
- Se trata de un hito histórico en la defensa de los océanoses. Ahora es urgente que los países desarrollen normativas que permitan garantizar la protección del 30% de las aguas internacionales antes de 2030
- Para llegar a proteger el 30% antes de 2030 los Estados deben proteger anualmente un área de una extensión equivalente al tamaño de Canadá

20 de septiembre de 2025.– Después de más de dos décadas de trabajo incansable de activistas, ambientalistas, científicos, celebridades y la movilizción ciudadana global el Tratado Global de los Océanos alcanzó las 60 ratificaciones, lo que en la práctica supone la entrada en vigor en 120 días de un acuerdo histórico.

Greenpeace celebra este hito crucial para la protección de las aguas internacionales y señala ahora que es responsabilidad de todos los países actuar con urgencia antes de la primera COP (Conferencia de las Partes de Naciones Unidas) de los océanos, que se celebrará en 2026.

Esta victoria es crucial: si se implementa este compromiso global, supondrá un antes y un después en la vida de nuestros océanos.
El tratado es una herramienta poderosa que los gobiernos pueden utilizar para crear una red de santuarios marinos: zonas vedadas a las actividades humanas destructivas que han devastado los ecosistemas marinos durante décadas. La comunidad científica es rotunda: si protegemos al menos el 30% de los océanos del mundo para 2030 —tal y como recoge el tratado—, la vida oceánica podrá recuperarse.
Greenpeace urge, además, a todos los países que todavía no han ratificado el Tratado a que lo hagan antes de que se celebre la COP de los Océanos. De no hacerlo, se quedarían fuera de las negociaciones y de la protección de las aguas internacionales.
A día de hoy, solo el 0,9% de las aguas internacionales está completa o altamente protegida, por lo que el Tratado es crucial para aumentar esta protección, a través de la creación de santuarios marinos que ayuden a mitigar la crisis climática y salvaguardar la seguridad alimentaria para los miles de millones de personas que dependen de los recursos de los océanos.

Un nuevo análisis de Greenpeace revela que para proteger el 30% de las aguas internacionales antes de 2030, tal y como señala el Tratado, los Estados deberían proteger más de 12 millones de km2 anuales en los próximos 5 años. Es decir, un área con una extensión equivalente al tamaño de Canadá.

“Es un momento histórico para la protección de los océanos, la prueba de que los países pueden unirse para proteger nuestro planeta azul. Es hora de que la explotación y la destrucción en alta mar terminen y el Tratado Global de los Océanos es la herramienta necesaria para que esto ocurra. Pero no debemos confiarnos. La comunidad científica señala que debemos proteger al menos el 30% de nuestros océanos antes de 2030 y el tiempo se acaba. Los Gobiernos de todo el mundo deben aprovechar la ocasión para asegurar que la primera COP de océanos sea un punto de inflexión y deben empezar a trabajar para poner en marcha los santuarios marinos que pide el Tratado. Nuestros océanos no pueden esperar. El mundo no puede esperar”, afirmó Mads Christensen, director ejecutivo de Greenpeace Internacional.
Para establecer una red de santuarios marinos en aguas internacionales y lograr la protección del 30% de los océanos antes de 2030, Greenpeace demanda que:
- Los Gobiernos aprovechen los próximos meses, antes de que tenga lugar la primera COP de los océanos, y empiecen a trabajar en la declaración de santuarios en aguas internacionales. Estas zonas deben estar total o altamente protegidas para garantizar que extensas áreas del océano queden libres de actividades extractivas y destructivas del ser humano, a diferencia de muchas de las actuales áreas marinas protegidas, que solo lo son sobre el papel.
- Los Gobiernos garanticen que el Tratado sirva para aplicar medidas rápidamente, sin verse atrapados en retrasos o tener que depender de entidades como las organizaciones regionales de ordenación pesquera.
- Los Gobiernos aseguren que la declaración de santuarios se realiza con base en la evidencia científica disponible y contando con la participación de los pueblos indígenas y las comunidades locales, a fin de garantizar que el proceso está respaldado por la ciencia y es socialmente justo.

Greenpeace destaca el poder de la ciudadanía cuando actúa y se une para presionar y agradece a todas las personas que han apoyado esta campaña por la protección de los océanos: los más de tres millones de socios y socias en todo el mundo, el sector de la pesca artesanal y cientos de personalidades del sector de la cultura a nivel global.
Una vez más, esta victoria nos demuestra que la movilización social funciona. Durante más de 20 años, miles de personas hemos estado alzando la voz para proteger la vida oceánica. Hoy podemos decir que, gracias a este esfuerzo, los santuarios en altamar pronto serán una realidad.