El 2025 fue un año de enormes desafíos para el ambiente en Colombia y en el mundo. En un contexto complejo, marcado por retrocesos, conflictos socioambientales y presiones crecientes sobre los bienes comunes, en Greenpeace Colombia redoblamos nuestro compromiso histórico de proteger el planeta. Hace 50 años que trabajamos con la misma convicción: defender la naturaleza y a las comunidades que la habitan no es una opción, es una responsabilidad que no se negocia.

Rainbow Warrior en Cartagena, Colombia. “Respeta la amazonía”
© Diana Rey Melo / Greenpeace

A lo largo de este año impulsamos campañas y acciones clave para visibilizar problemáticas urgentes y demandar acciones concretas, las cuales fueron posibles gracias a la participación ciudadana. Llevamos adelante la campaña Respeta la Amazonía, exigiendo al gobierno terminar su destrucción y proteger a quienes la habitan, también participamos de la segunda sesión de la COP16 de la Biodiversidad en Roma, para demandar decisiones que quedaron pendientes en Cali en 2024, como la financiación para la protección de la naturaleza.

Adicionalmente, sondeamos en dos ocasiones la opinión pública colombiana para entender sus preocupaciones ambientales y así trabajar en lo que es prioritario para la ciudadanía y consultamos su postura frente a la deforestación y la importancia de los bosques para enfrentar la crisis climática, datos clave para la incidencia en política pública. En esta nota repasamos los principales hitos de un año de trabajo sostenido, acción directa y defensa del ambiente, guiados por la certeza de que proteger la vida hoy es garantizar nuestro futuro común.

1. #RespetaLaAmazonía, un fuerte pedido que se hicimos oír durante la COP30 del clima

© Diana Rey Melo / Greenpeace

En vísperas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025 (COP30) que se realizó en Belém, Amazonía brasileña, y en el marco de nuestra campaña #RespetaLaAmazonía, las acciones de Greenpeace Colombia comenzaron con la llegada del emblemático barco de Greenpeace, el Rainbow Warrior – Guerrero del Arcoiris, a la ciudad de Cartagena. Durante su visita lanzamos la campaña para exigir protección por nuestra selva y recordar su relación interdependiente con otros ecosistemas del país, como los océanos y el caribe Colombiano.

© Diana Rey Melo / Greenpeace
© Diana Rey Melo / Greenpeace

La visita del barco insignia de Greenpeace, el Rainbow Warrior, fue un momento inolvidable de esta campaña. En su visita por Cartagena recibió a 22 personas voluntarias de Greenpeace Colombia, quienes conocieron de cerca a la embarcación, conversaron con la tripulación y conocieron sus rutinas. También aprendieron un poco más sobre la historia de la organización y se prepararon para llevar adelante una acción clave de difusión frente a la emblemática Torre del Reloj en Cartagena. Al partir hacia Belém, el Rainbow se llevó consigo un mensaje contundente: la Amazonía es el epicentro climático, biológico y cultural del país, y protegerla es una urgencia que no puede esperar.

Seguidamente, a días previos de la COP30 realizamos una acción que combinó el Artivismo y la participación ciudadana en el Parque de los Periodistas Gabriel García Márquez. Allí, las letras gigantes que conforman la palabra “AMAZONÍA” fueron transformadas en una obra realizada por la artista Green Amarilla con apoyo del voluntariado, simbolizando las principales amenazas que enfrenta el bosque tropical más grande del planeta: la ganadería extensiva, la minería y la expansión de hidrocarburos. De esta manera, enviamos un mensaje claro al Gobierno colombiano y a la comunidad internacional: la Amazonía no se negocia, se defiende.

Parque Periodistas
© Diana Rey Melo / Greenpeace
Parque Periodistas
© Diana Rey Melo / Greenpeace

Este fue el primer paso para instar a las y los delegados en Belém a garantizar que la COP30 resulte en un plan global histórico para poner fin a la destrucción de los bosques y cerrar urgentemente la brecha de ambición para mantener el aumento de las temperatura promedio global por debajo de los 1,5 °C, alineada con el Acuerdo de París.

También impulsamos una movilización histórica: más de 20.000 personas firmaron para exigir respeto y protección para la Amazonía colombiana, mientras que a nivel global se movilizaron más de 500.000 personas a la campaña, un proceso que que permitió demostrar que la Amazonía está en el centro del debate público y es una de las principales preocupaciones de las y los colombianos. . 

Esta presión ciudadana tuvo impacto directo en la COP30, donde 90 países respaldaron la necesidad de crear una hoja de ruta concreta para detener la deforestación hacia 2030. Logramos pasar de no tener ninguna mención por parte de los países sobre la deforestación a tener un amplio número de ellos exigiendo acciones concretas para proteger nuestros bosques y eso es el resultado de la presión ciudadana.

2. Lanzamos los resultados de encuestas nacionales cruciales referidas a deforestación y medio ambiente 

© Nathalia Angarita / Greenpeac

En conmemoración al Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), Greenpeace Colombia y Sentimientos Públicos presentamos los resultados de la primera Encuesta Nacional de Medio Ambiente, un estudio que revela una ciudadanía ambientalmente activa, preocupada por el impacto de la crisis ecológica en su día a día, y decidida a actuar. El reto: transformar ese interés en acción efectiva y sostenida.

Con una muestra representativa de más de 2.200 personas en todo el país, el estudio arrojó una conclusión contundente: Colombia quiere cuidar el planeta. El 91% de los encuestados manifestó estar interesado en los temas ambientales, y el 86% afirmó que estos afectan directamente su vida cotidiana.

En octubre, compartimos los resultados de una nueva encuesta nacional sobre reducción de la deforestación realizada por Greenpeace Colombia. A través de ella, revelamos una alerta ciudadana: el 88% de la población colombiana pide acciones urgentes para proteger nuestros bosques. Además, el 84% considera que el Gobierno debe redoblar esfuerzos para frenar la deforestación y que las empresas deben estar legalmente obligadas a garantizar que sus productos y cadenas de suministro estén libres de deforestación.

La encuesta, realizada en el marco de la campaña global Respeta la Amazonía, evidencia el creciente consenso ciudadano sobre la urgencia de proteger uno de los ecosistemas más importantes del país y el mundo. Esto sucede a pocas semanas de dar inicio a la Cumbre del Clima, la COP30 en Belén, Brasil, en donde los líderes mundiales, incluido Colombia, tomarían decisiones sobre el futuro de nuestros bosques.

3. Participamos en la segunda parte de la COP16 de la Biodiversidad en Roma 

Seis fichas de dominó gigantes y coloridas, que representaban especies animales, y un billete de dólar estadounidense, se colocaron en el césped frente al edificio, acompañadas de pancartas, para exigir el cumplimiento de los compromisos financieros para la protección de la naturaleza. Entre los mensajes en italiano mostrados por los activistas se encontraban: "Si la naturaleza cae, el mundo cae" y "Cumple tus promesas, salva la naturaleza".
En vísperas de la inauguración de la Conferencia de las Partes sobre Biodiversidad (COP16Bis) en Roma, Greenpeace se manifestó frente a la FAO. Entre los mensajes mostrados por los activistas se encontraban: “Si la naturaleza cae, el mundo cae” y “Cumple tus promesas, salva la naturaleza”.

Desde Greenpeace Colombia participamos de cerca en la segunda fase de la COP16 del Convenio sobre la Diversidad Biológica, que reunió a los gobiernos durante tres días de negociaciones en Roma con el objetivo de cerrar un acuerdo clave sobre la movilización de financiamiento para la naturaleza. Si bien en la COP16 realizada en octubre de 2024 se habían registrado avances importantes, la suspensión de último momento por falta de quórum en Colombia dejó un sabor amargo tanto para las delegaciones como para la sociedad civil. La segunda parte de las negociaciones resultaba fundamental para asegurar recursos suficientes que permitan proteger y restaurar ecosistemas de alta integridad de manera justa y equitativa durante la próxima década y más allá.

En este contexto, desde Greenpeace incidimos en esta segunda sesión para lograr movilizar recursos comprometidos por parte de países ricos a países megadiversos como Colombia. Reconocemos la decisión de la COP16 sobre el diseño de un plan de financiamiento para la biodiversidad como un paso en la dirección correcta, pero adviertimos que las promesas asumidas en Montreal, durante la COP15 deben transformarse en fondos reales y disponibles con urgencia. 

Es imprescindible que los países con mayor responsabilidad histórica asuman su compromiso y garanticen soluciones justas, priorizando el acceso directo al financiamiento para los Pueblos Indígenas y las comunidades locales. La ambición no puede quedarse solo en palabras: mientras las decisiones se postergan, los ecosistemas continúan colapsando y las comunidades que dependen de ellos no pueden seguir esperando.

4. Estuvimos en Suiza durante las últimas negociaciones para la creación de un Tratado Global de Plásticos

Cientos de ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo se reunieron en la Plaza de las Naciones de Ginebra para exigir un tratado sobre plásticos ambicioso y jurídicamente vinculante que priorice a las personas y al planeta por encima de los contaminadores.
© Samuel Schalch / Greenpeace

Estuvimos en Suiza donde los líderes mundiales se reunieron en la última ronda de negociación para la creación de un Tratado Global de Plásticos para exigir un acuerdo ambicioso y así ponerle un fin a la crisis de plásticos a nivel mundial.

De esta manera, nos sumamos a las voces de recicladores, comunidades de todo el mundo, comunidades locales, Pueblos Indígenas, academia y jóvenes que exigieron a los gobiernos que estén a la altura, corrigiendo el proceso y cumpliendo su promesa de terminar con la contaminación plástica desde la fuente, con un tratado fuerte y efectivo que reduzca su producción.

La importancia de esta acción radica en que la contaminación por plásticos es una crisis global que afecta con especial fuerza a países como el nuestro. Desde la Amazonía hasta los océanos, pasando por ríos, páramos y ciudades, los plásticos y microplásticos se acumulan y perpetúan desigualdades sociales, económicas y ambientales, además de generar impactos en la salud humana. Adicionalmente, al ser producido en 99% por combustibles fósiles, su producción contribuye al calentamiento global con emisiones de GEI. Solo una reducción ambiciosa en la producción podrá cambiar esta realidad.