© Kevin McElvaney / Greenpeace

¿Cuántos tipos de cementerios conoces? 

Te lo pregunto porque además de los primeros que se vienen a nuestra mente, los destinados a seres humanos, existen cementerios de ropa, electrodomésticos y plásticos.

Aunque no lo creas contienen millones de toneladas de productos que son abandonados sin motivo en diferentes ecosistemas como desiertos y mares. Son artículos que fueron desechados muchas veces sin ser usados y que le cuestan al planeta contaminación, emisiones y desperdicio de recursos. 

Puedes verlo en esta foto.

Residuos textiles y plásticos en el vertedero de Dandora en Nairobi (capital de Kenia). Cigüeñas Marabow alrededor.
© Kevin McElvaney / Greenpeace

En Greenpeace investigamos y visitamos lugares de producción y distribución, mercados, sitios donde se eliminan residuos textiles y locaciones de consumo de moda rápida. 

Por ejemplo, la ropa usada y nueva se envía a Kenia desde Europa y China para venderla como “Mitumba” (locales de segunda mano), pero a menudo termina en vertederos y puntos de eliminación de desechos debido a la gran cantidad. 

Un caso más cercano es el del desierto de Atacama en Chile en donde miles y miles de prendas de ropa sin usar forman grandes cementerios de consumismo.

Cada año se arroja al mar medio millón de toneladas de microfibra, una fibra sintética compuesta generalmente por poliéster y que es muy usada en el mundo textil. Esto equivale a 3 millones de barriles de petróleo. 

Ni hablar de los desechos plásticos y residuos de electrodomésticos que se encuentran en nuestros ríos y mares y que generan contaminación. 

Por ejemplo, 422,5 kilos de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático, son la huella ambiental promedio estimada de una computadora portátil. Este número incluye las emisiones generadas durante la producción, el transporte y los primeros cuatro años de uso.

Vivimos en un mundo con recursos limitados. Sin embargo, nuestro sistema económico funciona a un nivel en el que serían necesarios 1,8 planetas como la Tierra para satisfacer el actual ritmo de consumo. 

Este patrón, del que depende en gran medida la economía, tiene graves consecuencias para nuestra salud y la del mundo. Por ello, necesitamos invertir esta tendencia si queremos tener la oportunidad de que la temperatura del planeta no aumente más y sea posible seguir viviendo.

La gente compra ropa usada en un mercado callejero local en Alto Hospicio, Iquique. Chile. La ropa proviene del basurero textil en el Desierto de Atacama al lado del asentamiento.
© Cristobal Olivares / Greenpeace

¿Qué puedes hacer tú?

En fechas comerciales como los días de descuentos, la temporada de Black Friday, y los días sin IVA en la que el comercio es el principal motor de la economía, necesitamos hacer un llamado para que las compras que se den en este marco se desarrollen de forma consciente y responsable con el bolsillo y con el planeta en el que todos habitamos.

El consumismo como motor que empuja las economías es insostenible. Existe un límite natural y son los límites planetarios. No es viable el nivel de consumo que llevamos en un mundo con recursos finitos.

Podemos ver cómo las marcas se han apoderado de nuestras vidas y hemos pasado de ser humanos a convertirnos en consumidores.

Nuestras posesiones materiales no deben definir ni nuestra identidad ni nuestro valor a pesar de lo que diga el último anuncio de televisión o un post de influencers en Instagram. El consumo excesivo de bienes y servicios nos lleva hacia la extinción porque exacerba la crisis climática y de la naturaleza¨, afirma Celia Ojeda-Martínez, colíder del proyecto de biodiversidad y consumo de Greenpeace España.

© Nathalia Angarita / Greenpeace

Un nuevo tipo de consumo

“Si no lo necesitas, no lo compres”.

Esto significa que debemos repensar y evaluar la forma y el estilo de consumo que estamos llevando en nuestra cotidianidad. Y queremos ayudarte a lograrlo.

– Elige productos que sean sostenibles con el ambiente y que tengan una baja huella ecológica.

– Cuida y repara tu ropa. No tienes que comprar prendas nuevas cada temporada, con los cuidados correctos pueden durar mucho más tiempo. 

– Si se daña alguna prenda, repárala. Un lindo parche es todo lo que necesitas. 

– También puedes adquirir ropa de segunda mano. Ahorras dinero y le das un nuevo uso a una prenda que aún está en buenas condiciones. Busca artículos usados en ferias, reuniones de intercambio, y en mercados de artículos vintage.

– No necesitas cambiar de celular y computador constantemente.

¿Quieres saber más?

Descubre cómo asumir un consumo responsable a través de distintas temáticas: plásticos, alimentación, basura electrónica, movilidad, fast fashion y productos de belleza.

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