Un nuevo estudio científico  confirma que entre el 1 de mayo de 2024 y el 1 de mayo de 2025 -periodo que marcó el año más caluroso de la Tierra jamás registrado casi la mitad de la población mundial (4.000 millones de personas) sufrió al menos un mes más de calor extremo debido al cambio climático.

Ola de calor en la Costa Oeste, California, julio 2024. © David McNew / Greenpeace
Un huevo se dejó en el asfalto durante una ola de calor extrema el 10 de julio de 2024 en el Parque Nacional del Valle de la Muerte. © David McNew / Greenpeace

Dicho de otra manera, el cambio climático ha duplicado el número de días de calor extremo en todo el mundo en ese marco temporal. Así lo confirmó el informe más reciente de World Weather Attribution, Climate Central y el Centro del Clima de la Cruz Roja que traduce en datos duros y comprobados uno de los efectos de vivir en un mundo que está cada vez más caliente. 

Entre los casos analizados en Latinoamérica se encuentran Argentina, donde el cambio climático añadió 22 días de calor extremo de un total de 55. Sin el cambio climático inducido por el hombre, una persona media en el país habría experimentado sólo 33 de esos días.

En tanto el caso de México es aún más agudo: experimentó 82 días de calor extremo. Sin el cambio climático inducido por el hombre, la persona promedio en el país habría experimentado sólo 31 de esos días. Esto significa que el cambio climático añadió 51 días de calor extremo.

En este video, la periodista argentina especializada en ambiente, Laura Rocha, lo explica en detalle:

Los efectos invisibles de las ola de calor en la salud humana

“Las olas de calor no dejan un rastro de destrucción como los incendios forestales o las tormentas. Sus efectos son en su mayoría invisibles, pero silenciosamente devastadores: un cambio de solo 2 o 3 °C puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para miles de personas”, advierte el Dr. Ben Clarke, investigador del Centro de Política Medioambiental del Imperial College de Londres.

En el estudio más reciente del que fue parte junto a científicos del Imperial College London y la London School of Hygiene & Tropical Medicine, se descubrió que la ola de calor que afectó a Europa entre el 23 de junio y el 2 de julio pasados provocó al menos 1.500 muertes adicionales atribuibles al cambio climático

El personal de Greenpeace monitorea la temperatura de la superficie en Roma, utilizando una cámara térmica.

Este trabajo muestra “lo peligroso que ya es el cambio climático con solo 1,3 °C de calentamiento. Sin embargo, podríamos alcanzar los 3 °C en este siglo, a menos que los países aceleren la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables. Esto provocaría olas de calor más intensas en Europa, causando más muertes y ejerciendo una mayor presión sobre los sistemas sanitarios”, apunta el Dr. Clarke. 

El informe calculó que el uso de combustibles fósiles triplicó el número esperado de muertes. Milán, Barcelona, París, Londres y Roma fueron algunas de las ciudades más afectadas. La mayoría de las víctimas tenían más de 65 años. Estas cifras ya superan el número de muertes de desastres anteriores como las inundaciones de Valencia en 2024 o las de Alemania y Bélgica en 2021.

Activistas de Greenpeace España cubrieron el emblemático monumento de las Setas de Sevilla con una enorme pancarta que mostraba el mensaje: “Están destruyendo el planeta. Y tú lo estás pagando”. © Pedro Armestre / Greenpeace

Los científicos advierten que el número de víctimas seguirá creciendo si el mundo no deja de quemar carbón, petróleo y gas.

El calor extremo ya tiene su propia fecha de calendario

Desde 2022 el 2 de mayo es el Día de Acción por el Calor (Heat Action Day en inglés), una jornada que busca generar conciencia sobre los efectos del calor extremo en las personas y el planeta, eventos que son cada vez más intensos, frecuentes y mortales. Liderado por las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja y socios , esta fecha busca movilizar a las ciudades, comunidades y organizaciones de todo el mundo para tomar medidas simples de prevención de enfermedades relacionadas al calor extremo.