El Proyecto de Expansión de Trans Mountain (TransMountain Pipeline Expansion Project) de la empresa Kinder Morgan pretende transportar uno de los tipos de petróleo más peligrosos y contaminantes (alquitrán /arenas bituminosas) a través de 1.150 km desde Alberta (Canadá), pasando por tierras indígenas, hasta la costa de la Columbia Británica (océano Pacífico), exponiendo a los océanos, a sus especies y al agua potable de 17 millones de personas a peligros de derrames tóxicos y daños medioambientales irreparables.

Las compañías constructoras de oleoductos como Kinder Morgan, Energy Transfer Partners (ETP), Enbridge y TransCanada, junto con los bancos mundiales que brindan apoyo financiero y financiamiento, deben suspender la construcción de estos oleoductos peligrosos.

¿Qué son los oleoductos?

Los oleoductos son la forma más común de transportar petróleo y gas desde los sitios de extracción hasta las terminales de exportación y las refinerías. La construcción de nuevos ductos permite la expansión de las arenas bituminosas en Canadá, productor de algunos de los hidrocarburos más sucios del planeta, así como otros proyectos de extracción de petróleo y gas en toda Norteamérica  

Estas tuberías son extremadamente riesgosas. Los registros de seguridad muestran que todas inevitablemente tienen fugas, incluidas los oleoductos de arena de alquitrán. Los derrames contaminan la tierra y el agua, y son muy difíciles de limpiar por completo, en especial los derrames de arenas alquitranadas que pueden hundirse en el agua. Esto impacta en las comunidades y en la biodiversidad.

Por ejemplo, la empresa Energy Transfer Partners, sus filiales, incluida Sunoco, y las empresas conjuntas informaron 527 incidentes con tuberías peligrosas de líquidos a los reguladores federales de Estados Unidos entre 2002 y 2017, lo que significa que sus oleoductos se filtraron cada once días en promedio durante esos 16 años.

¿Qué impacto tendría el proyecto el Proyecto de Expansión Trans Mountain?

Desataría los mismos impactos climáticos que 2.7 millones de autos  cada año y amenazaría más de 1.300 causes de agua.

Este proyecto haría que circulen aproximadamente 350 buques petroleros más por año en el Mar de Salish para transportar millones de barriles de petróleo de arenas bituminosas. Esto representa un aumento del 600% con respecto al número actual de buques que podrían viajar por la costa hasta California poniendo en peligro la vida marina. Habría riesgos de derrames en un camino de más de mil kilómetros.

El aumento en el tráfico de buques cisterna (siete veces más que el actual) tendría un impacto significativo en la fauna marina local, incluida la última población restante de 75 orcas residentes en peligro en el sur, que probablemente serían empujadas a la extinción.

Científicos han advertido que:

Comunidades locales

Debido a estas y otras preocupaciones, muchas comunidades indígenas locales se oponen a los planes para construir nuevos ductos, sin permiso, a través de sus territorios. Si ignoran la oposición de las comunidades indígenas afectadas, los oleoductos violan los derechos consagrados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

La acción encabezada por indígenas en Standing Rock (reserva de nativos indios americanos, en Dakota del Norte y Dakota del Sur, Estados Unidos) contra el oleoducto Dakota Access galvanizó aún más la resistencia y ayudó a hacer crecer un movimiento global contra las compañías de oleoductos. Ahora, las comunidades están exigiendo que bancos  mundiales pongan fin a su apoyo financiero a proyectos de oleoductos perjudiciales para el planeta.

Recientemente, en Canadá, hasta 10 mil personas se unieron a una marcha encabezada por indígenas contra el oleoducto de arenas bituminosas Kinder Morgan. Después de esta protesta, más de 200 fueron arrestados en resistencia pacífica durante un período de ocho días.

Esta reacción está disminuyendo la licencia social de la industria petrolera y ha causado que arremetiera de diversas maneras (como, por ejemplo, con demandas judiciales).

El papel de los bancos

Barclays (Reino Unido), JP Morgan Chase (Estados Unidos), Toronto Dominion (Canadá), Royal Bank of Canada (Canadá), Citibank (Estados Unidos), Credit Suisse (Suiza), Deutsche Bank (Alemania), Bank of Tokyo Mitsubishi (Japón), Crédit Agricole (Francia), Wells Fargo (Estados Unidos), BBVA (Estados Unidos, España), y Mizuho (Japón) son los principales bancos financiadores de los proyectos petroleros.

Es por eso que desde Greenpeace les pedimos que se comprometan a no brindar apoyo financiero a Energy Transfer Partners (ETP), la empresa que está detrás del polémico ducto Dakota Access (DAPL), y a no proporcionar financiamiento a ductos de arenas de alquitrán o compañías de ductos como TransCanada y Enbridge (y/o sus subsidiarias) o a cualquier entidad que participe o sea propietaria total del Oleoducto de Expansión Trans Mountain (TMEP), que puede ser utilizado, directa o indirectamente, para financiar la adquisición, construcción, expansión u operación de ductos de arenas bituminosas.

Las demandas de las empresas frente a los reclamos

Energy Transfer Partners (ETP), la compañía que construyó el oleoducto Dakota Access, está demandando a las entidades de Greenpeace (GPI y GPUSA), la organización independiente BankTrack y el movimiento Earth First!, acusando falsamente a los grupos de ser  “empresas criminales” por organizar las protestas de Standing Rock.

La demanda (sin fundamento) es de 900 millones de dólares (Demanda Estratégica contra la Participación Pública) y busca tres objetivos:

El gobierno de Canadá

A fines de mayo, el gobierno federal canadiense llegó a un acuerdo con la empresa Kinder Morgan para comprarle el Proyecto de Expansión Trans Mountain (TMEP) desarrollado por la compañía y los activos relacionados al ducto y terminal, con la intención de venderlos a un nuevo propietario.

Cambio climático

Desde Greenpeace nos oponemos a todos los nuevos ductos para el transporte de combustibles fósiles debido a los riesgos que representan para las comunidades y el medio ambiente. Construir nuevos oleoductos para transportar cantidades masivas de petróleo (incluyendo arenas bituminosas) y gas nos encerrará en mayores emisiones de carbono y debilitará los esfuerzos para luchar contra el cambio climático, mientras amenazan la tierra, el agua y los derechos de las comunidades en su camino.

Nuestro reclamo

Queremos una transición justa a soluciones de energía renovable y no más oleoductos de combustibles fósiles en nuestras comunidades. Nos estamos uniendo para exigir a los bancos que se comprometan a no brindar apoyo financiero para los oleoductos de arenas bituminosas y a la empresa Energy Transfer Partners. Estos ductos ponen en riesgo la tierra, el agua y los derechos, y contribuyen al cambio climático. Además, las compañías de oleoductos deben dejar de violar la soberanía indígena y canalizar los oleoductos a través de sus tierras sin el consentimiento de las comunidades.