó el derretimiento de los glaciares debido al incremento de la temperatura global del planeta. Igualmente, ha ido al Santuario Austral, donde Greenpeace trabaja para denunciar la cacería comercial de ballenas por parte de Japón.
El Esperanza
Empezó a navegar en el 2002; el MV Esperanza es la última y mayor embarcación de la flota de Greenpeace. Es el primer barco que recibió su nombre a través de los visitantes de nuestra web. Fue construido en Gdansk, Rusia, en 1984, donde era usado como barco de bomberos.
Con 72 metros de eslora y una velocidad máxima de 16 nudos, la nave es ideal para un trabajo rápido y largo. Además su capacidad para navegar entre hielo hace posible que también pueda trabajar en regiones polares.
La reconversión en un barco respetuoso con el medioambiente ha durado meses, y entre las mejoras se incluyen:
- El retiro o contención seguro del amianto.
- Adecuar un sistema de carburante especial para evitar cualquier derramamiento.
- Una nueva y más eficiente propulsión diesel eléctrica.
- Un sistema de reciclaje de aguas residuales que permite que sólo el agua limpia sea tirada fuera borda.
- Un sistema de calefacción basado en el aprovechamiento de residuos.
- Purificadores de agua.
- Un casco libre de pintura con TBT.
- Refrigeración y aire acondicionado a base amoniaco en vez de utilizar el gas freón que provoca el cambio climático y disminuye la capa de ozono, siendo la primera embarcación holandesa tan bien equipada.
- Un sistema de propulsión, ambiental y económicamente eficiente, para reducir las emisiones de CO2.
- Han sido instalados todos los sistemas de operaciones habituales de Greenpeace, además de un helipuerto y grúas especiales para lanzar las famosas zodiacs.
En campaña:
El MV Esperanza comenzó a trabajar para Greenpeace en 2002 en la campaña de bosques, participó en varias acciones de protesta durante la pasada Cumbre de la Tierra de Johanesburgo, ha documentado el impacto de las flotas pesqueras en las costas africanas y a bordo de él Greenpeace llevó a cabo la campaña “Un año en defensa de nuestros océanos”.
El Rainbow Warrior
Es nuestro barco emblema. Su nombre está inspirado en una profecía de los indios norteamericanos, la cual decía: llegará un tiempo en que los pájaros caerán del cielo, los animales de los bosques morirán, el mar se ennegrecerá y los ríos correrán envenenados. En ese tiempo, hombres de todas las razas y pueblos se unirán como guerreros del arco iris para luchar contra la destrucción de la tierra.
Este es el segundo Rainbow Warrior. Esta es su historia.
El Rainbow Warrior original era un antiguo barco pesquero adquirido por Greenpeace en 1978 y bautizado con ese nombre. Este barco fue hundido por los servicios secretos franceses en 1985, debido a la campaña que Greenpeace llevaba a cabo en contra de los ensayos nucleares de ese país en el Atolón de Mururoa. Este atentado no sólo hundió al Guerrero del arcoiris… también le costó la vida al fotógrafo Fernando Pereira.
Tras el hundimiento del Rainbow Warrior I en Mururoa, este nuevo guerrero del arcoiris se diseñó con el objetivo de minimizar al máximo su impacto sobre el medio ambiente. Así, su posibilidad de navegar a vela y su dotación de paneles solares permite un importante ahorro de combustible.
En campaña:
Comenzó a operar en 1989, en una campaña en defensa del Pacífico. En junio de 1992 estuvo en Río de Janeiro durante la celebración de la Cumbre de la Tierra y en el verano de 1993 sustituyó al Sirius en una campaña en defensa del mar Mediterráneo.
Ha participado también en campañas en contra de centrales nucleares, para frenar el tráfico ilegal de madera procedente de las selvas tropicales y con destino a Europa y contra la fabricación y uso del PVC.
En 1995, como su predecesor, volvió al Pacífico para, en el décimo aniversario del hundimiento del Rainbow Warrior I, manifestarse en contra de las pruebas nucleares francesas. Precisamente en la fecha en que se conmemoraba este aniversario, el Rainbow Warrior II fue brutalmente asaltado por tropas francesas.
A México ha venido en dos ocasiones: en 1997, para la campaña en contra de la explotación petrolera llamada la Ruta del petróleo y en 1998, para luchar en contra de la ampliación del puerto de Cozumel.