© Ivan Valencia / Greenpeace

La ciencia es clara: la crisis climática es una realidad y está mucho más cerca y presente de lo que pensamos. 

La necesidad de acciones climáticas contundentes también es una realidad: necesitamos una transición energética justa, lejos de los combustibles fósiles, para poder reducir de forma rápida y drástica las emisiones globales de carbono.

Digámoslo nuevamente para los procrastinadores y las principales industrias contaminantes que creen, erróneamente, que sus bolsillos o sus cohetes espaciales los mantendrán a salvo de los impactos climáticos: ¡necesitamos una transición energética justa lejos de los combustibles fósiles AHORA!

© Ivan Valencia / Greenpeace

Lo único que se interpone entre todos nosotros y las acciones climáticas que necesitamos son las industrias más contaminantes que ponen sus ganancias por encima del cuidado del planeta, y los gobiernos que valoran más el poder que a las personas.

Aquí es donde entras TÚ: durante 50 años Greenpeace ha creído que el  empoderamiento de la gente y el trabajo en conjunto como motor nos llevará a triunfar. 

Actuando y siendo parte activa de un movimiento global, tenemos que hacer todo de una forma más rápida y audaz, en cada uno de los niveles, sin dejar ningún sector atrás.

Estas son algunas de las acciones climáticas que debemos impulsar lo más pronto posible para garantizar un futuro más justo, más seguro y más sostenible para todos:

  1. No más inversiones en combustibles fósiles en ningún lugar: además, la eliminación gradual de la infraestructura de combustibles fósiles que ya existe debe alinearse con el objetivo de evitar que el calentamiento del planeta no supere 1,5 grados centígrados. Las soluciones inteligentes, eficientes y sostenibles están listas para cumplir y satisfacer todas nuestras necesidades energéticas.
  1. Detener la instalación de tuberías para el transporte de petróleo en todas partes: la resistencia liderada por los pueblos indígenas ya está teniendo efecto. No solo tenemos que continuar apoyando los derechos territoriales de los pueblos indígenas, sino que debemos ayudar a todas las comunidades en peligro por la codicia de las empresas petroleras que buscan instalar redes de transporte de combustibles fósiles.
© Ivan Valencia / Greenpeace

3. Acciones dirigidas a la meta de cero emisiones globales: el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), un grupo formado por  los principales científicos climáticos del mundo convocados por las Naciones Unidas, realizó un informe especial sobre los impactos del calentamiento global del planeta en 1,5° C por encima de los niveles preindustriales y las vías de emisión de gases de efecto invernadero. El IPCC manifestó que necesitamos puntos de referencia claros para la acción, como reducir todas las emisiones a la mitad para 2030. Los países con más capacidad y responsabilidad tienen que liderar el camino y apoyar a otros.

4. Los gobiernos deben alinear sus objetivos y planes en la COP26 (Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) para que el calentamiento del planeta no supere 1,5 grados centígrados. Con las políticas actuales solo estamos encaminados hacia un futuro apocalíptico de 2,9° C (la temperatura media del planeta podría aumentar 2.9 grados centígrados y sería imposible vivir). ¡Eso es inaceptable! Necesitamos mejores objetivos y compromisos vinculantes para la conferencia anual sobre el clima en Glasgow, Reino Unido, el próximo noviembre.

5. Las instituciones financieras deben alinearse con los objetivos del Acuerdo de París con el fin de combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono. No hay futuro en los combustibles fósiles, por eso tenemos que dejar de invertir en ellos. Cambiar la inversión será clave para evitar las altas emisiones de carbono y limitar el aumento de la temperatura promedio global a 1,5° C. No más promesas de cero emisiones netas, vacías, ni publicidad verde engañosas.

6. Cambios y mejoramiento del sistema alimentario: la producción industrial de productos básicos como el aceite de palma, la soya, la carne y los lácteos está destruyendo nuestros bosques y otros ecosistemas. Debemos poner fin a la deforestación, restaurar los bosques y los ecosistemas terrestres. Tenemos que adoptar la agroecología, una producción y un consumo reducidos de productos animales, y más dietas basadas en plantas.

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7. Es hora de transformar el transporte: si nos tomamos en serio la reducción de las emisiones de carbono, entonces debemos repensar radicalmente cómo nos movilizamos y la forma de distribuir los bienes y servicios.

8. Tenemos que proteger y restaurar los ecosistemas: los ecosistemas saludables son más resistentes frente a las alteraciones generadas por el cambio climático. Somos responsables de cuidar nuestra tierra, el 30% de los océanos, y de reducir todas las presiones sobre los ecosistemas oceánicos.

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9. Escuchar y apoyar a los pueblos indígenas: los derechos de los pueblos indígenas y de las comunidades tradicionales son fundamentales para la salud de los ecosistemas, pero sus vidas y tierras están amenazadas alrededor del mundo.

10. Prepararnos para lo inevitable, con justicia. Todos los planes futuros de desarrollo y gestión del agua, proyectos de infraestructura y programas de seguridad alimentaria deben tener en cuenta nuestra realidad climática. El principio de “quien contamina paga” corresponde que esté en el centro de los esfuerzos de adaptación y compensación entre los países y dentro de ellos.

© Leo Otero / Greenpeace

11. Actuar en solidaridad. Hoy en día, los verdaderos costos del cambio climático los pagan, predominantemente, quienes menos los causaron. Los gobiernos que son potencia deben cumplir con sus compromisos de ayuda climática y financiación a países en desarrollo, establecidos en el Acuerdo de París, y tomarse en serio el tratamiento de las pérdidas y los daños. No es demasiado tarde, pero hay que actuar ahora.

Sí. Con todo esto parece que tenemos mucho trabajo por delante. Despreocúpate, podemos, y tenemos que hacerlo juntos.

Tomar estas medidas de sentido común para proteger a las personas y al planeta no solo ahorrará tiempo y dinero, en comparación con la inacción continua o las soluciones falsas; estas acciones también salvarán vidas y hogares. 

La pandemia mundial de COVID-19 interrumpió la vida que teníamos y presentó una oportunidad para impulsar una transición justa con la adopción de fuertes medidas de recuperación ecológica en todo el mundo.

Este es un momento decisivo para reconstruir mejor cuando más lo necesitamos, ¡así que aprovechémoslo!