La ciencia nos permite proyectar escenarios futuros para anticiparnos a problemas y también para trabajar en posibles soluciones. Uno de esos pronósticos fue difundido por la agencia de noticias Reuters y asegura que la población de pingüinos emperadores en la Antártica se reducirá en al menos 1/5 para el año 2.100 a causa del calentamiento global.
Los especialistas anticipan que a medida que se siga afinando el hielo marino sobre el cual estas aves se reproducen, será menos seguro para ellas. Esto repercutirá de manera inmediata en su forma de vida porque al haber muy poco hielo se provocarán olas que terminarían por separar a las colonias en la época de primavera.
La particularidad de este estudio radica en ser el primero que ofrece un panorama de largo plazo enfocado en esta especie de pingüinos, que son un emblema. Al mismo tiempo, el reporte sugiere tomar medidas preventivas de inmediato.
Para empezar, se insta a poner a estas aves en la lista de animales en peligro y crear reservas marinas en el Mar de Ross y frente al este de la Antártica -propuestas a las que Rusia se opone-. Si se planea proteger a esta especie antes de que sea tarde, el momento de actuar es ahora.
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A principios de este año, el equipo a bordo del barco Arctic Sunrise puso en alerta sobre la situación climática en la Antártida, hogar del pingüino emperador y otros seres únicos. La expedición buscaba impulsar un Tratado de Protección de los Océanos en la conferencia de la ONU que finalmente fracasó en marzo pasado.
Con o sin tratado, la realidad sigue siendo la misma: las poblaciones de pingüinos son afectadas de manera muy grave por la rapidez del impacto del cambio climático en la Antártida, un ecosistema clave que continúa calentándose a una velocidad alarmante.
2022 es el año en que el hielo marino antártico alcanzará la extensión más baja registrada por satélite en su historia, según difundió el Centro Nacional de Datos de Hielo Marino. Así, estamos frente a una caída que no tiene precedentes desde que comenzaron las mediciones.
En conclusión, el casquete polar de la Antártida está perdiendo masa tres veces más rápido ahora que en la década de 1990 y contribuye al aumento global del nivel del mar. Los hechos son duros y sabemos que estas noticias pueden generar tanto miedo que se termine por pensar que ya no hay nada para hacer al respecto.
Sin embargo, todavía estamos a tiempo de cambiar las cosas. Necesitamos preservar los océanos porque de su salud depende también la nuestra y la de todos los seres que viven en él.