
Los glaciares, esas imponentes masas de hielo que nos deslumbran con su belleza y que apreciamos por su papel como reguladores del clima y fuentes de agua dulce, también tienen otra misión silenciosa: esculpir el paisaje.
Ahora, gracias al uso de machine learning (aprendizaje automático, que es una rama de la inteligencia artificial), un equipo de científicos logró generar la visualización más completa hasta el momento que muestra cómo los glaciares erosionan la tierra a diferentes velocidades, determinadas por el clima, la geología y el calor. Además, la investigación brinda un dato muy importante: la tasa estimada de la erosión futura contemporánea para más de 185.000 glaciares en todo el mundo.
¿Qué significa que los glaciares “tallan” el paisaje?

Primero debemos comprender que los glaciares no son bloques inmóviles de hielo. Se desplazan lentamente por la pendiente debido a la fuerza de la gravedad, de un modo similar al agua de un río que busca el valle. En la superficie, el deshielo puede filtrarse entre las rocas y volver a congelarse durante la noche, lo que contribuye a fracturarlas.
Este movimiento, aunque a veces imperceptible a simple vista, es constante y ocurre por el peso del hielo, la acumulación de nieve en zonas altas, entre otros factores. Al avanzar, los glaciares arrastran rocas y sedimentos que actúan como verdaderas herramientas de desgaste, tallando el terreno.
Es decir, que estos gigantes helados se desplazan, desgastan y modifican la forma de la superficie terrestre, creando formas y relieves característicos. A esto se conoce como erosión glacial.
Por citar un ejemplo, en Canadá los imponentes cuerpos helados tallaron los profundos valles de Banff y erosionaron los suelos de lo que hoy es la provincia Ontario. Al mismo tiempo, los glaciares depositaron sedimentos fértiles en la zona de las praderas. Al día de hoy, siguen transformando la superficie de la Tierra.
¿Qué resultados obtuvo la investigación?
El trabajo logró proyectar la erosión glacial para 85% de los glaciares actuales. Entre los resultados se muestra que el 99% de los glaciares analizados presentan tasas de erosión estimadas entre 0,02 y 2,68 milímetros por año, un rango equivalente al grosor de una tarjeta de crédito. Estas cifras permiten estimar que, en conjunto, los glaciares remueven cerca de 23 gigatoneladas de material rocoso anualmente.
La investigación fue realizada por la geógrafa Sophie Norris de la Universidad de Victoria (UVic) junto a un equipo internacional y publicada el 7 de agosto en la publicación Nature Geoscience.
Estos datos nos muestran cómo los glaciares moldean el terreno, cuánto material arrastran y depositan cada año, y por qué eso importa: para anticipar cambios en montañas y valles y entender cómo circulan los nutrientes que mantienen vivos ríos, lagos y océanos.
Al respecto, Norris, autora principal del estudio, explicó en un comunicado que “las condiciones que provocan la erosión en la base de los glaciares son más complejas de lo que pensábamos. Nuestro análisis reveló que muchas variables influyen significativamente en las tasas de erosión: la temperatura, la cantidad de agua bajo el glaciar, el tipo de rocas presentes en la zona y la cantidad de calor que proviene del interior de la Tierra”.

Cuando hablamos de glaciares debemos resaltar que el contexto de crisis climática que atravesamos, se ven amenazados por la quema de combustibles fósiles, el aumento de las temperaturas globales, la tala de bosques, la expansión de los proyectos mineros y las fronteras petroleras que siguen poniéndolos bajo presión.
Por eso, debemos recordar que su pérdida representa una amenaza directa a la vida tal como la conocemos: sin glaciares, no hay agua; sin agua, no hay futuro.
Aún estamos a tiempo de protegerlos.

Es importante comprender el rol fundamental que cumplen tanto los glaciares como el ambiente periglaciar en el resguardo de los recursos hídricos, por lo cual ambos necesitan protección.
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