¿Cómo llegamos a la actual crisis plástica?

Hoy en día solo el 9% de todo el plástico que hemos producido y consumido hasta la actualidad a nivel mundial se ha reciclado, el 12% se ha incinerado, y la gran mayoría, el 79%, ha terminado en vertederos o en el medio ambiente. Cada minuto un camión cargado de plásticos llega al océano.

Los plásticos que usamos cada día pueden acabar en nuestros mares y océanos aunque los hayamos depositado en el bote de basura.

A pesar de esto y los estudios recientes que muestran que en el cuerpo humano también hay microplásticos, las voces de la sociedad civil que han exigido un cambio por años, han sido ignoradas por diferentes actores políticos y en su lugar han preferido escuchar las voces de la industria plástica, responsable de la crisis a la que nos enfrentamos. A esta industria la mueven sus propios intereses y no les importa que sus plásticos estén asfixiando a miles de animales marinos, que estén envenenando nuestra comida e incluso contaminando nuestros cuerpos, como nuestros pulmones, la leche materna y las placentas de mujeres embarazadas donde se han encontrado microplásticos.

¿Cuál es la solución, qué podemos hacer?

Lo único que puede conseguir océanos sin plásticos y detener a los principales villanos como Coca-Cola, PepsiCo, Nestlé, Unilever y la clase política que nos ha ignorado, es tu voz, tu actuar, tu poder.

No sólo las y los políticos pueden cambiar las leyes. La ciudadanía también tiene el poder de transformar la realidad en la que vivimos y proponer iniciativas ciudadanas que obliguen a las industrias a cumplir con sus responsabilidades ambientales. 

Tenemos el poder de presentar en el Congreso de la Unión una iniciativa ciudadana que reforme la Ley General de Residuos (LGPGIR) para obligar a las industrias a detener la comercialización de plásticos desechables y el diseño de productos concebidos para tirarse, y así combatir el problema desde su raíz. Ante la inacción de la clase política, la ciudadanía se levanta.

¿Qué es una iniciativa ciudadana?

La iniciativa ciudadana es una manera proactiva de alzar tu voz. Es un mecanismo de participación ciudadana que le da el poder a las organizaciones de la sociedad civil y a la ciudadanía el derecho de presentar propuestas de ley al Poder Legislativo y así participar de alguna forma en la toma de decisiones públicas gubernamentales.

El poder de una iniciativa ciudadana

Las firmas de una iniciativa ciudadana son firmas que tienen un peso legal. Para que la ciudadanía pueda presentar una iniciativa ciudadana, ésta debe ir respaldada por firmas validadas por el INE. Es decir, a través de estas firmas podemos ejercer nuestro derecho de presentar una iniciativa popular para generar un cambio en la ley.

La iniciativa ciudadana de Greenpeace busca:

Responsabilizar

a los productores e importadores de plástico incluyendo en la ley la Responsabilidad Extendida del Productor (REP) para que así asuman la responsabilidad del impacto medioambiental de sus productos durante todo el ciclo de vida.

Prohibir

en todo el territorio nacional los productos de plástico de un solo uso y unicel desechables y se prioricen en la ley opciones retornables y de reutilización.

Evitar

que los desechos plásticos sean quemados o procesados para ser usados como combustibles que generan más contaminación al aire, suelo y agua, impactan en el clima, y dañan la salud humana y la de los ecosistemas.

Ayúdanos a conseguir más firmas

Únete como auxiliar y capta más firmas con tus conocidos.

¿Cómo se financia esta campaña?

Esta campaña es 100% financiada por donativos individuales, como el tuyo. Gracias a personas comprometidas como tú, será posible que realicemos todo el trabajo para conseguir Océanos Sin Plásticos. Tu participación nos permite desafiar a empresas y gobiernos para que asuman compromisos audaces.

¡Nuestros océanos te necesitan más que nunca! Imagina un mundo donde nuestras huellas en la arena no estén marcadas por plásticos y las criaturas marinas naden sin temor a enredarse en desechos plásticos. Este no es un sueño lejano, sino un destino posible si elegimos actuar con valentía y urgencia, y si debemos hacerlo, mejor hagámoslo juntas.

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