Una reciente investigación encontró que cada vez más personas que no son fumadoras enferman de cáncer de pulmón y estima que el factor desencadenante podría ser la contaminación del aire.

Proyección con dron en el Festival Ladera Sur en la ciudad de Santiago de Chile, para protestar contra la ampliación del proyecto minero Los Bronces.
Activistas de Greenpeace Andino colocan una pancarta en la estatua del Cid Campeador en Buenos Aires para crear conciencia sobre la contaminación del aire en la ciudad.
Activistas en la estatua del Cid Campeador en Buenos Aires, Argentina.

El estudio realizado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer y publicado en The Lancet, con datos de 2022, considera que cerca de 200.000 de los nuevos casos fueron causados por la contaminación atmosférica. 

Hablamos de un tipo de cáncer que tiene la mayor incidencia en todo el mundo y es el que más muertes causa. Por décadas, se lo ligó casi exclusivamente al hábito de fumar. Sin embargo, este estudio demuestra que el tabaquismo pierde peso entre las causas de la enfermedad (aunque sigue siendo el factor de riesgo más importante). 

De manera que el cáncer de pulmón entre personas no fumadoras es ya la quinta causa de muerte por cáncer en todo el mundo, según datos de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés). A su vez, es el que está muy asociado a respirar aire contaminado por partículas en suspensión (PM, por sus siglas en inglés).

Aire contaminado y cáncer, ¿cuál es la relación?

La conexión entre cáncer de pulmón y la contaminación está comprobada -y es conocida- desde hace mucho tiempo. En este sentido, el estudio citado indica que la polución atmosférica explicaría tanto el predominio emergente del adenocarcinoma como su prevalencia entre las personas que nunca han fumado.

Ali Can, de 55 años, que vive en Çan (Çanakkale), dice que la población de 800 habitantes de su pueblo se ha reducido a 80 debido a las centrales térmicas de carbón y a los problemas de salud. Y añade: “¡Nos han dejado aquí para que muramos!”.
Activistas en Hong Kong en protesta por la calidad del aire de la ciudad.
Activistas y sociedad civil piden al gobierno tailandés que tome medidas urgentes para combatir los niveles de PM2.5 en el aire de Tailandia.

Lo cierto es que en un mundo donde respirar aire puro es la excepción y no la norma (en 2024 el informe de IQAir, la organización suiza que monitorea el tema determinó que sólo 7 países de todo el mundo respiran aire seguro) es esperable que los casos continúen creciendo. 

Los contaminantes más habituales son el dióxido de nitrógeno, el ozono troposférico y las partículas en suspensión, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De los cuales las partículas más pequeñas son las que penetran en los pulmones y pasan al torrente sanguíneo, provocando daños cardiovasculares, cerebrovasculares y respiratorios. 

Cuidar el aire que respiramos es cuidar nuestra salud

Las causas de tener tan mala calidad de aire para respirar son muchas: la quema de combustibles fósiles para el transporte, la energía y la producción; la deforestación, el desmonte y los incendios, incluso de la falta de conservación y cuidado del arbolado urbano -algo muchas veces subestimado-.

Los activistas exigen al Grupo Metsä y a la industria forestal finlandesa que adapten sus operaciones a los límites de la naturaleza y el clima.
Sobrevuelo Los Bronces Integrado © Juan Pablo Eijo / Greenpeace
Deforestación en el norte de Argentina.
Contaminación en Bogotá, Colombia.

En definitiva, no podemos estar sanos en un planeta enfermo. Es tiempo de exigir medidas concretas y de largo plazo como el fortalecimiento del transporte público y promoción de su uso por sobre los  vehículos particulares, la transición definitiva a fuentes de energía renovables, controlar los procesos de las actividades industriales y fortalecer el acceso a tecnologías limpias, etc.

La calidad del aire de la cual depende la salud de poblaciones enteras es un debate urgente que debemos darnos como sociedad. Sólo así podremos un día respirar tranquilos.

Mejor sin plásticos

El plástico sigue siendo una amenaza para la biodiversidad y la salud pública. . Si no se controla, la producción de plástico podría triplicarse para 2050.

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