Greenpeace advierte que el Congreso tendrá la oportunidad de defender los glaciares y el ambiente periglaciar y evitar un retroceso ambiental al no avalar una modificación inconstitucional.

Buenos Aires, 16 de diciembre de 2025 – La organización ambientalista Greenpeace afirmó que el proyecto de ley enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo altera el espíritu y el alcance de la Ley de Glaciares y pone en riesgo protecciones esenciales que brinda la norma al condicionar la conservación de los glaciares y del ambiente periglacial a evaluaciones discrecionales, cuestionar el valor hídrico integral y trasladar a las provincias la definición efectiva de qué queda protegido, lo cual vulnera el carácter nacional de los presupuestos mínimos ambientales establecidos por la Constitución Nacional.


“Modificar la ley es inconstitucional. Constituye un serio retroceso en las políticas ambientales del país, debilita el carácter de presupuesto mínimo ambiental validado por la Corte Suprema, vulnera gravemente los compromisos internacionales asumidos por Argentina para hacer frente a la crisis climática, debilita la coherencia de nuestra política ambiental y expone a las reservas estratégicas de agua dulce a un riesgo que el país no puede permitirse. No hay desarrollo posible si se recortan las bases de protección que garantizan seguridad hídrica y estabilidad para comunidades y ecosistemas de todo el país”, señaló Agostina Rossi Serra, especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina.

Con una intervención creativa, activistas de la organización se acercaron hoy al Congreso para realizar un simulacro de votación mediante un dispositivo similar a un videojuego, que representa de forma simbólica las discusiones que se darán en el ámbito legislativo los próximos días. La acción, cuyo lema fue “Están jugando con el agua de todos. La Ley de Glaciares no se toca” representó una puesta en escena clara y directa para evidenciar las consecuencias ambientales de los cambios que se proponen y el riesgo de convertir límites ambientales claros en decisiones negociables.
Mientras la legislación actual protege a todos los glaciares y al ambiente periglacial, estén o no incluídos en el Inventario Nacional, esta reforma propuesta condiciona esa protección y habilita su revisión y eventual exclusión.
La iniciativa enviada al Congreso, a su vez, reemplaza prohibiciones claras de actividades sobre glaciares por evaluaciones, y habilita que la protección de glaciares y del ambiente periglacial dependa de dictámenes administrativos y decisiones caso por caso, definidos a nivel provincial.
Los glaciares y el ambiente periglacial son reservas estratégicas de agua dulce que abastecen de forma directa a 7 millones de personas en el país e indirectamente sostienen actividades económicas regionales como la agricultura y el turismo. La ley vigente protege estos ecosistemas de manera integral, sin condicionarlos a verificaciones posteriores, ya que reconoce que un daño puede ser irreversible. Su degradación no solo compromete el agua en la actualidad, sino la resiliencia hídrica necesaria en un país afectado por la crisis climática.
Greenpeace pide a la ciudadanía que participe activamente en la defensa de los glaciares y exija a los legisladores que no avalen una modificación de la ley. “Sin glaciares, la vida en el planeta es inviable. No podemos permitir que toquen la Ley de Glaciares: implicaría una condena al agua de los argentinos. Degradar la norma sería ceder a presiones que no representan el interés de la sociedad. Argentina ya eligió una vez proteger sus fuentes de agua. Hoy la ciudadanía tiene la oportunidad de reafirmarlo. Cuidar los glaciares no es frenar el desarrollo, es asegurar que el país tenga agua para sostenerlo”, agregó Rossi Serra.
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La Ley de Glaciares, sancionada en 2010, fue un logro de miles de personas y cientos de organizaciones civiles que estableció salvaguardas estrictas para proteger a los glaciares y al ambiente periglacial. La legislación original prohíbe actividades que puedan afectarlos, como la exploración y explotación minera e hidrocarburífera, y reconoce la importancia de estos ecosistemas en la lucha contra la crisis climática y en la provisión de agua para millones de personas. Su fortaleza radica en su carácter nacional, uniforme y no negociable.
Es importante comprender el rol fundamental que cumplen tanto los glaciares como el ambiente periglaciar en el resguardo de los recursos hídricos, por lo cual ambos necesitan protección.
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