Un objeto cuyo material permite ser reutilizado para la elaboración de otro es reciclable, ya que tiene el potencial de ser reutilizado; en contraste, un objeto que se produjo con la materia prima de otro que ya se usó, es un producto reciclado.
Un ejemplo: el vidrio es un material reciclable que puede ser reutilizado para la fabricación de otro objeto, como envases o contenedores, pero mientras no se le reutilice, es un material reciclable y no reciclado.
Por el contrario, las prendas de ropa que se elaboran con fibras de plástico proveniente de lo que fue una botella de refresco son productos reciclados, pues son piezas textiles elaboradas con materiales plásticos de reuso.
Otro ejemplo: una hoja de papel está elaborada con material reciclable. Si, después de rayarla, reusamos esa hoja para mezclarla con otras y elaborar con ellas un cartón, entonces ese cartón es reciclado.
El símbolo de reciclaje que traen algunos productos indica que están hechos con materiales que pueden ser reutilizados, pero este signo no indica que el producto ya fue reciclado. La diferencia entre reciclable y reciclado parece simple pero en el fondo es clave para entender la función que juegan las industrias en la contaminación plástica.
¿Por qué es importante saber esto?
En México se producen 9 mil millones de botellas plásticas anuales, todas ellas potencialmente reciclables, pero nuestro país sólo recicla solo el 6.1% de todo ese plástico que se produce. ¡Firma para cambiar esto y exigir un México libre de contaminación por plásticos!
Esto quiere decir que al final del día, no todos los materiales elaborados con materiales reciclables son aprovechados para darles una segunda vida. Esto es clave para enteder el problema de contaminación plástica en el país y el mundo, ya que estos plásticos siguen siendo de un “solo uso” si se tiran después de que se les usó una vez.
Si no se reciclan, esos plásticos reciclables van a parar a los basureros, como si fueran materiales de un sólo uso. En México hay entre 0.01 a 0.25 millones de toneladas métricas de plástico por cada km2 que hay en el mar. Esto equivale a volcar en los mantos acuífero un camión repleto de basura cada minuto.
Sabemos que más del 90% de los desechos de plástico producidos no se han reciclado, por eso los plásticos de un solo uso siempre serán desechables, independientemente de si una empresa puede reciclar un porcentaje de ellos.
Un liderazgo real por parte de las corporaciones significaría reducir los plásticos desechables que producen y venden. Mientras generan estas alternativas, los congresos locales y, principalmente, el federal tienen la responsabilidad de poner un alto a las empresas a través de reformar por ejemplo la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR) para prohibir la fabricación y distribución de plásticos de un sólo uso.
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