¿Escuchaste hablar de “refugios climáticos”? Te contamos de qué se trata esta solución que cada vez más ciudades implementan para enfrentar las altas temperaturas.
Las olas de calor son cada vez más frecuentes. Estos escenarios extremos ponen en riesgo la salud de las personas, animales y plantas por lo que, implementar estrategias de adaptación se hace vital.
En este sentido, se escucha cada vez hablar sobre esta herramienta que permite sobrellevar los veranos agobiantes.
¿Qué son los refugios climáticos?
Los refugios climáticos pueden ser zonas naturales o urbanas que tienen condiciones ambientales benignas para protegerse de un contexto desfavorable, como el exceso de calor (o frío), la escasez de agua, el acceso deficiente a un hábitat adecuado, etc.
De esta manera, la ciudadanía cuenta con áreas para descansar un rato, refrescarse y luego continuar con sus actividades durante los días más tórridos.
Pueden ser naturales, como un espacio abierto con sombra o elevada presencia de infraestructura verde. Como ejemplos podemos mencionar algunos parques, paseos con arbolado y zonas de fuentes o con acceso a agua natural, como pueden ser un río o una playa.
Y también los hay artificiales, como pueden ser ambientes cerrados con aire acondicionado o que naturalmente presentan temperaturas más confortables que en el exterior.
Como verás, la mayoría de estos lugares no son infraestructuras nuevas sino espacios preexistentes que han sido repensados como refugios además de seguir con sus funciones originales. Viéndolo así, una biblioteca que tiene protocolo para recibir a personas que lo necesiten durante olas de calor o de frío puede ser refugio climático.
En la naturaleza es más fácil encontrar microambientes para que sirvan a este fin de adaptación. En cambio, en las ciudades es preciso planificar la incorporación de este tipo de espacios.
Así surgen los bosques urbanos, otra solución basada en la naturaleza que puede ser una gran aliada ante la realidad climática. Así sumando árboles se contrarresta el efecto isla de calor, se evita el riesgo de sufrir golpes de calor y se crean entornos más sostenibles y resilientes.
¿Qué características debe tener un refugio climático?
En conclusión, los refugios climáticos deberían estar disponibles para los habitantes de las ciudades que lo necesiten y que puedan ver comprometida su salud durante eventos extremos.
Entonces, se debe crear una red efectiva. En especial, en aquellas zonas donde se concentran las comunidades más vulnerables o donde las condiciones de la urbanización y de la actividad (alta densidad de coches, conglomerados densos, falta de espacios verdes y sombreado) las convierten en auténticos “hornos”.
Un refugio climático con todas las letras debe ofrecer condiciones climáticas adecuadas: interiores climatizados y exteriores sombreados, acceso a puntos de agua y servicios públicos y espacios para sentarse. Por último, estar claramente señalizados y distribuidos a lo largo de la ciudad.
Es tiempo de multiplicar estas zonas de descanso en todas las ciudades para cuidar la salud de la población.