Las sascaberas son enormes excavaciones, similares a minas a cielo abierto, que se utilizan para extraer sascab: un material pétreo proveniente de la piedra caliza que forma el suelo de la península de Yucatán. Su nombre viene del maya sascab o sahcab, que significa “tierra blanca”. Esta tierra es blanda, porosa y altamente valorada por la industria de la construcción.
Aunque su extracción parece inofensiva, las sascaberas generan graves impactos ambientales, sociales y a la salud, que amenazan tanto a los ecosistemas como a las comunidades que habitan en las cercanías.

¿Por qué las sascaberas son una amenaza para el medio ambiente?
La creciente demanda de sascab —alimentada por desarrollos inmobiliarios, turismo masivo y megaproyectos como el Tren Maya— ha intensificado la apertura de sascaberas en la región. Esto ha provocado:
- Deforestación: la apertura de estos bancos implica la eliminación total de la cobertura vegetal.
- Destrucción de hábitats: muchas especies como murciélagos, boas o lagartijas endémicas pierden su hogar o mueren, por lo que son más vulnerables a entrar en peligro de extinción.
- Erosión del suelo: al remover grandes volúmenes de piedra, se debilita la estructura del terreno.
- Riesgos al acuífero maya: muchas sascaberas están en contacto con el manto freático, poniendo en peligro la fuente de agua dulce para comunidades humanas, fauna e incluso actividades agrícolas.

En lugares como la sascabera de Xmatkuil, la explotación ha sido tan agresiva que los vecinos denuncian el uso diario de explosivos, que generan vibraciones intensas que han causado daños estructurales en al menos 40 viviendas cercanas, afectando paredes y techos.
¿Cuál es el impacto de las sascaberas en la salud humana?
En zonas densamente pobladas como Cancún o el norte de Mérida, las sascaberas aumentan el riesgo de enfermedades respiratorias. Esto ocurre porque la extracción convierte la roca en micropartículas que quedan suspendidas en el aire y pueden ser inhaladas por las personas.
Un estudio del Cinvestav Unidad Mérida confirmó que las partículas liberadas por una sascabera están afectando a la comunidad de Flamboyanes, así como a colonias cercanas. Pese a la gravedad, no existen actualmente indicadores que monitoreen esta forma de contaminación.
El problema se agrava en temporada de nortes o frentes fríos, cuando el viento ayuda a dispersar aún más las micropartículas, según datos de la Asociación Maya Peninsular.
¿Cuántas sascaberas existen en la península de Yucatán?
De acuerdo con datos de CartoCrítica, en la península de Yucatán hay al menos 9,978 hectáreas utilizadas como sascaberas. Esto representa miles de hectáreas de selva perdida, y una constante fuente de contaminación ambiental y deterioro social.

El problema no solo está en su existencia, sino en la falta de regulación y fiscalización. Se han documentado casos en los que funcionarios hicieron caso omiso a las recomendaciones técnicas y aprobaron permisos sin tomar en cuenta los impactos acumulativos.
¿Qué exigimos ante esta devastación?
Desde Greenpeace exigimos a la Semarnat:
- Detener las autorizaciones para nuevas sascaberas.
- Auditar rigurosamente los permisos existentes.
- Garantizar la protección de la selva maya y su acuífero ante los intereses de la industria extractiva y desarrollos inmobiliarios.
Las sascaberas están arrasando con la biodiversidad, el agua y el territorio. Súmate a la campaña México al grito de Selva y exige un alto a este modelo de depredación ambiental.
👉 Firma para defender la selva maya y frenar la destrucción causada por las sascaberas.

Las sascaberas se llevan el suelo, el agua y el futuro.
Firma para frenarlas