En noviembre se realizó la primera ronda de negociaciones en Uruguay para elaborar lo que sería un Tratado para Frenar la Contaminación Plástica a nivel mundial. Se llegó a esta instancia luego de que el pasado mes de marzo, en Nairobi, 170 naciones respaldaron una resolución histórica de Naciones Unidas relacionada al uso del plástico que incluye un acuerdo vinculante que se espera esté en funcionamiento en 2024. 

Mientras se termina ese documento final, ¿qué podemos hacer en nuestro día a día para reducir el uso de plástico?  Porque si bien su existencia hizo la vida moderna mucho más fácil, el precio que el planeta pagó por su producción ha sido muy alto. 

De hecho, hasta hace relativamente poco no se mostraba la enorme huella ambiental que conlleva este negocio ni los enormes riesgos de fabricar objetos de un solo uso a base de este material. 

Hoy comprendemos que la gran mayoría de los vasos, botellas, bolsas, sorbetes, cubiertos,  etc., hechos a base de plástico -un derivado del petróleo- están pensados para descartarse al primer uso. Y, a pesar de que se los anuncia como objetos reciclables, rara vez llegan a esa instancia. 

En cambio, terminan en basurales (o en mares, ríos y todo tipo de ecosistemas) donde permanecen por siempre porque, al ser un material sintético, no se biodegradan. 

Para ponerte en acción y  eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso, te compartimos las nuevas recomendaciones hechas por el PNUMA y la iniciativa Ciclo de Vida

Ideas para reducir los plásticos de un solo uso 

  1. Opta por alternativas reutilizables 

Primero, es importante que entendamos que el problema no es el material sino el uso que hacemos de él. Debemos dejar de lado el concepto de que algo sea descartable y estirar su ciclo de vida lo más posible

Es por eso que siempre se insiste en los ya clásicos:

  • Llevar tu bolsa de tela para las compras. Si te animás, también tus propios recipientes (frascos, tuppers) para las compras a granel. 
  • Tener tu botella reutilizable, rellenarla y llevarla con vos cada vez que sales de tu casa.
  • Usar cubiertos reutilizables en la oficina o llevar los de bambú cuando sabés que comerás afuera. 

Estas medidas no solo traen beneficios al planeta sino que al comercio le ayuda a “ahorrar en gastos de suministro y almacenamiento asociados a los plásticos desechables, mientras que los clientes pueden evitar pagar costos adicionales por bolsas o contenedores de compras”, explica Claudia Giacovelli, oficial de programas de la Unidad de Ciclo de Vida del PNUMA.

  1. Darle más de un uso a los objetos 

Sabemos que en la ciudad es casi imposible evitar en el 100% de los casos que nos den algo descartable. Por eso esta idea que es súper sencilla puede ser muy revolucionaria: si te dieron un sorbete, cubiertos, una bandeja plástica, un vaso o lo que sea no lo descartes al primer uso. Lávalo, guárdalo ¡y úsalo muchas veces más!  

Un dato que te puede interesar: las alternativas de un solo uso hechas de otros materiales no son necesariamente mejores. Por ejemplo, una bolsa de compras de papel debería ser utilizada de cuatro a ocho veces para tener un impacto ambiental menor al de una bolsa de plástico de un solo uso. 

  1. Apoyar a las empresas que trabajan por la economía circular

La postura facilista para el mercado es echar en quienes consumen toda la responsabilidad de la disposición final de un producto. Pero esto no solo es ridículo sino injusto.

Las empresas y los gobiernos deben comenzar a hacerse cargo de su parte. Son muchas las formas de apostar a la circularidad: 

  • Los productos deben diseñarse para ser livianos y duraderos para maximizar la reutilización
  • Producir usando energía renovable y materiales reciclados
  • Reducir la huella de carbono de los transportes buscando insumos locales y evitando fletes desde lugares lejanos
  • Pensar en el ciclo final del producto haciéndose cargo de su reciclado o procurando que pueda compostarse 

Como consumidores, elegir marcas y emprendedores que ya estén implementando medidas 

como ésta es clave. Y siempre claro, poner el consumo responsable en acción. 

Mientras desde el lugar que le toca a cada persona disminuimos el plástico de un solo uso en nuestras vidas, esperamos que el Tratado para Frenar la Contaminación Plástica vea la luz en el  plazo previsto. 

Como bien lo dijo Graham Forbes, líder de la campaña de plásticos de Greenpeace USA, “esta es una gran oportunidad para terminar con la era del plástico”. Según Forbes “está claro que el reciclaje de plástico es un concepto fallido, la única solución es construir sistemas de reutilización y refill. Un tratado fuerte sobre el plástico significaría un mundo más seguro y un mejor futuro para nosotros y para la niñez”.