Vivimos tiempos de crisis: climática, sanitaria, económica y de justicia social. La alimentación juega un papel fundamental en cómo enfrentarlas. De hecho, la humanidad no podrá superar el reto de la supervivencia sin transformar de fondo el sistema alimentario industrial dominante, el cual promueve el uso de agrotóxicos, contamina, daña la biodiversidad y la salud de las personas, además de contribuir con alrededor del 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero, que están calentando el planeta y provocando la destrucción de los ecosistemas.

Esta transformación, sin embargo, debe darse libre de presiones o intereses de la agroindustria y con la visión un sistema alimentario sostenible, que respete los derechos humanos de las personas.

Para más información, consulta aquí el Posicionamiento de organizaciones de la sociedad civil mexicana frente a la Cumbre sobre sistemas alimentarios de Naciones Unidas.