¿Te interesaría saber qué hacer con la cáscara de manzana, el papel o el aceite usado? No todos los residuos son basura. Muchos se pueden separar para reciclar y en esta nota te lo explicamos paso a paso.

Empecemos por el principio. 

¿Cómo se clasifican los residuos?

-Orgánicos

Este grupo incluye todos los desechos de origen biológico que alguna vez estuvieron vivos o fueron parte de un ser vivo. Por ejemplo: hojas, ramas, cáscaras y residuos de la fabricación de alimentos en el hogar.

-Inorgánicos

Desechos no biológicos de origen industrial o de algún otro proceso que no es natural. Entre ellos se encuentran: el plástico, las telas sintéticas, el papel, las pilas, el vidrio y el metal.

-Peligrosos

Desechos que pueden representar un peligro potencial para el planeta (de origen biológico o no). En esta categoría están incluidos el material médico infeccioso, los residuos radiactivos, los ácidos y las sustancias químicas corrosivas. Los residuos de este grupo tienen que ser tratados de forma especial y recolectados por una empresa privada competente. Generalmente no se producen en las casas particulares.

¿Qué residuos se pueden reciclar?

La mayoría de los inorgánicos, entre ellos los siguientes:

Papel: revistas, sobres, periódicos, etc.

Cartón: cajas, envases de tetrabrick, etc.

Plástico: botellas, tapitas, bidones, etc.

Metal: latas de aluminio, llaves, etc.

Vidrio: frascos, botellas (que no estén rotos).

Por eso, lo primero que te recomendamos es comenzar a separar los residuos orgánicos de los inorgánicos. Una opción es tener dos canecas de basura o, si prefieres, deposita los inorgánicos en una caja o en una bolsa diferente ya que no generan olor.

Ten en cuenta que deben estar limpios y secos cuando los dejes en el contenedor que corresponda. De esta manera, los materiales podrán recuperarse y volver al circuito productivo y de consumo. Así también favorecemos el ahorro de energía y materias primas.

¿Y los teléfonos celulares o computadoras?

Son residuos inorgánicos

Todos los aparatos eléctricos y electrónicos que llegan al final de su vida útil  integran la categoría de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE).

-Computadoras, laptops, monitores, teclados, mouses

-Decodificadores, módems, hubs, switches, posnets

-Impresoras de punto, láser, multifunción y de inyección

-Teléfonos de línea, celulares y centrales telefónicas

-Equipos de música, videocaseteras, DVDs y televisores, entre otros.

Evita descartarlos con la basura o desecharlos en la calle. Lo recomendable es que consultes cuáles son las compañías y centros especializados en tu ciudad para llevarlos cuando todo vuelva a la normalidad.  

En diferentes ciudades del país ya existen puntos de recolección de RAEE y empresas que se dedican a su reciclado y reutilización.

¿Qué hacemos con las pilas?

También son residuos inorgánicos.

Las pilas contienen elementos químicos y materiales muy tóxicos (en general metales como mercurio, cadmio, plomo, zinc, manganeso, níquel y litio) que pueden afectar nuestra salud y el medio ambiente. Por eso, hay que descartarlas correctamente en los puntos de recolección autorizados.

Pilas primarias: son desechables y no recargables. Se puede recuperar hasta el 50% de sus materiales.

Pilas secundarias: son recargables. Y es posible recuperar hasta el 90% de sus materiales.

Recuerda:

No las tires en la basura, en la calle, en espacios naturales ni cerca de cursos de agua.

Te aconsejamos consultar en tu ciudad por el plan de gestión de pilas en desuso y pedir información sobre el lugar correcto adonde debes llevarlas.

Las campañas de recolección de pilas en comercios o en otros sitios no siempre solucionan el problema. Averigua cuál será el destino de las pilas. 

Y finalmente vamos a separar los residuos orgánicos.

Lo mejor que puedes hacer con los desechos de comida y el jardín es compost.

¿Qué es?

Es el producto del proceso natural de descomposición aeróbica (con oxígeno) de los residuos orgánicos. Las bacterias y los hongos naturalmente descomponen la materia orgánica.

Con el compost obtienes abono para tu jardín o tus plantas y además reduces la cantidad de residuos que desechas en la basura.

Utiliza hojas y flores secas, ramas, hierbas, cáscaras de frutas, vegetales y huevos, saquitos de té, granos de café, etc.

¿Cómo empezar?

Puedes comprar un recipiente especialmente diseñado para compostaje o construir una caja de madera. Solo recuerda dejar espacio entre las maderas para que circule el aire.

Una vez que tengas el recipiente, debes alternar capas de desechos de comida y del jardín con capas de tierra. Mantenlo húmedo y revuélvelo cada una o tres semanas con una pala.

Mira el paso a paso en este video de nuestros amigos de Greenpeace México.

Y sigue estos consejos: 

  • La compostera debe tener buena iluminación.
  • Los residuos orgánicos que fueron condimentados (con aceite, sal, etc.) no se pueden compostar. 
  • Agrégale lombrices para acelerar el proceso de descomposición.
  • Asegúrate de que tenga buen drenaje para que no se acumule agua. Esto podría generar mal olor.
  • Cuanto más pequeñas sean las piezas de comida y los desechos se desharán más rápido. 
  • El proceso de descomposición se hace más lento en temporadas de mucho frío, pero puedes continuar agregando materia orgánica.

¿Cómo descartar el aceite que usamos en la cocina?

El aceite vegetal usado (de oliva, girasol, soya, etc.) que tenemos que desechar (después de cocinar, freír) o la que viene en productos enlatados es un residuo que no debemos tirar por el desagüe de nuestro lavaplatos, ni en la basura ni en la compostera.

Un solo litro de aceite puede contaminar hasta mil litros de agua. Además, el aceite usado se puede aprovechar para fabricar biocombustible, fertilizantes, jabones, velas y más productos. 

Por este motivo, es importante que la juntes en un bidón o botella y la lleves al lugar recomendado por tu gobierno local cuando volvamos a salir de casa.

Ahora ya sabes, no todo lo que desechamos va a la caneca de basura.

Es momento de separar. Y puedes comenzar hoy mismo.