Ambientalistas celebran que el 85% de la industria de krill con operaciones en la Antártida se comprometió a dejar de pescar en el Océano Antártico para reducir el impacto sobre la biodiversidad en la zona. Además, se comprometieron a apoyar la creación del Santuario Marino del Mar de Weddell, por lo que esta industria no se interpondrá el próximo octubre en la reunión de la Comisión de Océanos Antárticos, donde se decidirá sobre el área protegida.
Dejar de pescar en las áreas alrededor de la Península Antártica protegerá a los pingüinos, focas, ballenas y otras especies marinas que viven en la zona.
El compromiso además creará áreas de amortiguamiento alrededor de los ecosistemas frágiles, con radios de protección de hasta 40 kilómetros alrededor de las colonias de pingüinos. Asimismo, apoyará los procesos científicos y políticos para la creación de una red de Santuarios Marinos en la Antártida.
Según Estefanía González, coordinadora de la campaña de Greenpeace por la protección del Océano Antártico, “el apoyo de la Asociación de Empresas de Recolección de Krill (ARK) (1) para la creación de una red de áreas marinas protegidas (AMP), es un paso realmente visionario que debería ser seguido por más grupos de pesca comercial en esa región y en todo el mundo.”
La noticia sobre el apoyo de la ARK llega luego de varios meses de campaña de Greenpeace y 1,7 millones de personas que apoyaron la iniciativa. El compromiso fue anunciado en Cambridge, Reino Unido, durante el evento Antártico 360° al cual asistió el ganador del Oscar Javier Bardem, quien se unió a la expedición de Greenpeace a la Antártida en enero de 2018.
“La cooperación entre científicos, gobiernos, industria y grupos de conservación es la apuesta más segura para proteger el 30% del océano que los científicos dicen que es necesario para mantener la salud mundial de los océanos. Esperamos ver en octubre al Mar de Weddell declarado Parque Marino y a las aguas de la Antártida Oriental y la Península Antártica en áreas marinas protegidas. Los gobiernos deberían seguir el liderazgo de la industria y apoyar la protección de esta región“, concluyó González.Notas.
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La Asociación de Empresas de Recolección de Krill Responsable (ARK) se estableció en 2012 para facilitar una contribución de la industria a la recolección de krill ecológicamente sostenible. Sus miembros actuales son de Chile, China, Corea y Noruega. La Asociación coordina y coopera con la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) en la provisión de investigación e información sobre el krill y la pesca de krill y su impacto en el ecosistema, con el objetivo de contribuir al trabajo de la CCRVMA en la gestión de la pesca de krill de manera sostenible.