Destruir bosques es un crimen

Estamos en una emergencia forestal, climática y de biodiversidad. Pero en las últimas tres décadas perdimos cerca de 8 millones de hectáreas. Pedí que se prohíban y penalicen los desmontes y los incendios forestales. 

La deforestación es un verdadero ecocidio, que genera cambio climático;  inundaciones; enfermedades; desalojos de campesinos e indígenas; pérdida de alimentos, maderas y medicinas; y desaparición de especies en peligro de extinción, como el yaguareté.

Los bosques concentran más de la mitad de la biodiversidad terrestre del planeta. Nos brindan
bienes y servicios indispensables para nuestra supervivencia, como alimentos, maderas y
medicinas.
Son el territorio y el sustento de comunidades indígenas y campesinas. Y cumplen un rol fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua, y la conservación de los suelos.

Argentina se encuentra en emergencia forestal. Según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, entre 1998 y 2022 la pérdida de bosques nativos en el país fue de cerca de 7 millones de hectáreas, una superficie similar a la de Formosa.

El informe anual de desmontes de Greenpeace 2023 revela que aproximadamente el 75% de los desmontes se concentran en cuatro provincias del norte: Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa . Sobre todo en los bosques del Gran Chaco, el segundo ecosistema forestal más grande de Sudamérica y una de las áreas más ricas en biodiversidad del mundo, con 3.400 especies de plantas, 500 aves, 150 mamíferos, 120 reptiles y 100 anfibios

© Martín Katz / Greenpeace

Resulta evidente que las multas no son suficientes para desalentar desmontes e incendios forestales; y los responsables rara vez son obligados a reforestar. En muchos casos es clara la complicidad de funcionarios

En base a nuestra comparación imágenes de satelitales la deforestación durante 2023 en el norte de Argentina fue de 126.149 hectáreas

CHACO 57.343 hectáreas
FORMOSA  17.409 hectáreas
SALTA 8.526 hectáreas
SANTIAGO DEL ESTERO 42.871 hectáreas

Si bien, comparado con la década anterior a la Ley de Bosques, desde el año 2014 se mantiene
cierta tendencia de disminución de los desmontes cercana al 40%, cabe advertir que la deforestaciónen el norte del país durante 2023 fue superior a la del año anterior (118.805 hectáreas).

Es importante destacar la ilegalidad de la totalidad de las hectáreas deforestadas durante 2023 en
Chaco, ya que los desmontes se encuentran suspendidos por la justicia provincial desde el 16 de
octubre de 2020
, ante la falta de actualización de su Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos. 6
Resulta también grave que más del 80% de los desmontes en la provincia de Santiago del Estero
sean ilegales, ya que se realizaron en bosques clasificados en las Categorías I, Rojo y II, Amarillo,
donde no está permitido.

El consenso científico viene alertando sobre la emergencia climática y de biodiversidad en la que nos encontramos. En ese sentido, más deforestación significa más cambio climático, más inundaciones, más desertificación, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades.

Frente a esta alarmante situación, Greenpeace reclama al Congreso de la Nación que no se
modifique la Ley de Bosques con el objetivo de flexibilizar sus restricciones a los desmontes y reducir sus fondos.
Por el contrario, consideramos que en forma urgente deben prohibirse y penalizarse tanto los desmontes como los incendios forestales.

Causas y Consecuencias de los desmontes

Las principales causas de la pérdida de bosques son el avance de la frontera agropecuaria
(mayormente para ganadería intensiva y soja transgénica que en gran medida se exportan a Asia y
Europa) y los incendios forestales.

Los sectores Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Otros Usos de la Tierra representan el 39% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del país, contribuyendo a la actual crisis climática.

La sanción, a fines de 2007, de la Ley de Bosques (26.331) fue un logro sin precedentes y un
ejemplo de la importancia de la participación de la sociedad civil, que presionó al Congreso Nacional mediante un millón y medio de firmas. Tras 16 años de implementación de la normativa, todas las provincias realizaron el Ordenamiento Territorial de sus Bosques Nativos (OTBN), los cuales prohíben los desmontes en casi el 80% de las zonas forestales (Categorías I, Rojo y II, Amarillo).

Sin embargo, los ordenamientos de Formosa, Corrientes y Buenos Aires fueron muy cuestionados
por organizaciones sociales por dejar amplias zonas clasificadas en la Categoría III, Verde, donde se permite solicitar permisos de desmonte.

Por otra parte, algunos ordenamientos (Salta, Chaco) fueron ilegalmente modificados por los
gobiernos provinciales mediante la sistemática realización de recategorizaciones prediales que
disminuyeron las áreas donde estaba prohibido el desmonte.
  

Desmontes y enfermedades

Un factor que está aumentando el riesgo de transmisión de enfermedades es la pérdida de bosques y el deterioro ambiental. 

¿Por qué? 

El desmonte y la deforestación están permitiendo que los seres humanos entren en contacto con poblaciones de fauna silvestre portadoras de virus, bacterias y otros microorganismos a los que, generalmente, las personas no habían estado expuestas. El resultado es un incremento de las llamadas enfermedades zoonóticas (que proceden de los animales). 

Además, alrededor del 30% de los brotes de enfermedades como el virus Nipah, Zika y el Ébola están relacionados con el cambio de uso de la tierra.

En nuestro país la deforestación (y sus consecuencias, como las inundaciones), el agronegocio, la falta de acceso a agua potable y la pobre asistencia alimentaria agravan la situación para muchas familias que necesitan ayuda humanitaria. 

El avance de la frontera agropecuaria aumenta la destrucción de bosques y los conflictos territoriales entre pueblos originarios y empresarios, los cuales compran fincas que, históricamente, pertenecen a territorio indígena y las deforestan, en su mayor parte para ganadería intensiva y cultivo de soja transgénica.

Para los pueblos originarios, esto reduce de manera drástica sus posibilidades de obtener alimentos, medicinas y maderas para su sustento y forma de vida. Desde Greenpeace apoyamos el acuerdo justo y equitativo de derechos indígenas pendientes y cuestiones relacionadas con los títulos, como temas fundamentales para desarrollar sociedades sustentables.

Desmontes para ganadería

Los ambiciosos planes de expansión de la ganadería intensiva en el norte del país van a contramano de la actual crisis sanitaria, climática y de biodiversidad, y además, ponen en riesgo a nuestros últimos bosques nativos. 

Muchos de los grandes productores agropecuarios no son de la región chaqueña: provienen de la región pampeana (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe) y en algunos casos del exterior. 

En vez de adaptarse a las limitaciones y las posibilidades que les brinda el ecosistema chaqueño para producir, deciden transformarlo, destruyéndolo.

Esta “pampeanización del Gran Chaco” se produce, fundamentalmente, porque el precio de una hectárea en el norte oscila entre los 300 y 500 dólares (con bosques), mientras que en la zona pampeana su valor ronda entre los 10 mil y 15 mil dólares. 

¿Por qué se sigue desmontando a pesar de que existen leyes para proteger los bosques?

¿Sabías que a quien destruye bosques nativos sólo le basta pagar una multa para poder seguir haciéndolo? Hoy en día estas multas no son suficientes para desalentar la deforestación  y, salvo unas pocas excepciones, los bosques desmontados no se reforestan.

Muchas de las personas que desmontan toman a esa sanción como un simple costo de producción y así, sin ningún problema, violan la ley nacional que protege nuestros bosques.

Por otra parte, en varios casos es clara la complicidad de los funcionarios en la violación de la normativa forestal, al autorizar desmontes donde no está permitido.

Es por eso que desde Greenpeace presionamos para dar impulso a una Ley de Delitos Forestales que considere a la destrucción de bosques nativos como un delito penal
, sin posibilidad de evadirlo con el pago de multas económicas.

Necesitamos que la destrucción de la naturaleza sea considerada un crimen. Quienes desmontan tienen que sentir una condena social que los avergüence y además, deben saber que no les conviene dañar nuestro planeta.

Donde sea que se destruyan, desmonten o incendien bosques nativos ahí estaremos para protegerlos, exponiendo y denunciando el crimen ambiental.

Los 5 datos que tenés que saber:

1. El 75% de la deforestación en Argentina se concentra en las provincias de Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa.

2. Los bosques y selvas concentran más de la mitad de la biodiversidad terrestre del planeta.

Defender los bosques es indispensable para nuestra vida:

De ellos obtenemos alimento, madera y medicinas.

Son el hogar y el sustento de miles de comunidades indígenas y campesinas.

Ayudan a regular el clima, a mantener las fuentes y los caudales de agua y a conservar los suelos.

3. Los bosques son, posiblemente, nuestro patrimonio natural más importante, pero también el más amenazado y depredado. Los desmontes e incendios forestales provocan inundaciones, desertificación y cambio climático.

4. Menos bosques significan más inundaciones y más enfermedades. 

5. La actual crisis sanitaria, climática y de biodiversidad que estamos sufriendo nos obliga a actuar en consecuencia.

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