En meses recientes, hemos escuchado mucha información acerca del sargazo, un tipo de alga marina que llega a las playas caribeñas periódicamente.
La mayoría de la información señala que el sargazo es ya el mayor problema ambiental en México, una especie de epidemia de alga fuera de control.
En efecto, el Caribe mexicano enfrenta un grave problema ambiental. Esta especie de macroalga parda ha afectado los ecosistemas costeros, causando la muerte de especies marinas como tortugas y peces.
También ha traído afectaciones económicas a través de su impacto en las actividades turísticas de la región y representa una amenaza para la salud humana, debido, entre otros factores, a su descomposición en las playas y a su alto contenido de arsénico y metales pesados.
Sin embargo, el sargazo en sí mismo no es el problema; de hecho, si esta macroalga fuera protegida por nuestros gobiernos, entenderíamos mejor sus beneficios e incluso, en algunos casos, hasta podríamos aprovecharlos. ¡Firma la petición!
Estos son algunos de los beneficios del sargazo:
-Es el hogar y la protección de otros seres vivos
El mar de los sargazos (una región del océano ubicada en el Atlántico) es un ecosistema que alberga a peces, camarones, cangrejos, tortugas e incluso seres que no habitan en otro lugar del planeta; y el movimiento del sargazo es importante para la conectividad de estos seres en el sistema marino.
El sargazo en el Atlántico, por ejemplo, funciona como refugio y alimento para miles de tortugas marinas bebés que mientras crecen se protegen en esa alga de sus depredadores.
-Es diversa y funciona como alimento para los animales marinos
Las algas del litoral del estado de Quintana Roo son las más espectaculares en términos de diversidad y abundancia, con 40 especies distintas de macroalgas, de acuerdo con el informe Algas Marinas en el Caribe Mexicano.
Según ese reporte, las cantidades importantes de potasio y fósforo, debidas a la alta diversidad de algas pardas, brindan posibilidad de generar alimento para aves de cautiverio, compostas para abono en el cultivo de hortaliza y posibles usos en la elaboración de alimentos y fármacos.
-Podría ser utilizado como fertilizante
El sargazo es activador del crecimiento de plantas, un buen estimulante de la germinación, un corrector de la acidez y la carencia de minerales. Funciona como un activador de las defensas, facilita una mayor captación de nutrientes, es un activador de microfauna y funciona como hidratante, de acuerdo con la doctora Iris Nava Jiménez, coordinadora de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Quintana Roo, en entrevista para El Universal.
¿Entonces cuál es el problema?
Si el sargazo posee un papel importante en el equilibrio ecológico de nuestros océanos y podría ser aprovechado para otros fines ¿Cómo se convirtió en uno de los problemas ambientales y socioeconómicos más relevantes para México?
La llegada masiva de esta alga a nuestras aguas litorales y playas tiene detrás la acción humana: el incremento en la temperatura de la superficie del océano debido al cambio climático, que favorece su reproducción; los cambios en las corrientes oceánicas por el derretimiento de los polos y glaciares, que inciden en la llegada de más sargazo; las descargas de aguas residuales en los mares; y el uso de agroquímicos en la agricultura, que transportan nutrientes para estos organismos.
Sólo la salvaguarda de los océanos podría revertir un poco el problema, y los gobiernos y las Naciones Unidas podrían tener la solución en sus manos al avanzar en la protección de al menos el 30% de los océanos del mundo mediante el establecimiento de santuarios marinos, bajo el Tratado Global de los Océanos, un acuerdo internacional que se negocia este mes en Nueva York.
La protección del Mar de los sargazos bajo este acuerdo global es un ejemplo de los alcances que puede y debe tener este proceso.
Si te interesa saber más sobre cómo proteger el Mar de los sargazos y los océanos en general, te invitamos a consultar el informe 30X30 Guía para la protección de los océanos, que elaboraron Greenpeace, la Universidad de Oxford y la Universidad de York.
¡Pidamosle a los gobiernos que protejan nuestros océanos!