En estos momentos de crisis climática evidente, con efectos concretos en distintas regiones, no podemos seguir postergando medidas que puedan proteger los ecosistemas frágiles,
Los incendios en bosques, humedales y pastizales cada vez son más recurrentes. En la actualidad, hay varios puntos de la Patagonia bajo fuego. El Parque Nacional Los Alerces en Chubut ya perdió más de 2.000 hectáreas, el Parque Nacional Lanín en Neuquén entre otros se ven afectados por el fuego.
Los recursos a la fecha son insuficientes para combatir los incendios, se necesita mayor infraestructura y brigadistas . Y la posible flexibilización de leyes ambientales sólo facilitará que haya más fuegos. En los últimos 5 años los incendios forestales arrasaron 35.000 hectáreas de bosques andino patagónicos. El 95% de los incendios forestales son por causas humanas.
Desde Greenpeace expresamos rechazo a las posibles modificaciones en la Ley de Quemas, y la Ley de Manejo de Fuego, dado que afectarían directamente a humedales y pastizales.
Con todas estas condiciones en contra, ¿Cómo lo pueden hacer las personas para protegerse? Acá algunos consejos de la CONAF (Corporación Nacional Forestal) de Chile:
1) Separar de las paredes de las casas el material inflamable:
Rolando Pardo, jefe del Departamento de Prevención de Incendios Forestales de este organismo, aconseja quitar combustibles y material inflamable del entorno más cercano de las casas, como techo, ventanas y paredes, y dejarlos a una distancia de al menos dos metros.
“Las sillas de playa, balancines, juegos de terraza, etc, que sean de plástico y metal, no deben estar junto a las paredes. Tampoco los balones de gas, los bidones con combustible, la paja del trigo o la leña”, detalla.
El especialista explica que este tipo de materiales “transfiere calor a corta distancia, por radiación. Es decir, que frente al fuego directo, calienta más rápido las superficies de su entorno cercano lo que favorece la propagación de las llamas. Por eso, entre más grande sea el material inflamable, más amplia debe ser la distancia de su ubicación con respecto a la vivienda”, explica.
2) Mantener el techo limpio:
Pardo explica que en un incendio, las llamas forman columnas de convección que ascienden el calor, las que en combinadas con el viento, liberan material encendido (llamado pavesas) por el cielo que podría caer sobre las casas.
“De ahí el llamado insistente a mantener los techos limpios y libres de basura. No se debe usar como espacio para almacenar plásticos u otros materiales inflamables como palos o plásticos, o dejarlo con las hojas secas de la temporada anterior, porque todo eso puede propagar el incendio hacia la casa”, detalla.
3) Ramas que no se toquen entre sí:
El jefe del Departamento de Prevención de Incendios Forestales, dice que las ramas de los árboles cercanos a la casa no se deben tocar entre sí o a la vivienda. “Esta acción lo que busca es evitar que las llamas se pasen a la construcción y para ello, la vegetación debe tener una distancia entre sí. De esta forma, si un árbol se quema, no traspasará el fuego al de al lado por contacto y evita que éste se siga propagando. Lo mismo con el pasto y los materiales. El objetivo es evitar que las llamas tengan continuidad”, detalla.
Y afirma que no se trata de “eliminar vegetación, como ocurre en el caso de los cortafuegos convencionales, en los que se construyen una zanja libre de materia orgánica que llega hasta el suelo mineral -que acarrea otros problemas en invierno-, si no de un manejo correcto de la misma para evitar la transferencia del fuego y el calor”, explica.
4) Construcciones en pendiente libres de vegetación:
Rolando Pardo dice que en los únicos casos que se recomienda cortar árboles y vegetación es en el entorno cerca de viviendas en pendientes, por la columna de convección “que eleva las llamas y precalienta la vegetación combustible, facilitando la propagación del fuego”.
5) Cuidado con las herramientas:
El especialista de Conaf dice que en el último tiempo han visto incendios cuyo origen está en las nuevas construcciones por parcelaciones. “Son los mismos propietarios, o maestros sin calificación, los que levantan las casas con instalaciones eléctricas defectuosas que luego causan incendios. O que usan herramientas como galleteras, máquinas soldadoras y cortadoras de metales, que tiran chispas que entran en contacto con otros materiales combustibles, como la maleza, en horarios de mucho calor, facilitan la ocurrencia de incendios”, cuenta.
Pardo reconoce, además, que se trata de una población compleja, porque “no habitan sus casas de forma habitual y es muy difícil encontrarlos para educarlos en la prevención”, confiesa.
De ahí, que su consejo sea siempre hacer estos trabajos acompañados por alguien que esté siempre vigilando el entorno y sea capaz de reaccionar rápido frente al fuego. “Cuando un fuego supera los cien metros cuadrados, va a decir diez por diez, es prácticamente imposible que una persona lo pueda controlar”, asegura.
Por último, el especialista de la Conaf recomienda no usar fuentes de calor cerca de la vegetación entre las 11 de la mañana y las 18 de la tarde, en verano, y denunciar comportamientos sospechosos, como la quema de pastizales. En el siguiente link se puede consultar material dispuesto por este organismo: Pequeñas acciones crean grandes efectos.
Estos consejos responden a acciones que cada persona, de forma individual o comunitaria, puede realizar para evitar incendios.
Desde Greenpeace seguimos reclamando recursos económicos y humanos para el efectivo combate al fuego, la restauración de los bosques nativos destruidos y que se cataloguen como delito penal a los incendios forestales como así también los desmontes.
La solución no es desmantelar o reducir la ley haciendo legal lo que hoy es ilegal, sino promover mayores controles y sanciones a quienes destruyen los bosques.
La presión de la gente es fundamental para salvar ecosistemas vitales como los bosques en el marco de la actual crisis climática y de biodiversidad.
Junto a más de 40 organizaciones ecologistas, sociales e indígenas, seguimos invitando a firmar la petición salvalasleyesambientales.org de la cual ya participaron más de 150.000 personas.