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Fueron tres los casos de varamientos detectados en Buenos Aires en las últimas dos semanas. En el Día Mundial de las Ballenas y los Delfines (23 de julio), Greenpeace  alerta sobre el estado de salud de los océanos y destaca la urgencia de proteger a los cetáceos por el bienestar  del planeta.

Buenos Aires, julio 2025 – Los recientes varamientos registrados en el Río de la Plata refuerzan la preocupación sobre la salud de los océanos y del Mar Argentino: en menos de un mes, tres ballenas fueron halladas sin vida en la costa bonaerense. Si bien las causas aún se investigan, estos hechos podrían estar relacionados con actividades humanas que podrían tener una responsabilidad clave en este tipo de fenómenos. Greenpeace hace un llamado a la acción para la protección de los océanos y las especies que lo habitan. 

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“Este fenómeno activa las alertas en la comunidad científica y ambiental. Detrás de estos episodios puede haber causas humanas más complejas: el incremento del tráfico marítimo, la alteración de rutas migratorias por la crisis climática, o niveles acumulados de contaminación acústica y química que debilitan y desorientan a los animales”, explica Agostina Rossi Serra, especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina. “Estos varamientos no deben interpretarse como hechos aislados. Son señales de que nuestros océanos están bajo presión y que los cetáceos, como bioindicadores, nos están advirtiendo sobre un ecosistema desequilibrado” .

 © Jonathan González / Greenpeace

Cada 23 de julio el planeta reconoce el rol fundamental de  las ballenas y los delfines como los ingenieros invisibles de los océanos, guardianes del clima y centinelas de la biodiversidad. Estas criaturas majestuosas recorren miles de kilómetros al año, tejiendo conexiones vitales entre las profundidades y la superficie, entre la vida marina y nuestra propia supervivencia.

Sin embargo,  su supervivencia está amenazada: desde colisiones con embarcaciones hasta redes de pesca, contaminación plástica y sonora, pérdida de hábitat y sobrepesca. Según la UICN, una de cada cuatro especies de cetáceos en el mundo está amenazada de extinción, y esa proporción ha aumentado en las últimas décadas.

“Las ballenas y los delfines son mucho más que símbolos de la vida marina. Son verdaderos aliados contra la crisis climática y fundamentales para mantener la productividad y la salud de los océanos. Sin los cetáceos, el equilibrio ecológico y climático estaría gravemente comprometido”, señala Rossi Serra. 

Protagonistas del Mar Argentino: diversidad que sorprende

© Santiago Salimbeni / Greenpeace

El Mar Argentino alberga gran diversidad de cetáceos. En él viven más de 30 especies, muchas poco conocidas para el público general, que no solo embellecen las aguas australes con su presencia, sino que cumplen funciones ecológicas esenciales para el planeta y nuestras comunidades costeras.

Entre las ballenas, se destacan la ballena franca austral, la ballena sei y la ballena jorobada. Entre los delfines, podemos mencionar al delfín común, al delfín austral y a la siempre carismática orca, que, aunque muchos no lo saben, también pertenece a esta familia. Cada especie de cetáceos posee adaptaciones únicas, comportamientos sociales fascinantes y roles ecológicos insustituibles.

Aliados en la lucha climática y social

© Paul Hilton / Greenpeace

Las ballenas fertilizan el océano con sus heces, ricas en hierro y nitrógeno, desencadenando florecimientos de fitoplancton, que es la base de toda la vida marina y uno de los principales capturadores de CO₂ del planeta. Además, sus cuerpos almacenan enormes cantidades de carbono durante décadas, incluso después de su muerte.

“Estos animales son verdaderos aliados naturales contra la crisis climática y la crisis de biodiversidad que estamos enfrentando. Protegerlos no es opcional, es nuestra responsabilidad y su destino depende de nuestras decisiones. Casos como los que estamos viendo en las últimas semanas en las costas de Buenos Aires dejan en evidencia la urgente necesidad de proteger al Mar Argentino y a todas las especies que lo habitan. Su bienestar está íntimamente ligado al nuestro”, explica Rossi Serra.

. © Robert Marc Lehmann / Greenpe

Una de las formas en que podemos cuidarlos es promoviendo el respeto y la convivencia con estas especies, por ejemplo a través del avistaje responsable de cetáceos que no solo genera conciencia y empleo local, sino que también permite integrar a las comunidades costeras a proyectos científicos y de conservación. En las aguas patagónicas, Argentina lidera investigaciones y programas educativos que demuestran que la coexistencia entre los humanos y estos gigantes marinos es posible

Como concluye Rossi Serra: “Cuando una ballena salta o un delfín surca las olas, no es solo belleza: es un mensaje de que la naturaleza sigue en pie, y que tenemos la responsabilidad y la obligación de mantenerla así”.

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