Cada año aproximadamente ingresan a los océanos 14 millones de toneladas de residuos plásticos, lo cual representa un grave problema si consideramos que se espera que la producción de plástico aumente un 40% en la próxima década y que tan solo alrededor del 10% de los plásticos es reciclado.

De ahí la importancia de exigir a las empresas y gobiernos que se privilegien opciones no desechables y se generen formas alternativas de consumo, en las que se salvaguarde la salud del planeta y de quienes lo habitamos. Por ello, iniciativas como el Julio sin plásticos, que surge en 2011, nos invitan a replantear nuestros hábitos de consumo y el impacto que genera la producción masiva de plásticos de un solo uso.
En Greenpeace creemos que la solución a la contaminación plástica y sus efectos nocivos es la reducción progresiva de su producción y de su comercialización, así como la transición a la reutilización

Por ello, a través de nuestra campaña Océanos Sin Plásticos, buscamos legislar a favor de los océanos mediante una Ley Antiplásticos que prohíba los plásticos de un solo uso en todo el territorio nacional, como son botellas desechables de PET, popotes, bolsas, contenedores de unicel, envases de líquidos de limpieza y de productos de aseo personal, entre otros.
No tenemos mucho tiempo para lograrlo, es por esta razón que les hacemos saber de algunos de los efectos nocivos que implica la utilización y permanencia en el ambiente de este material, con el fin de impulsar, desde la ciudadanía, un cambio que deje atrás la cultura de lo desechable.

Un problema identificado en los residuos plásticos es su degradación y abrasión hasta generar partículas inferiores a 5 mm, conocidas como micro y nanoplásticos, las cuales se vuelven difíciles de gestionar y monitorear.
Este escenario ha llevado a que se encuentren incluso en diversos ambientes y seres vivos, por ejemplo, Iordachescu, et. al. 2024 reportaron que al menos el 10% del contenido en peso de muestras de telarañas se componía por partículas plásticas que se dispersan por el aire.

Por otra parte, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Tasmania (2025) se relacionó la ingesta frecuente de plásticos en aves marinas con daños neurodegenerativos e inflamación crónica, de tal forma que este padecimiento ha recibido el nombre de “plasticosis”.
AlMusallami M. et al., (2024) encontraron que las tortugas juveniles que habitan las costas de Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, están siendo víctimas de la inadecuada intervención humana. Se observó que todas las tortugas vivas (55) expulsaron plásticos en sus heces, y el 85% de cadáveres examinados (47) presentaron plásticos en su tracto gastrointestinal.

Otro problema es que la contaminación plástica genera, entre otras cosas, estrés oxidativo en animales como la Artemia Franciscana; este estrés consiste en cambios en las actividades de las enzimas protectoras de células encargadas de combatir los contaminantes y de producir energía. Couto S. et al., (2025) descubrieron que la exposición de estos crustáceos provocó una tasa de mortalidad del 95%. El daño oxidativo, la incapacidad de desintoxicarse y la interrupción de la producción de energía resultó en el incorrecto funcionamiento de sus sistemas, lo que inevitablemente causó su muerte.
Esto nos demuestra que las enzimas fundamentales para su supervivencia son incapaces de protegerlas de los efectos nocivos del plástico; si la Artemia nos sirve como estudio por su capacidad de adaptarse a diferentes condiciones ambientales, ¿Qué podemos esperar que suceda en otros animales más vulnerables? ¿Por qué otras especies y las personas más vulnerables deben seguir sufriendo los impactos de un modelo económico que solo busca las ganancias de unos cuántos? ¿Dudaremos en hacer un cambio significativo para mejorar esta situación? Estas son algunas de las preguntas que debemos atender para lograr que futuras generaciones y la naturaleza no sigan sufriendo los impactos de problemáticas ambientales surgidas por el modelo dominante de producción y consumo en masa basado en lo desechable, como es la contaminación por plásticos.

No podemos ignorar que Yates, et. al., (2024) descubrieron que el consumo de alimentos ultraprocesados se relaciona con el consumo adicional de microplásticos, lo cual genera una dieta pobre en nutrientes y fomenta el aumento de enfermedades no transmisibles; además, los plásticos empleados para comida rápida representan un riesgo adicional por exposición a microplásticos e incluyen riesgos por uso de químicos como gomas, resinas, tintas, BPA, etc. que interactúan con los alimentos. Por lo que este problema ambiental también genera fuertes consecuencias en la salud de las personas.

Por ello, en este julio sin plásticos es importante tomar conciencia sobre el impacto que tiene el consumo y generación masiva de plásticos, tanto para nuestra salud como para la del planeta, siendo el océano uno de los ecosistemas más afectados por la contaminación plástica.
Desde Greenpeace creemos que el cambio es posible y sabemos que las acciones del presente crean el futuro, generemos ese cambio tan necesario y correcto.
#HazLoCorrecto
Referencias consultadas
- De Jersey, A. M., Lavers, J. L., Bond, A. L., Wilson, R., Zosky, G. R., & Rivers-Auty, J. (2025). Seabirds in crisis: Plastic ingestion induces proteomic signatures of multiorgan failure and neurodegeneration. Science Advances, 11(11). https://doi.org/10.1126/sciadv.ads0834
- Iordachescu, L., Rullander, G., Lykkemark, J., Dalahmeh, S., & Vollertsen, J. (2024). An integrative analysis of microplastics in spider webs and road dust in an urban environment–webbed routes and asphalt Trails. Journal Of Environmental Management, 359, 121064. https://doi.org/10.1016/j.jenvman.2024.121064
- AlMusallami, M., Ali, A. A., Aljaberi S., Das, H., Pavlopoulos, K., Muzaffar, S.B. (2024). Ingestion of marine debris in juvenile sea turtles in Abu Dhabi, United Arab Emirates. Marine Pollution Bulletin, 209, 117029. https://doi.org/10.1016/j.marpolbul.2024.117029
- Couto, S., Rodrigues, S., Patrão, R., Vieira, M., Antunes, S., Pinheiro, C. (2025). Impact of cigarette butts elutriates on Artemia franciscana in a climate change context. Marine Pollution Bulletin, 211, 117345. https://doi.org/10.1016/j.marpolbul.2024.117345
- Yates, J., Kadiyala, S., Deeney, M., Carriedo, A., Gillespie, S., Heindel, J. J., Maffini, M. V., Martin, O., Monteiro, C. A., Scheringer, M., Touvier, M., & Muncke, J. (2024). A toxic relationship: ultra-processed foods & plastics. Globalization And Health, 20(1). https://doi.org/10.1186/s12992-024-01078-0