© Boy T Harjanto

Practicar el consumo responsable, como todo hábito, comienza de menor a mayor. Si hay que definir de qué se trata basta decir que es una forma de encarar las compras de cada día en la que se ve más allá del producto, la huella que dejó su creación y la que dejará su uso (sea un alimento, una prenda de vestir o un transporte). 

Es decir que la propuesta es no consumir por impulso sino ir adquiriendo una mirada crítica ante las compras que realicemos. Te compartimos algunas formas de aplicar este nuevo filtro sustentable a tu rutina:

1. Evitar productos de “usar y tirar”

Esta es una de las formas más claras en las que nos damos cuenta del impacto de lo que consumimos. Por ejemplo: sorbetes, bandejas y cubiertos plásticos, bolsas y botellas de bebidas -que se usan unos minutos y terminan enseguida en la basura- pueden reemplazarse por opciones reutilizables si se planifica cada salida.

2. Comprar el contenido y no el envase

Se puede empezar por probar en las compras de verduras y frutas, llevando tus propias bolsas reutilizadas para no tener que usar nuevas. A prestar atención: si los productos vienen en bandejas o films plásticos innecesarios, optar por los que vengan sueltas. 

En general, cuando estés frente a la góndola valorá si estás eligiendo por lo vistoso del packaging o por la calidad de lo que quieres comer.

3. Comprar productos locales

Uno de los grandes causantes de la emisión de dióxido de carbono y otros gases nocivos es el transporte. Si intentas comprar local, evitarás producir una cantidad ingente de dióxido de carbono, y así ayudarás a frenar todas las cosas negativas que acarrea. 

4. Elegir productos de temporada  

Por el contrario, consumir aquello que no es de temporada requiere refrigeración, tener las neveras andando genera miles de toneladas de dióxido de carbono que contribuyen al cambio climático.

Mira el calendario con el detalle completo sobre qué frutas y verduras consumir dependiendo de la estación.

 5. Evitar el desperdicio de alimentos

Te contamos todo lo que tiene que saber sobre el tema, en esta nota (enlace a la nota si es que se publica antes que esta)

Estos son algunos tips para un consumo responsable de alimentos, pero también los hay para la ropa, el transporte, los recursos como el agua, la electricidad y el gas

Sin dudas, frenar la crisis climática y empezar a crear una sociedad en armonía con la naturaleza comienza por reflexionar y rediseñar nuestras formas de consumo

© Martín Katz

¿Puede el consumo ser un acto revolucionario?

Considerando que el comercio es una de las actividades con mayor potencial de transformación de realidades y de conexión entre las personas, comprar responsablemente es una forma de activismo que puede ayudar a combatir la ecoansiedad

Puede parecer arriesgado plantear al consumo como una acción tan poderosa, pero no lo es. En tanto la economía capitalista en la que vivimos se basa en producir y consumir cada vez más, desechando lo que no se necesite sin pensarlo dos veces, parar la pelota y reescribir las reglas es un gran primer paso para cambiarlo todo.

Sin ir más lejos, elegir a quién comprar un pantalón o un kilo de tomates puede abrir las puertas a conocer a quienes están trabajando para cambiar el mundo para mejor. Y, al optar por quienes producen responsablemente estaremos apoyando el cuidado de los recursos, la creación de objetos que duran más y el trabajo en condiciones dignas

Como todo en la vida, esto se trata de progreso y no de perfección. Seguramente no puedas hacer todas tus compras a marcas responsables, o libres de plástico o a productores de cercanía. Pero eso no hace que tu aporte sea menos valioso así que, en la medida de lo que puedas, haz que tus compras creen otra realidad posible.