
Así se vive la crisis climática en México
Así es como ha aumentado la temperatura promedio en México respecto al consumo mundial de petróleo.


Da clic para conocer cómo un problema que se sentía lejano, de los polos y los glaciares, hoy se vive cada día más cerca… más presente.
Esta crisis llega de forma desigual, hay miles de personas que lo sufren más.


Las ciudades de Tepeji del Río y Tula viven la crisis climática desde el agua en la región. En un año han vivido los extremos posibles, a principios de 2021 estallaron conflictos entre agricultores y pescadores, las presas de la región llegaron a mínimos preocupantes. Meses más tarde, Tula se inundaba con el desborde del río que lleva su nombre, 15 personas perdieron la vida en el hospital del IMSS de Tula cuando la inundación cortó el suministro de luz. La crisis climática se suma a las desigualdades del territorio.

La situación que se vive en Tula y en Tepeji del Río no es un accidente, gobiernos pasados y el actual dispusieron esta zona como una de sacrificio. En 2006, la ONU nombró a Tula como la ciudad más contaminada del mundo. La termoeléctrica de Tula, que abastece de luz a la CDMX, quema combustóleo que envenena el aire de la región y acelera la misma crisis que se resiente en la falta y el exceso de agua. Pero ahí no acaba, el río que une a Tula y a Tepejí, el río más caudaloso del Valle del Mezquital y que en tiempos prehispánicos fue esencial para las culturas olmecas, hoy, es el drenaje de la Ciudad de México y un flujo incesante de contaminantes industriales. En esta zona del país la crisis climática se siente todos los días.

La reserva ecológica Río Playa, en el estado de Tabasco, se encuentra en el municipio de Paraíso. Hoy, el paraíso se discute entre el verdor y la abundancia que le dio su nombre y la distopía de la crisis climática. Las tierras de la región se salinizan, los cambios de lluvia dificultan la siembra de temporal y el calor hierve a los peces en las aguas bajas e impide el trabajo más allá del medio día. El edén tabasqueño hoy es un contraste climático: los manglares, aún abundantes y presentes, sostienen la promesa de la vida en el paraíso. A lo lejos, los mecheros de la industria del petróleo apuestan por la crisis.


Con el avance de la crisis climática este punto del país ha sido de los primeros en sufrir las consecuencias. En 30 años, una cuarta parte de Tabasco podría quedar inundada dejando bajo el agua la costa, el pantano, el manglar, el paraíso y también los mecheros… En pocos lugares de México y de América se siente, se entiende y se vive lo que está en juego: la supervivencia o la apuesta de más combustible para una crisis.

Nos dicen que somos culpables, que nuestras acciones nos tienen en esta crisis. Su arrojo de culpas a los individuos tiene una finalidad: que no te des cuenta de quién acelera la crisis.
Da clic y date cuenta.

Todas y todos jugamos una parte de la crisis climática, pero unos llevan una parte mucho más grande y no están haciendo nada para asumir su responsabilidad.

A 83 kilómetros de la Ciudad de México se encuentra la ciudad de Tula, en el estado de Hidalgo. Sitio emblemático por dos razones fundamentales: 1) la ciudad tolteca con sus esculturas de Atlantes dominando el Valle de México, y 2) ser una de las zonas más contaminadas del mundo por dióxido de azufre. ¿La culpable? La Central Termoeléctrica, Francisco Pérez Ríos, de la Comisión Federal de Electricidad. En ella se quema combustóleo, el principal combustible que utiliza para generar energía y atender las necesidades de una megalópolis como la Zona Metropolitana del Valle de México, que concentra a la capital junto con territorios aledaños que van desde Puebla a Toluca, de Cuernavaca a Pachuca. El combustóleo es una fracción del petróleo que se obtiene como residuo en la destilación fraccionada; es decir, aguardiente de hidrocarburo. Lo que hace un aguardiente al hígado humano es lo mismo que hace el combustóleo a la calidad del aire que respira quienes habitan en el Valle de México, pero no solo eso…

La quema de combustóleo duplica las emisiones de azufre permitidas por la Semarnat. No puede superarse el 2% de azufre enviado a la atmósfera, pero estudios (como el del ICM) han comprobado que se alcanza hasta el 3.9%. Y se pone pero, en 2019, del total de emisiones de la termoeléctrica 69% se debían al combustóleo y solo 31% a gas natural. La central de Tula, que abrió en 1975, ha convertido su entorno en una de las zonas más contaminadas del mundo por dióxido de azufre. Tula ocupa el puesto 23 en la lista de Greenpeace de los 50 puntos críticos por sus emisiones de este tipo de gases contaminantes y México es el quinto país que más polución envía a la atmósfera, sólo superado por India, Rusia, China y Arabia Saudí.

Concentración de Dióxido de Azufre (SO2) y dispersión en Tula-Tepeji y la Zona Metropolitana del Valle de México.
La Central Termoeléctrica es la responsable del 10% de los tóxicos del aire en la Ciudad de México.

¿En qué lugar del mundo alguien podría colocar una refinería petrolera a menos de ocho kilómetros de una reserva ecológica? Simple: en México. El proyecto de Dos Bocas lo construye Petróleos Mexicanos (Pemex), la novena empresa que más ha contribuido a emitir los gases de efecto invernadero que han producido la crisis climática y que, al parecer, está dispuesta a superar su récord.
Se estima que será posible procesar 340 miles de barriles (MBD) de crudo tipo maya diarios para incrementar la oferta de producción nacional de gasolina y diésel. El total de emisiones anuales de la refinería serían 2.16 millones de toneladas de CO2e, lo que equivale a las emisiones de 855,020 vehículos compactos al año.


En los próximos 20 años, solamente la operación de la refinería habrá emitido aproximadamente 43.2 MtCO2e.

Nos invitan a rendirnos ante un futuro inviable. Su plan es la crisis climática y en él no cabe un planeta vivo. Pero nada menos cierto. La reinvención es nuestra, da clic y conoce cómo y por qué.

Donde ellos ven muerte,
nosotros vemos un futuro vivo.

El aire envenenado, el agua envenenada, la crisis presente en sus extremos y aquí no se rinden. Mujeres y hombres, toman la energía del sol y sanean las aguas de muerte. Con esa agua cultivan y avivan parques donde antes había baldíos. Ellas y ellos ven un Tepeji del Río y una Tula que quienes la condenan y contaminan no se atreven a imaginar.

No esperan el cambio de rumbo, lo provocan, lo arrebatan, lo siembran.


Cuando el 98% del ejido de Río Playa quedó bajo agua salada, los campesinos no se rindieron. Cambiaron el azadón por el remo, el caballo por el cayuco y sembraron la vida que el petróleo y la crisis climática les negaban. Sembraron 330 hectáreas de manglar, desarrollaron su propia técnica para lograr un 100% de supervivencia de los mangles sembrados.
Tomaron el paraíso y en él hicieron su trinchera.
#FuturosIlustrados
La crisis climática es primero una crisis de imaginación. Si lo puedes imaginar puedes luchar por ello.
Y las refinerías y las termoeléctricas serán los monumentos que nos llamarán a no olvidar que a la tierra pertenecemos y a ella nos debemos. Las miraremos con la convicción de NUNCA MÁS.
ACTÍVATE
HOY
Greenpeace México tiene 28 años documentando y denunciando la crisis climática y sus impactos, y lo ha hecho con aportaciones de personas como tú.