“Cuarentena” fue la palabra del año.

Cuando miremos hacia atrás, recordaremos al 2020 como el año que interrumpió nuestra vida: estuvimos en aislamiento durante meses, haciendo todo desde casa, sin poder ver a familiares y amistades, lavando nuestras manos constantemente y practicando la distancia social. Muchas veces nos preocupamos y sentimos ansiedad por las incertidumbres de la vida en el encierro. 

Pero en medio de una pandemia mundial, también enfrentamos una amenaza más grande. Mientras algunas personas se sentían seguras en sus casas, miles luchaban por sobrevivir en un clima extremo. 

El 2020 nos dio una peligrosa mezcla de incendios forestales, olas de calor, huracanes y tifones que resultaron en grandes inundaciones en varias partes del mundo. 

Esta colección de fotos es para aplaudir a activistas y profesionales de la fotografía y video que arriesgaron sus vidas durante la pandemia para ser testigos de estos incidentes y para asegurarse de que fueran documentados para que el mundo los viera. Llegamos a un punto de inflexión climático y debemos actuar ahora.

Incendios en Australia. © Kiran Ridley / Greenpeace

Australia enfrentó incendios devastadores que destruyeron casi 11 millones de hectáreas y causaron al menos 29 muertos. Se estima que más de mil millones de aves, mamíferos y reptiles, muchos exclusivos de Australia, murieron o sufrieron graves consecuencias. Bomberos voluntarios del Servicio Rural de Fuego fueron testigos de cómo el “mega” incendio de Nueva Gales del Sur se acercó a los límites del pequeño pueblo de Tumbarumba en las Montañas Nevadas.

Pingüinos de la Antártida. © Abbie Trayler-Smith / Greenpeace

Pingüinos de barbijo y pingüinos Gentoo pescan en un iceberg cerca de la isla Media Luna. Estuvimos en la Antártida en la última parte de la expedición para proteger los océanos, un viaje de un año de Polo a Polo. Nos unimos a un grupo de científicos para investigar y documentar los impactos de la crisis climática en la zona. 

Deforestación en el Gran Chaco argentino. © Martin Katz / Greenpeace

El gran Chaco es el segundo bosque más grande de América del Sur, después del Amazonas. En el área habitan 3.400 especies de plantas, 500 especies de aves, 150 mamíferos, 120 reptiles y comunidades indígenas. En los últimos 3 años, Argentina perdió 8 millones de hectáreas de bosques por la agricultura y la ganadería intensiva. La deforestación empeora el cambio climático y genera fenómenos extremos como sequías y fuertes tormentas. 

Decoloración del coral en la Gran Barrera de Coral. © Victor Huertas / Greenpeace

La gran barrera de coral de Australia enfrenta su tercera decoloración en 5 años. En isla Magnética, peces damisela (Neopomacentrus bankieri y Pomacentrus moluccensis) y peces mariposa dorada (Chaetodon aureofasciatus) nadan al lado de corales Acropoca decolorados. 

Nuevos incendios en el Amazonas. © Christian Braga / Greenpeace

Cada año, Greenpeace Brasil sobrevuela el Amazonas para monitorear la deforestación y los incendios forestales. En julio del 2020, se hicieron sobrevuelos en los puntos con Deter (un sistema de detección de la deforestación en tiempo real) y alertas de incendios del Inpe (Instituto Nacional de Investigación Espacial) en los estados de Pará y Mato Grosso. Este año, al igual que el año pasado, los incendios en el Amazonas no son un accidente. Son generados intencionalmente por agricultores y acaparadores de tierras para expandir la frontera agrícola-ganadera y son empeorados por la agenda anti-ambiental de Bolsonaro. Las comunidades indígenas corren el mayor riesgo, ya que el fuego amenaza sus casas, sustento y salud. 

Fuertes lluvias causan destrucción en Kyushu, Japón. © Masaya Noda / Greenpeace

La temporada de inundaciones más devastadora de la historia está causando estragos en muchos países: China, India, Nepal, Bangladesh, Japón, Indonesia, Pakistán, Tailandia, Corea del Sur, Kenia, Sudán, Nigeria y Yemen. Globalmente, más de 50 millones de personas sufrieron los impactos de estas inundaciones y este número va a seguir aumentando, sobre todo teniendo en cuenta las evidencias de que la crisis climática va a empeorar si no hacemos nada para reducir las emisiones globales.

Acciones en el océano. © Andrew McConnell / Greenpeace

Activistas de Greenpeace abordan el barco frigorífico Taganrogskiy Zaliv (vinculado a Laskaridis Shipping Ltd.), para realizar una inspección. El barco estaba camino a dejar su carga y el barco Esperanza de Greenpeace estaba en la última parte de la campaña “Protege los océanos”, navegando del Ártico a la Antártida. Esta expedición de casi un año, la más grande hasta el momento, mostró las amenazas que enfrentan los océanos y sirvió para exigir un Tratado Global para proteger las aguas internacionales. 

Agricultura ecológica en Kenia. © Paul Basweti /Greenpeace

Quema de las hojas de Paw Paw para tener una consistencia de ceniza. Agricultores de Kenia aplican prácticas ecológicas para lograr más resiliencia y lidiar con el cambio climático. El sistema alimentario del país está devastado y la agricultura industrial amenaza su seguridad. Estas prácticas no solo afectan el ambiente, sino también a los pequeños productores que actualmente alimentan Kenia.

California de rojo. © David McNew / Greenpeace

Árboles incendiados a lo largo de la autopista de Los Ángeles, mientras los fuegos superan las 40 mil hectáreas en la mañana del 21 de septiembre, cerca de Wrightwood, California. 

Los incendios destruyeron gran parte del bosque nacional Angeles y amenazaron los históricos observatorios del monte Wilson. Los fuegos superaron las 40 mil hectáreas, convirtiéndose en los más grandes de la historia de Los Angeles. 

Este es solo uno de los incendios que azotó California en 2020. Las temporadas de incendios son cada vez más largas e intensas. El aumento de temperatura causado por la crisis climática seca los bosques y otras áreas naturales, haciendo más probable que se incendien. Las personas están perdiendo sus vidas, su casas, sus pertenencias y sustento. Están muriendo especies nativas y los bosques de los que todos dependemos están desapareciendo. Este año, con el riesgo adicional del COVID-19, las personas enfrentan un riesgo más a su salud, ya que aumentan los fuegos y la contaminación del aire. 

Desastre ecológico en Rusia. © Elena Safronova / Greenpeace

Kamchatka sufrió un desastre ambiental: animales del fondo marino aparecieron muertos en la costa. Por el momento se consideran varias hipótesis, como el derrame de sustancias tóxicas de un basural pesticida, derrames de otros objetos y proliferación de algas nocivas. No hay conclusiones, la investigación continúa. La oficina del fiscal admitió que las acciones del gobierno para averiguar las razones fueron inoportunas, al mismo tiempo que reveló muchas otras violaciones ambientales en Kamchatka. El gobierno decidió cerrar el basural pesticida y establecer un sistema de monitoreo para revelar los problemas en el océano de manera temprana.

Consecuencias de los tifones. © Basilio H. Sepe / Greenpeace

Tifones consecutivos azotaron Filipinas en noviembre, causando inundaciones que dejaron más de 3 millones de personas desplazadas. Hasta el 17 de noviembre, los daños a la agricultura alcanzaron los $256 millones y los destrozos a la infraestructura llegaron a los $165 millones. El presidente Duterte declaró en estado de calamidad a toda la isla de Luzon, para permitir la movilización de fondos de apoyo y recuperación. De todos modos, la población utilizó las redes sociales para exigirle al gobierno que se responsabilice por su falta de preparación y para que persiga la justicia climática.

Maravillas bajo el mar. © Paul Hilton / Greenpeace

Los manglares de Raja Ampat, Papua, Indonesia, son hogar de muchas especies exóticas y son vitales para la supervivencia de peces jóvenes. Desafortunadamente, este bello ecosistema está amenazado por los daños a los arrecifes de coral y por la contaminación plástica.