En nuestro planeta todo está interconectado. Lo cierto es que lo que acontece en un punto influirá de manera indefectible en algún otro sitio.
Por tanto, no es de extrañar que el cambio climático tenga un efecto sobre la biodiversidad como tampoco lo contrario: que la preservación y restauración de ésta última es clave para amortiguar y revertir a la primera. La biodiversidad y las comunidades que habitan los ecosistemas desempeñan un papel crucial en la regulación del clima de la Tierra: mediante la captura de las emisiones de efecto invernadero y el apoyo a la adaptación y mitigación de las amenazas e impactos climáticos.
Te lo explicamos más en detalle 👇.
La crisis climática genera crisis de biodiversidad
Sabemos que el cambio climático es una de las amenazas ambientales que, tanto el planeta como la humanidad, enfrentamos en la actualidad. También sabemos que se produce por los gases de efecto invernadero que emiten las actividades humanas, que llevan a que la temperatura global aumente a un ritmo sin precedentes, distorsionando el sistema climático global.
Es lógico que un desajuste planetario como éste impacte de lleno en la variedad de seres vivos que habitan en los ecosistemas de todo el mundo -y de cuya existencia dependemos para conservar el equilibrio ecológico-.
El caso más emblemático es el de los osos polares que están muriendo de hambre en el Polo Norte debido a la falta de hielo marino en un mundo que se calienta. Pero hay muchos más (lamentablemente) de otras especies animales que se ven obligadas a cambiar sus patrones de migración o de plantas que luchan por adaptarse a los cambios de temperatura.
En el océano, los biólogos son testigos de otra tragedia, ya que los arrecifes de coral, que proporcionan alimento y refugio a más de 7000 especies, están muriendo a causa del calentamiento y la acidificación del océano.
Hoy la situación ya es grave pero podría agravarse aún más porque el riesgo de extinción de las especies aumenta con cada grado de calentamiento, según alerta la ONU.
De hecho, entre 20 y 50% de especies en sitios clave de Sudamérica y Mesoamérica podrían perderse si la temperatura global aumenta 2°C”, según previsiones de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). El cambio climático y la biodiversidad son temas que deben trabajarse como interconectados no solo desde el problema sino también desde sus soluciones, dado que soluciones para mitigar la crisis climática pueden tener impactos negativos en la biodiversidad cuando son mirados de forma aislada: por ejemplo la geoingeniería marina.
Cambio climático, eventos extremos y pérdida de biodiversidad
Son tres los desastres naturales que el cambio climático hace que se repitan cada vez más seguido y con más fuerza y que ponen en jaque a la biodiversidad. Inundaciones, huracanes e incendios.
No detendremos en estos últimos porque por la intensidad y la frecuencia en que se vienen sucediendo en las últimas décadas, se han convertido en uno de los mayores problemas ambientales que sufren nuestros ecosistemas.
Detrás de estos desastres que se cobran de a miles de hectáreas por vez, hay un cóctel de causas: cambio climático, deforestación especies invasoras, sobreexplotación de recursos, contaminación, monocultivos de especies exóticas, aumento de la temperatura de la tierra, entre otros.
Los incendios forestales alteran la estructura de los ecosistemas y destruyen los hábitats naturales, afectando a numerosas especies de plantas y animales. Así mismo, generan un impacto directo en las comunidades que habitan y dependen de estos ecosistemas.
Al mismo tiempo, son un claro ejemplo de cómo la biodiversidad, cuando está sana, colabora en la tarea de regular el clima (pueden ayudar a secuestrar y almacenar carbono). Pero cuando, debido a los incendios, la masa boscosa se consume en llamas se liberan grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. En tanto un bosque que pierde vegetación también reduce la capacidad de los ecosistemas para capturar carbono, lo que agrava aún más el problema.
Más biodiversidad para protegernos de los desastres socionaturales
La biodiversidad funciona como nuestra red de seguridad frente a los desastres socionaturales . Tal vez sea más fácil de entender esto si la imaginamos como una trama compleja de conexiones, donde cada especie cumple un papel específico. Si esa red está sana y fuerte, el poder de recuperación frente a perturbaciones o desastres (sean de tipo geológico, hidrológico o meteorológico) es más alto.
Por ejemplo, en un lugar donde existen una alta variedad de especies de árboles y en gran cantidad, es más fácil mitigar la ocurrencia de inundaciones o aludes ya que los mismos árboles hacen de sostén del suelo y drenan el agua hacia napas subterráneas.
En cambio, cuando la biodiversidad es baja o está alterada, los ecosistemas se vuelven más vulnerables. Entonces, frente a un riesgo socionatural, el impacto se siente más de lleno y con más fuerza. A la vez que tiene menos capacidad para recuperarse.
En estos tiempos, basta ver las noticias para darse cuenta que los eventos extremos gatillados por el cambio climático (inundaciones, incendios o huracanes) se están presentando con mucha más frecuencia e intensidad. Esto implica no sólo el riesgo de perder vidas humanas, así como la de seres silvestres y ecosistemas enteros, sino también daños económicos y sociales, que serán cada vez más graves, como pérdidas en las cosechas y en la producción alimentaria o riesgos en la salud.
Por tanto, si entendemos que cuidar la biodiversidad es esencial para proteger nuestro planeta y a nosotros mismos, la urgencia en la acción será el próximo (y lógico) paso a seguir.
Firma para frenar la destrucción y decirle sí a la protección de nuestra belleza natural colombiana.
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