El informe de la ONU sobre la biodiversidad, que advierte sobre la pérdida masiva de especies debido a los impactos humanos, debe desencadenar medidas urgentes para proteger los bosques y océanos del mundo y llevar a un cambio radical en la agricultura y la producción y el consumo de alimentos.

El informe de evaluación global sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas del Panel Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) advirtió que 1 millón de especies están en peligro de extinción, más que en cualquier otro momento en la historia de la humanidad.

Osos polares en el Ártico © Daniel Beltrá / Greenpeace

Oso polar con su cachorro en el Ártico

Además, agregó que la mayoría de los objetivos mundiales de 2020 para la protección de la naturaleza descritos en el Plan Estratégico para la Biodiversidad (objetivos de biodiversidad de Aichi) no se cumplirán, lo que socavará la mitad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

El activista de los bosques y el clima de Greenpeace Alemania, el Dr. Christoph Thies, dijo:

“Esta es una realidad devastadora. Los gobiernos deben comenzar a poner a las personas y al planeta por delante de los intereses corporativos y la codicia y actuar con la urgencia que exige este informe. Los líderes deben adoptar objetivos sólidos y planes de implementación para proteger la biodiversidad con la participación y el consentimiento de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales en la cumbre mundial de la naturaleza en China el próximo año (COP15). La especulación ha llevado a la naturaleza al borde, poniendo nuestra propia supervivencia en peligro debido a la sobre explotación del mundo natural y al empeoramiento del cambio climático”.

Joven chimpancé en el Congo © Kim Gjerstad / Greenpeace

Un chimpancé hembra colgado de un árbol. El chimpancé está en peligro de extinción por la destrucción de su hábitat.

“Los gobiernos deben comenzar a poner a las personas y al planeta por delante de los intereses corporativos

El informe de IPBES encontró que el 66% del océano está experimentando múltiples presiones humanas y la vida marina está mostrando “impactos severos”. Advierten además, que la riqueza y abundancia de la vida marina está en declive, lo que limita la capacidad del océano para proporcionar seguridad alimentaria y protección contra el cambio climático.

“Nuestros océanos sostienen toda la vida en la Tierra. Sin embargo, la mayor parte de la colaboración internacional se ha centrado en la mejor manera de explotar la vida marina y este precioso entorno compartido. En lugar de saquear los mares para obtener ganancias a corto plazo, los gobiernos deberían poner la equidad y la sostenibilidad en el centro de su enfoque hacia los océanos” dijo Louisa Casson de la campaña para  Proteger los océanos de Greenpeace

 

“Hoy en día, solo el 1% de los mares globales están protegidos y no existe un instrumento legal que permita la creación de santuarios en aguas internacionales.

 

El informe de la IPBES advirtió que los impulsores clave del cambio en la naturaleza, como el cambio en el uso de la tierra, la explotación de organismos, el cambio climático y los niveles de consumo se han acelerado a niveles sin precedentes.

Tiburón ballena en Bahía Cenderawasih. © Paul Hilton / Greenpeace

Tiburón ballena en Parque Nacional de Indonesia

“Cualquier aumento en el espacio agrícola requerido para la alimentación animal para el ganado industrial es un impulsor clave del cambio en el uso de la tierra a través de la deforestación y la destrucción del hábitat. Abordar el consumo de carne y productos lácteos debe convertirse en una prioridad para los responsables de la formulación de políticas, de manera que para 2050 el consumo y la producción de carne se reduzcan globalmente “, mencionó el defensor de la agricultura y la alimentación internacional de Greenpeace Eric Darier.

La ganadería es responsable de la emisión del 14,5% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), superando las emisiones mundiales del tráfico rodado. Entre los gases emitidos se encuentran el CO2, pero especialmente el metano y el óxido nitroso, dos gases de efecto invernadero mucho más potentes que el CO2. Estos gases provienen de las emisiones directas, pero también de las indirectas derivadas de un modelo de agricultura dependiente del petróleo y de los plaguicidas y fertilizantes químicos que sustentan a la ganadería industrial. No podemos frenar el calentamiento global si no cambiamos el modo de producir y consumir carne y otros derivados animales.

Vegetales orgánicos en Hungría © Bence Jardany / Greenpeace

Canasta de vegetales orgánicos en una granja húngara

Con cerca del 75% de la superficie agrícola destinada a la ganadería, tanto en forma de pastos como para producir piensos, no conseguiremos salvar los bosques y frenar la pérdida de biodiversidad a menos que frenemos la expansión de la ganadería industrial. Estamos transformando la Amazonia en filetes baratos: el 80% de la deforestación se atribuye a la actividad ganadera. No podemos permitirnos seguir perdiendo biodiversidad, por eso tenemos que cambiar el modo de producir y consumir carne.

Necesitamos un Tratado Global de los Océanos para proteger al menos el 30% de nuestros océanos globales para 2030 y acciones claras para hacer cambios en nuestro consumo y alimentación. Esta es una oportunidad única para que los gobiernos trabajen juntos para salvaguardar la vida, garantizar la seguridad alimentaria de millones de personas y crear océanos saludables que sean nuestro mejor aliado contra un clima cambiante.