
El calentamiento climático se sigue acelerando, esta es la verdad incómoda que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó hoy al publicar su nuevo informe.
La OMM comprobó que los últimos 10 años fueron los más cálidos desde que hay registros y que 2024 fue el año más cálido.
Sus mediciones confirman lo grave que es la tendencia de calentamiento del planeta, algo que no se frenará mientras continuemos teniendo récords máximos de emisiones de efecto invernadero cada año.
El informe también difundió estos pronósticos sobre lo que se prevé ocurra en la próxima década: |
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Al menos un año entre 2025 y 2029 será el más cálido jamás registrado, superando así el valor del año 2024 (80 % de probabilidades). |
El calentamiento medio quinquenal del período 2025 – 2029 será superior a 1,5 °C (70 % de probabilidades). |
El calentamiento del Ártico seguirá superando el calentamiento medio del planeta. |
La comunidad científica advierte que con cada nueva fracción de grado de calentamiento se agrava la incidencia de los eventos extremos haciendo que las olas de calor sean más dañinas, las precipitaciones más extremas y las sequías más intensas. Al mismo tiempo, esto provoca que los los mantos de hielo, el hielo marino y los glaciares se fusionen con más rapidez; llevando a un aumento del calentamiento del océano y a la subida del nivel del mar. Es decir, un gran efecto dominó que afecta las vidas, el desarrollo sostenible y las economías.
La OMM mantiene sus esperanzas en que se pueda dar un gran paso en la lucha contra el cambio climático en el marco de la 30° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebrará en noviembre en Belém (Brasil) y durante la cual los países presentarán sus nuevos planes de acción climática.
Ante un panorama climático donde hemos perdido la primavera y el otoño, desde Greenpeace insistimos en la necesidad de adaptar los entornos urbanos para proteger a la población, especialmente a la más vulnerable. Las instituciones deben impulsar y facilitar medidas que lleguen hasta el ámbito local y conviertan los municipios en lugares seguros, saludables y justos.

Es urgente trabajar en la regeneración de los ecosistemas, cuidar los espacios verdes existentes y sumar superficies permeables, todas soluciones que contribuyan tanto a la adaptación como a la mitigación frente a las consecuencias severas de la crisis climática, y que deben ser dos de los ejes centrales de las políticas públicas.
Todas estas acciones deben ir acompañadas de medidas sociales, fundamentales para romper la desigualdad en la vulnerabilidad a la emergencia climática.