Greenpeace nace en 1971, cuando un pequeño grupo de personas defensoras del medio ambiente zarpó desde Vancouver, Canadá, en un viejo barco pesquero hacia Amchitka, una pequeña isla volcánica frente al oeste de Alaska, para protestar contra las pruebas nucleares del ejército estadounidense. Originalmente, el barco se llamó Phyllis Cormack, pero luego lo rebautizaron Greenpeace, ya que unía dos grandes temas, la supervivencia de nuestro medio ambiente y la paz del mundo.

Desde sus protestas en el mar, frenando la caza de ballenas, poniendo fin a pruebas nucleares y al vertido de residuos tóxicos alrededor del mundo, protegiendo el Ártico de la actividad petrolera y luchando contra la deforestación y los incendios forestales, Greenpeace lleva más de 50 años trabajando en la protección del ambiente y en detener el avance de múltiples amenazas hacia la naturaleza, atribuidas a la actividad del hombre. 

La composición del músico italiano Ludovico Einaudi, Elegy for the Arctic, se inspiró en ocho millones de voces de todo el mundo que piden la protección del Ártico.  © Pedro Armestre / Greenpeace

Los comienzos de Greenpeace datan de 1971, cuando un equipo de personas defensoras del medio ambiente zarpó desde Vancouver, Canadá, en un viejo barco pesquero hacia Amchitka, una pequeña isla volcánica frente al oeste de Alaska, para protestar contra las pruebas nucleares subterráneas que el ejército estadounidense realizaba alí. Originalmente, el barco se llamó Phyllis Cormack, pero luego lo rebautizaron como Greenpeace ya que unía dos grandes temas, la supervivencia de nuestro medio ambiente y la paz del mundo. 

La tripulación de Rainbow Warrior asiste a adultos y niños isleños de la zona de Rongelap a Mejato, que han sufrido lluvia radiactiva como consecuencia de pruebas nucleares estadounidenses. © Greenpeace / Fernando Pereira
El barco MY Esperanza de Greenpeace y sus inflables, intentan obstaculizar el disparo y eventual traslado de una ballena Minke por el barco receptor Yushin Maru 2.  © Greenpeace / Kate Davison
Activista trepa por la cadena del ancla del petrolero Gran Couva y cuelga una pancarta que dice No más bosques turberas para aceite de palma. El barco de Greenpeace MV Esperanza ocupó el petrolero durante 24 horas y pintó en su proa Forest Crime. © Greenpeace / John Novis

Durante 54 años la organización ha realizado incontables campañas junto a aliados, destacando entre ellas el fin a las pruebas nucleares y vertido de residuos tóxicos en el mar, la protección de la Antártida estableciendo una base en ese continente, la denuncia e intervención a la industria ballenera, la investigación a grandes empresas contaminantes y la compañía a nivel global, de distintas comunidades, pueblos indígenas, sindicatos y aliados de todo el mundo en la lucha por garantizar un futuro justo, ecológico y pacífico. 

Greenpeace en Colombia

© Nathalia Angarita / Greenpeace

El punto de partida de Greenpeace en Colombia fue en septiembre de 2009. Ese mismo año, con motivo de la COP15 que se celebró en la ciudad de Copenhague, Dinamarca, la organización trabajó en una campaña sobre la crisis climática. Por otro lado, lideró junto a organizaciones aliadas y diversas comunidades, a los páramos colombianos como símbolo de la lucha para frenar la crisis del clima.

En el 2016 la Corporación Autónoma Regional de Boyacá, Corpoboyacá, máxima autoridad ambiental del departamento, inhabilitó una de las minas de carbón de la multinacional minera Hunza Coal. En el 2019, un fallo del Consejo de Estado, máximo tribunal de lo contencioso administrativo, prohibió la actividad minera en el Páramo de Pisba.

Asimismo, en los últimos años Greenpeace Colombia, también trabajó activamente por la  prohibición del asbesto, logrando junto a diversos aliados que en 2019 la Cámara de Representantes aprobara por unanimidad el proyecto de ley Ana Cecilia Niño que prohíbe producir, usar, comercializar y exportar asbesto en Colombia. 

Además, a partir del 2018 se puso a la cabeza campañas contra la contaminación de plásticos de un solo uso y sobre la Emergencia Climática, buscando un cambio de paradigma social para contar con ciudades más resilientes y sustentables que contemplen más áreas verdes, un sistema alimentario más justo, local y limpio y una movilidad limpia. 

Según Greenpeace, en la actualidad los gobiernos del mundo hoy más que nunca deben escuchar a la ciencia y acelerar medidas contra la crisis climática.

© Alberto Gonzalez / Greenpeace

Nada hubiera sido posible sin el apoyo que nos dieron desde nuestros inicios tanto quienes han formado parte de la trayectoria de la organización como, en especial, nuestros voluntarios y voluntariasnuestros socios y socias, que nos permiten ser independientes de empresas y partidos políticos y las personas que dan su apoyo firmando nuestras peticiones