El fotógrafo Christian Åslund, quien a través de los años realizó distintos encargos para Greenpeace, ha estado trabajando en un proyecto especial. Desde 2002 está a cargo de una investigación visual de los glaciares en el archipiélago Svalbard, en el Ártico.
De esta manera pudo documentar el retroceso del hielo que se viene experimentando desde principios de siglo. Para graficarlo, se comparan imágenes actuales con las de archivo del Instituto Polar de Noruega que data de antes de 1900.
Con esta misión, a principios de año Christian abordó el barco Witness de Greenpeace para volver a visitar algunos de los glaciares que fotografió en los inicios de este encargo, 22 años atrás. Al mismo tiempo, aprovechó para fotografiar algunos nuevos puntos para su proyecto actual.
En palabras del fotógrafo:
“En muchos de los glaciares que capturé para estas series vimos la misma historia: paredes de hielo que ya no existen y glaciares replegándose hasta ser casi la nada misma. Esto ilustra lo rápido que nuestro planeta está cambiando a la par que el cambio climático y sus consecuencias empeoran . El Ártico es nuestro centinela climático, es donde las crisis del clima y los océanos convergen, y donde los impactos que esto tiene son vistos y sentidos con más fuerza”.
En 2002 la documentación del icónico glaciar Blomstrandbreen evidenció una retracción de casi 2 km comparada con los datos de 1928, con una tasa acelerada de 35 metros perdidos desde 1960 y aún más alta en la última década. Las impresionantes imágenes obtenidas desde entonces sólo ilustran la terrorífica extensión de hielo que se perdió en el último siglo.
Comparación de imágenes de glaciares – Blomstrandbreen, Svalbard
Comparación de imágenes de glaciares – Ny Alesund, Svalbard
El rápido calentamiento del Ártico tiene graves consecuencias. Las capas de hielo y glaciares que se derriten llevan al aumento del nivel del mar, mientras la pérdida del hielo marino expone al océano más oscuro que termina por absorber el calor en vez de reflejarlo, ocasionando más cambios en los patrones climáticos.
Las crisis climática y oceánica están interrelacionadas. Por eso, a la par que la primera se intensifica se socovan la capacidad del océano de mitigar los efectos más severos y de sostener a las comunidades costeras y a la vida de los ecosistemas marinos. Situación que acontece a una escala sin precedentes.
Comparación de imágenes de glaciares – Kongsbreen
Comparación de imágenes de glaciares – Nordenskioldbreen
Comparación de imágenes de glaciares – Tempelfjorden
Comparación de imágenes de glaciares – Kongsfjorden, Svalbard
Comparación de imágenes de glaciares –Lovénbreen
Hay que decir, una vez más, que proteger la salud de los océanos es esencial. Para lograrlo debemos preservar el 30% de estos ecosistemas del planeta para el año 2030 e implementar una red de santuarios oceánicos es la única manera de lograrlo.
Es por esto que Greenpeace exige a los gobiernos que ratifiquen el Tratado de los Océanos de Naciones Unidas para junio de 2025 para comenzar a establecer esas áreas protegidas en alta mar hasta llegar al 30% que se debe alcanzar para 2030.
Frente al cambio climático, Greenpeace explica porque la conservación de los glaciares es crucial para garantizar un futuro en equilibrio con el planeta.