
© Diana Rey Melo / Greenpeace
La organización ambientalista y la artista Green Amarilla realizaron una intervención en el Parque de los Periodistas para visibilizar las principales amenazas que enfrenta la Amazonía y exigir acciones concretas rumbo a la COP30
Bogotá, 28 de octubre de 2025.– A dos semanas de la Cumbre del Clima (COP30) en Belém, Brasil, Greenpeace Colombia realizó una intervención artística y ciudadana en el Parque de los Periodistas Gabriel García Márquez, donde las letras gigantes que conforman la palabra “AMAZONÍA” fueron transformadas en una obra realizada por la artista Green Amarilla, simbolizando las principales amenazas que enfrenta el bosque tropical más grande del planeta: la ganadería extensiva, la minería y la expansión de hidrocarburos.


La acción, enmarcada en la campaña #RespetaLaAmazonía, buscó enviar un mensaje claro al Gobierno colombiano y a la comunidad internacional: la Amazonía no se negocia, se defiende.

“La Amazonía colombiana representa más del 42% de nuestro territorio y es nuestra mejor aliada en la lucha contra la crisis climática pero cada año perdemos miles de hectáreas de bosque. Solo en 2024 se destruyeron más de 77.000 hectáreas, el 70% de la deforestación total del país. No podemos llegar a la COP30 con promesas vacías. Es momento de que Colombia asuma un liderazgo real y promueva un acuerdo global vinculante que detenga y revierta la deforestación y la degradación de los bosques antes de 2030”, señaló Laura Caicedo, coordinadora de campañas de Greenpeace Colombia.

La instalación artística, que combinó arte, activismo y memoria ambiental, representa visualmente las heridas que la Amazonía sufre a causa de la extracción desmedida y la falta de regulación efectiva. Cada letra intervenida ilustra una amenaza:
- La “Z”, marcada por la ganadería extensiva, la cual genera sequías prolongadas, pérdida de cosechas y mayor vulnerabilidad frente a incendios, provocando la sabanización del territorio.
- La “O”, intervenida por la minería, símbolo del extractivismo que contamina los ríos, produce enfermedades en las comunidades y destruye ecosistemas y especies.
- Las “NIA”, cubierta por manchas oscuras que representan los hidrocarburos que avanzan sobre territorios de indígenas, comunidades locales y afrodescendientes y áreas de alta biodiversidad.

Más allá del arte, la acción de Greenpeace subraya la urgencia de proteger la selva amazónica, cuya degradación está provocando fragmentación de ecosistemas, pérdida de especies, alteración del ciclo del agua y aceleración del cambio climático.
Un llamado político y ciudadano desde Colombia hacia el mundo

Greenpeace recordó que la Amazonía no solo es vital para el equilibrio climático global, sino también el hogar y fuente de vida de miles de comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas. Su destrucción implica también la pérdida de cultura, saberes ancestrales y soberanía territorial.
Además, nos recuerda que si cae la Amazonía, caemos todos. La selva es fundamental para abastecer de agua nuestros páramos, nevados, ríos y océanos, toda Colombia depende de su estabilidad. Es un llamado a recordar que desde el Caribe, el Pacífico, los Andes y la Orinoquía, todas las regiones están conectadas a la Amazonía.

En este contexto, la organización hizo un llamado a los líderes globales que participarán en la COP30 para que adopten medidas concretas, entre ellas:
- Un plan global vinculante para frenar la deforestación y la degradación de los bosques a 2030.
- Finanzas climáticas justas y directas, que lleguen realmente a las comunidades que protegen los bosques.
- El fin de los combustibles fósiles en la Amazonía.
- Regulación y sanción efectiva de las industrias que se benefician de su destrucción.
Sin duda, la Amazonía es el corazón de nuestro continente. Protegerla no es una opción, es una obligación moral, climática y humana. Desde Colombia enviamos un mensaje claro: los bosques no pueden esperar.
La Amazonía colombiana no es solo un bosque: es un ecosistema que sostiene la vida. Es el aire que respiramos, el agua que bebemos, la memoria viva de los pueblos que la habitan y el hogar de miles de especies únicas que solo existen en nuestro país. Si cae la Amazonía, se debilita todo el sistema
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