Desde hace meses, la voz de la ciudadanía de Cozumel no ha dejado de resonar: ¡No al cuarto muelle! Con manifestaciones en tierra, en el mar y bajo el agua, las y los habitantes de esta isla han levantado la voz para frenar un proyecto que amenaza con destruir lo poco que queda de su costa libre y de sus ecosistemas. Un proyecto impulsado en beneficio de un puñado de intereses privados, que representa la continuidad de un modelo turístico masivo y depredador que devora la naturaleza y excluye a la población local.

Desde la campaña México al grito de ¡Selva!, decimos claramente: Cozumel no necesita otro muelle para cruceros. Lo que Cozumel necesita es justicia ambiental y respeto para quienes viven, cuidan y aman ese territorio. El cuarto muelle no solo pone en peligro uno de los arrecifes más importantes del Caribe mexicano, Villa Blanca; también implica la pérdida de la última playa pública de la zona, un lugar simbólico donde la comunidad aún puede encontrarse con el mar y con su memoria colectiva.
Las alertas están sobre la mesa: el proyecto fue aprobado sin un análisis serio de impacto social y urbano; sin una consulta real a la población, pese a que afectará su acceso al mar, sus recursos naturales y su calidad de vida. El agua potable, que ya es escasa, podría verse aún más comprometida ante la operación de megacruceros y la falta de un sistema de tratamiento suficiente. Por si esto fuera poco, desde hace más de tres años, la Semarnat otorgó una autorización de impacto ambiental, dejando a un lado las más de doscientas opiniones y alertas que la ciudadanía emitió.

El cuarto muelle es el rostro más reciente de un modelo que hemos denunciado en la Península de Yucatán: un modelo basado en el turismo de masas, la especulación inmobiliaria y la destrucción de los ecosistemas para el beneficio de unos cuantos. Es el mismo modelo que amenaza a la Selva Maya con la proliferación indiscriminada de bancos de material pétreo conocidos como sascaberas, así como con megaproyectos y desarrollos sin control. Hoy más que nunca necesitamos repensar el tipo de desarrollo que queremos para estas regiones, y hacerlo de la mano de quienes las habitan y las defienden.
Gracias a la movilización y a la presión ciudadana, la Semarnat ya está revisando la autorización que otorgó a la empresa Muelles del Caribe, S.A. de C.V., la cual pretende construir el cuarto muelle en la isla de Cozumel.

Llamamos a que Semarnat revierta esa autorización que pone en riesgo al arrecife y las playas, y que se abra un espacio de diálogo con la ciudadanía que se ha movilizado, que conoce el territorio y que tiene mucho que aportar.
Suma tu voz y apoya a la lucha ciudadana en Cozumel
Firma nuestra petición y exige a la Semarnat que escuche la voz de la ciudadanía, detenga el cuarto muelle y proteja lo que aún tenemos.
