Cada especie que vive en estas tierras, sea un mamífero, un ave o una planta, tiene un rol específico en su ecosistema, contribuyendo al ciclo de nutrientes, la purificación del agua y el aire, y la regulación del clima. La #COP16 es una oportunidad única para movilizar a Colombia y al mundo en favor de la biodiversidad.  Necesitamos acciones concretas y ambiciosas para asegurar la protección y restauración de nuestros ecosistemas antes de que sea demasiado tarde. 

La riqueza biológica es fundamental para el bienestar humano, ya sea por los recursos naturales provienen directamente de estos ecosistemas, incluyendo alimentos, medicinas y materias primas como por las regulación de ciclos como el del agua, nitrógeno, carbono, básicamente las bases para que se desarrolle la vida en la tierra .

Por todo esto, la riqueza natural de Colombia es de vital importancia no solo a nivel nacional, sino también a nivel global.

¿Cuáles son las consecuencias de perder la biodiversidad?

La biodiversidad en Colombia está amenazada. Se ha observado una reducción del 18% en la biodiversidad, principalmente debido a la pérdida de hábitat natural ocasionada por la agricultura y la ganadería expansiva. Otros factores como la deforestación, minería ilegal, cultivos ilícitos, sobreexplotación de especies silvestres, tráfico, caza, contaminación del agua, expansión urbana e industrial, cambios climáticos, invasiones biológicas y especies invasoras también representan amenazas significativas.

Los servicios ecosistémicos de regulación climática, captura de carbono, banco genético , entre otros., son claves para la conservación del planeta Tierra. Los ecosistemas ricos en biodiversidad pueden anticipar desastres naturales, proteger cuencas y suelos, y regular procesos como la acidificación de los océanos, entre otros.

El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt estima que Colombia alberga aproximadamente 56,343 especies, sin incluir microorganismos, lo que aún más subraya la importancia de proteger esta diversidad. Actualmente, se estima que cerca de 1,200 especies están amenazadas en el país, según datos de los Libros Rojos de Colombia y criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La biodiversidad colombiana es un tesoro invaluable con implicaciones vitales para la sostenibilidad ambiental y social. Protegerla y conservarla debe ser una prioridad nacional e internacional, para asegurar que los servicios esenciales que proporciona sigan estando disponibles para las generaciones futuras.

La pérdida de esa biodiversidad va tener consecuencias inimaginables, solo algunos ejemplos de lo que podría suceder:

Desestabilización Económica: La biodiversidad es fundamental para sectores claves de la economía colombiana. Por ejemplo, sin los polinizadores, tanto la producción de café, un producto vital para la economía del país,  como la seguridad alimentaria, se verían comprometidos. Cuando el cambio climático, modifique las temperatura planetarias, las diferentes especies modificarán sus distribución, por lo que territorios donde antes se producían ciertos frutos, o zonas donde antes se pescaba ciertas especies ya no se podrán obtener estos recursos, afectando distintos sectores productivos. Asimismo, el turismo, que depende del atractivo natural del país, se desplomaría, privando a Colombia de una fuente importante de ingresos.

Caos Climático: La pérdida de especies debilita la protección natural que brindan los ecosistemas, aumentando la frecuencia y severidad de desastres naturales. Por ejemplo, en un lugar donde hay muchas especies de árboles y en gran cantidad, es más fácil que no existan inundaciones o aludes ya que los mismos árboles hacen de sostén del suelo y drenan el agua hacia napas subterráneas, solo por poner un ejemplo.  Por lo que en un escenario con menos biodiversidad, Los Andes y la costa atlántica estarían más susceptibles a inundaciones, mientras que La Amazonía y la Orinoquía podrían enfrentar más incendios. A mayor biodiversidad, los ecosistemas son más resilientes. 


Pérdida cultural: Las comunidades indígenas, como los Kogi, Emberá y Wayuu, sufrirían una pérdida profunda de su herencia cultural. La desaparición de plantas medicinales comprometería los rituales de sanación tradicionales, erosionando el conocimiento ancestral. La conexión con los ancestros se debilitaría, y las historias y mitos que conforman el realismo mágico de su cultura podrían perderse.

Desastres socioambientales como consecuencia de la falta de biodiversidad. 

El cambio climático es la principal amenaza ambiental con la que nuestro planeta está lidiando. Debido a la producción de energías “sucias”, la temperatura de la tierra está aumentando. Esto distorsiona el sistema climático global. Entre un 20-50% de especies endémicas en sitios clave de Sudamérica y Mesoamérica podrían perderse si la temperatura global aumenta 2°C” (IPBES, 2020).

Los desastres socioambientales y la falta de biodiversidad están estrechamente relacionados. La falta de biodiversidad debilita la resiliencia de los ecosistemas y agrava el impacto de los eventos como los desastres naturales.  La biodiversidad es nuestra red de seguridad frente a los desastres naturales. Cuidarla es esencial para proteger nuestro planeta y a nosotros mismos. 

Los ecosistemas biodiversos son como una red compleja de conexiones, donde cada especie cumple un papel específico. Esto garantiza la estabilidad y la capacidad de recuperación frente a perturbaciones o desastres naturales de tipo geológico, hidrológico o meteorológico.

Cuando la biodiversidad es baja o está alterada, los ecosistemas se vuelven más vulnerables a estos eventos. Actualmente, los desastres naturales asociados al cambio climático se están presentando con mucha más frecuencia e intensidad.

Cerca del 90% de los desastres que ocurren en el mundo son de origen hidrometeorológico. Estos impactos provocan a su vez daños económicos y sociales, que serán cada vez más graves, como daños en las cosechas y en la producción alimentaria o riesgos en la salud.

Tipos de desastres: 

Soluciones Basadas en la Naturaleza

    Las soluciones basadas en la naturaleza (SBN) son acciones y políticas para proteger, gestionar de manera sostenible, y restaurar los ecosistemas naturales y modificados a través de la protección, gestión sostenible y restauración. De manera que aumenten su resiliencia y capacidad para abordar esos desafíos sociales y al mismo tiempo que salvaguarden la biodiversidad y mejorar el bienestar humano que abordan los desafíos de la sociedad de manera efectiva y adaptativa, beneficiando simultáneamente a las personas y la naturaleza.

    Las soluciones basadas en la naturaleza y el sector terrestre en general podrían contribuir hasta con un 30% de la mitigación climática necesaria para el año 2050, cumpliendo así con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global.

    Aunque constituyen menos del 5% de la población mundial, los Pueblos Indígenas y las comunidades locales gestionan al menos una cuarta parte de las tierras del mundo y el 80% de la biodiversidad mundial, actuando como guardianes de nuestros sumideros mundiales de carbono y de la vida silvestre, sin embargo, a menudo son excluidos de los procesos vitales de toma de decisiones y de su aplicación. Las SBN ayudan a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también contribuyen a la salud de nuestros ecosistemas y al bienestar de las comunidades.

    Se centran en retos importantes como el cambio climático, la reducción del riesgo de desastres, la seguridad alimentaria e hídrica, la pérdida de biodiversidad y la salud humana, y son fundamentales para un desarrollo económico sostenible. La construcción de las SBN en el país deben responder las necesidades que se están dando en el territorio y en la comunidad. 

    Colombia lidera compromiso global sobre soluciones basadas en naturaleza con el fin de hacer frente al cambio climático: 

    Integración en la planificación urbana IPU: Existen lugares estratégicos en las ciudades que sirven como mecanismos de mitigación climática y mejora de la calidad de vida. Cerros, ríos, humedales, inclusive los techos verdes y los jardines verticales. 

    Conversión Evitada del Bosque CEB: Con el fin de evitar la deforestación y el cambio del uso del suelo, esta estrategia busca proteger los bosques nativos para conservar su biodiversidad, sus funciones ecosistémicas y la emisiones de carbono. En Colombia existen más de 27 millones de hectáreas donde podrían implementar esta estrategia.

    Restauración del Bosque RB: Busca la recuperación de áreas que ya han sido degradadas por minería intensiva, deforestación, tala ilegal, agricultura intensiva, entre otros; a través, de la reforestación y restauración ecológica buscando recuperar la funcionalidad de los ecosistemas, hábitat y retorno de especies. 

    Árboles en Tierras Agropecuarias ATA: En Colombia, donde la agricultura y la ganadería son actividades clave, los sistemas silvopastoriles pueden ser una forma efectiva de combinar producción con conservación. Esta solución implica integrar árboles en sistemas agropecuarios, como pastizales o cultivos. Los árboles proporcionan sombra, mejoran la calidad del suelo y capturan carbono.