Greenpeace advierte que Argentina alcanzará su Día del Sobregiro el 3 de julio, una fecha que refleja la presión del consumo desmedido sobre la Naturaleza y la urgencia de repensar el vínculo entre desarrollo y  justicia climática.

© Nathalia Angarita / Greenpeace

Buenos Aires, julio 2025 – El 3 de julio, Argentina habrá alcanzado su día del Sobregiro, A partir de esa fecha, viviremos “a crédito ecológico”, utilizando reservas que no se reponen, profundizando el deterioro ambiental y comprometiendo el bienestar de las generaciones futuras.

Este hito, conocido mundialmente como el Día del Sobregiro y que calcula Global Footprint Network, no es una simple efeméride ambiental. Es el síntoma más claro de un sistema que avanza por encima de los límites naturales, ignorando las señales de alerta que la Tierra envía cada vez con más fuerza: incendios forestales, sequías extremas, pérdida de especies y colapso de ecosistemas.

Argentina está consumiendo casi el doble de lo que su territorio puede sostener. Se deforestan 150 mil hectáreas por año en el Gran Chaco y decenas de miles de hectáreas de bosques y humedales se ven afectadas por incendios, en su mayoría provocados por el accionar humano”, explica Matías Arrigazzi, especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina.

La situación es crítica: la explotación de la Naturaleza está íntimamente ligada a la crisis climática y a la desaparición acelerada de la biodiversidad. En todo el mundo, más de un millón de especies están en riesgo de extinción. En Argentina, casos como el del yaguareté —que hoy sobrevive en apenas el 5 % de su territorio original— reflejan con crudeza cómo la expansión de la frontera agropecuaria, la deforestación y la fragmentación de hábitats están empujando al colapso a ecosistemas enteros.

© Martin Katz / Greenpeace

Pero aún hay margen para actuar. “El Día del Sobregiro no es solo un recordatorio de los límites que estamos cruzando, sino una oportunidad para repensar nuestras prioridades. Proteger los bosques, conservar los glaciares y promover una transición energética justa son pasos fundamentales si queremos construir un modelo de desarrollo que esté alineado con los ciclos de la naturaleza y no en su contra”, sostiene Arrigazzi.

© Marcelo Martinez / Greenpeace

Greenpeace alerta que continuar por este camino implica no solo perder biodiversidad y ecosistemas clave, sino agravar los impactos sociales y económicos de la crisis climática. A menos que se tomen decisiones estructurales —basadas en la ciencia, el bien común y el principio de equidad— el sobregiro se adelantará año tras año.

© Martin Katz / Greenpeace.

Este 3 de julio, el país cruza una línea invisible pero determinante. El desafío es claro: cambiar el rumbo para vivir dentro de los límites del planeta, antes de que esos límites sean imposibles de revertir.