Agostina Rossi Serra, especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina en Glaciares de San Juán © Martín Katz / Greenpeace

Los glaciares cumplen un rol central para sostener la vida en el planeta pues son esenciales para la regulación del clima y para el suministro de agua dulce. Sin embargo, están sufriendo un retroceso alarmante a causa de la quema de combustibles fósiles, el aumento de las temperaturas globales, la tala de bosques, la expansión de los proyectos mineros y las fronteras petroleras. 

Para difundir sobre su importancia, y también sobre la situación actual de estos gigantes de hielo, Agostina Rossi Serra, integrante del equipo de campañas y especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina escribió una nota para el diario Perfil.com que compartimos a continuación:

“Nos enfrentamos a una verdad incómoda e ineludible: estamos perdiendo a nuestros gigantes de hielo. Los glaciares, además de ser monumentos naturales de inmensa belleza, son esenciales para la regulación del clima y el suministro de agua dulce. Su pérdida representa una amenaza directa a la vida tal como la conocemos: sin glaciares, no hay agua; sin agua, no hay futuro.

Retroceso mundial de glaciares: Arriba: imagen histórica del archivo del Instituto Polar de Noruega: glaciares Kronobreen, Kongsbreen y Kongsvegen extendiéndose en el fiordo Kongsfjorden. Vista desde el Monte Zeppelinfjellet en 1939.
Medio: fotografía tomada desde la misma posición con un miembro del equipo de Greenpeace en primer plano en el año 2002.
Abajo: imagen desde la misma posición con un miembro del equipo de Greenpeace en primer plano en agosto de 2024 © Christian Åslund / Instituto Polar de Noruega / Greenpeace.

Es por eso que la ONU declaró este 2025 como el año Internacional de la Conservación de Glaciares.

Pero, conscientes de este contexto, Argentina se destacó en la región, y en el mundo, al dar un paso clave en la protección de sus glaciares con la sanción de la Ley 26.639, en el año 2010, la primera en América Latina con jerarquía constitucional. Esta norma establece el “Régimen de Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y del Ambiente Periglacial” y los preserva como reservas estratégicas de recursos hídricos.

Contar con una legislación de este nivel, que a la fecha ha logrado frenar proyectos mineros que proponían realizar sus operaciones en zonas de glaciares y ambiente periglacial, es una gran conquista, pero su efectividad depende de una aplicación rigurosa y de un compromiso continuo para garantizar que nuestros glaciares sigan cumpliendo su rol esencial en el equilibrio ambiental. Sin embargo, no es casual que los glaciares estén en peligro.

Glaciares en San Juan © Martín Katz

No podemos ignorar que su retroceso está sucediendo frente a nuestros ojos como una de las evidencias más alarmantes del avance de la crisis climática, acelerada por la quema de combustibles fósiles y el aumento de las temperaturas globales.

A esto se suman las amenazas directas de un modelo de desarrollo que no prioriza la preservación de nuestros recursos naturales: los proyectos mineros, la tala de bosques y la expansión de fronteras petroleras siguen poniendo en riesgo estos ecosistemas clave.

Sin embargo, con la Ley que los protege, contamos con una herramienta poderosa para seguir frenando estos embates y no resignarnos ante su pérdida.

El Día Nacional de los Glaciares debe ser mucho más que un recordatorio de lo que está en juego; debe ser un llamado a la acción. La protección de los glaciares no debe ser responsabilidad sólo de los gobiernos nacionales o internacionales, sino de cada uno de nosotros.

Es un esfuerzo compartido, que comienza en cada provincia que depende del agua de deshielo glaciar y que tiene que expandirse hacia todos los rincones del país.

Los glaciares, monumentales reservorios de agua dulce, desempeñan un papel fundamental en la sostenibilidad de los ecosistemas y el bienestar de las comunidades humanas. Por su rol como reguladores hídricos y climáticos, la ONU ha declarado el 2025 como el Año Internacional de la Preservación de Glaciares.

Si queremos un futuro con agua y biodiversidad, no podemos seguir delegando nuestra responsabilidad en otros. Todos somos parte de este cambio. La transición hacia un modelo de energías limpias y la reducción de nuestras emisiones no son solo un desafío ambiental, sino una necesidad para preservar nuestra propia supervivencia.

El retroceso de los glaciares nos advierte que el tiempo se agota: cada día que retrasamos las medidas necesarias, estamos poniendo en riesgo no solo los glaciares, sino nuestra calidad de vida. Y lo sabemos: si nos comprometemos, podemos lograr la diferencia.

La protección de los glaciares es un acto de defensa de los derechos humanos, de justicia social, de planificación para el futuro. Necesitamos gobiernos decididos que protejan de manera efectiva a los glaciares y el ambiente periglacial, y necesitamos a cada uno de nosotros involucrados en la causa.

Santa Cruz, Argentina
Expedicion por el Parque Nacional Los Glaciares, especificamente por el Glaciar Upsala, para presenciar su retroceso.

La lucha por los glaciares es también una lucha por la vida y por la identidad de nuestro país.

Hoy, más que nunca, debemos entender que proteger nuestros glaciares es proteger nuestra propia existencia. Cada acción que tomemos en este sentido será un legado para las generaciones que vendrán. El futuro está en nuestras manos. Y, si actuamos con convicción, podemos asegurar que nuestros glaciares seguirán siendo un símbolo de vida y esperanza, no solo para nosotros, sino para el mundo entero.

Por eso, desde Greenpeace Argentina pedimos acciones para preservar los glaciares y asegurar agua dulce para el futuro.