12 de agosto de 2025.- Greenpeace manifiesta su preocupación y repudio ante el Plan de Inteligencia Nacional elaborado por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) que incluye el espionaje a ecologistas e indígenas; y frente a las recientes agresiones en redes sociales a organizaciones y activistas ambientales por parte de actores vinculados al gobierno.
El Plan de Inteligencia, recientemente revelado por medios periodísticos, pretende “identificar y monitorear” a “actores de interés”, “actores estratégicos”, “actores no estatales”, y actores que tengan la capacidad de “manipular la percepción” de las personas con ideas contrarias al gobierno.
De acuerdo a los documentos que se conocieron, la SIDE vigilará tanto al activismo ambientalista y a los pueblos originarios, como así también a todos aquellos que tengan capacidad de incidencia política o de obstruir proyectos extractivos y la explotación de “recursos naturales estratégicos”, y a quienes promuevan las “energías renovables” o se refieran al “cambio climático”. Se trata de un espionaje completamente ilegal que ya ha sido denunciado ante la Justicia por organizaciones de derechos humanos y dirigentes políticos.
En el mismo sentido, denunciamos las agresiones en redes sociales hacia Greenpeace, otras organizaciones ecologistas e integrantes de las mismas y activistas, por parte de funcionarios o seguidores del gobierno. Nos solidarizamos con las personas y organizaciones afectadas.
Greenpeace recuerda que la libertad de expresión no se limita a ideas mayoritarias o favorables al gobierno, sino también a aquellas que puedan cuestionar o sean contrarias a las políticas estatales. Expresar opiniones no debería implicar riesgos.
Las manifestaciones públicas son herramientas para visibilizar reclamos e interpelar a las autoridades. Cuando se amenaza, reprime o deslegitima la libertad, la calidad de la democracia se ve afectada en su práctica diaria. El ejercicio de la protesta pacífica y a manifestar libremente nuestras ideas es fundamental en cualquier democracia, y un derecho que el Estado debe respetar y garantizar.
Greenpeace es una organización ecologista internacional, económica y políticamente independiente, que no acepta donaciones ni presiones de gobiernos, partidos políticos o empresas, y se financia con la contribución de 3 millones de individuos en todo el mundo. Nuestras posiciones están basadas en la ciencia y nuestras actividades se realizan bajo el principio de la no violencia.