Los glaciares guardan secretos que la ciencia recién está comenzando a conocer más en profundidad. Aún queda mucho por descubrir sobre las delicadas formas de vida que han sabido adaptarse y prosperar entre sus vastas extensiones de hielo y que, al vivir en zonas muy altas y desafiantes, son difíciles de observar. 

Half Moon Island in the Antarctic. © Paul Hilton / Greenpeace
Isla Media Luna, en las Islas Shetland del Sur, Antártida. Greenpeace documenta la fauna y los paisajes únicos de la Antártida para reforzar la propuesta de crear el área protegida más grande del planeta: un Santuario del Océano Antártico. © Paul Hilton / Greenpeace

Lo cierto es que con la crisis climática que hace que las temperaturas del planeta se eleven provocando que los glaciares se derritan, es probable que muchos organismos desaparezcan antes de que los conozcamos.

A través de un trabajo del diario The Guardian viajamos a esos ecosistemas helados donde el cambio climático ya está transformándolo todo.

Los pequeños y valiosos universos que viven en el hielo está en peligro

Como dice Maurus Bamert, director del centro de educación ambiental Pro Natura Aletsch consultado por The Guardian: “No esperas encontrar un organismo vivo sobre el hielo” y, sin embargo, “existe una rica comunidad biótica amante del hielo y una sorprendente biodiversidad que prospera en este paisaje congelado”.

Es así que, invisibles para el ojo humano, existen mundos que viven en y alrededor del hielo y la nieve. Entre ellos están los colémbolos, o “pulgas de los glaciares”, que sobreviven en la costra de la nieve (solo este año se identificaron cinco nuevas especies en los Alpes europeos). También hay algas, bacterias, hongos y gusanos de hielo, así como arañas y escarabajos que se alimentan de colémbolos.

Una piedra de gota recogida en la isla Brabant, en la Antártida. © Christian Åslund / Greenpeace
Un espécimen de dropstone recolectado durante una inmersión submarina en la bahía de Chiriguano, al sur de la isla Brabante, en el estrecho de Gerlache, Antártida. © Christian Åslund / Greenpeace

Entre estos organismos imperceptibles a simple vista, también están los invertebrados que viven en ríos alimentados por glaciares. Ellos se adhieren a la superficie del hielo y de los ríos, formando comunidades y filtrando el agua. Lee Brown, profesor de ciencias acuáticas en la Universidad de Leeds, que se especializa en su estudio remarca que tienen un rol central en las “redes tróficas” —los nutrientes que fluyen entre organismos dentro de un ecosistema— que conectan hielo, ríos, tierra y océanos. 

Iceberg cerca del glaciar Svea en el Círculo Polar Ártico. © Bianca Vitale / Greenpeace
Iceberg cerca del glaciar Svea (Sveabreen), ubicado en Spitsbergen, la isla más grande del archipiélago de Svalbard, Noruega. © Bianca Vitale / Greenpeace

Lamentablemente, todos estos universos fascinantes, esenciales para la salud del planeta y de las personas, corren el riesgo de desaparecer antes de que lleguemos a conocerlos en profundidad debido a la crisis climática que acelera el retroceso de los glaciares en todo el mundo, llevando a toda la biodiversidad que los habita al borde de la desaparición.

Donde el hielo desaparece, la vida busca acomodarse 

En tanto, en las tierras que ya quedaron expuestas por el retroceso del hielo (llamadas proglaciares) “hay un poderoso esfuerzo combinado de organismos” para crear hábitats nuevos y cada vez más complejos, explica para The Guardian Francesco Ficetola, profesor de ciencias ambientales en la Universidad de Milán y director del proyecto PrioritIce, que estudia los ecosistemas emergentes en estas zonas.

A medida que aumenta la temperatura del planeta, los animales adaptados a entornos fríos se ven forzados a desplazarse hacia zonas más altas de montaña, lo que reduce sus hábitats disponibles y aumenta la presión sobre sus poblaciones. Lo mismo ocurre con especies vegetales que dependen de bajas temperaturas, que también migran hacia mayores altitudes. La vegetación especializada en los bordes de los glaciares se ve amenazada, desplazada por la sucesión de ecosistemas glaciarios a bosques y praderas.

Proyección en el Glaciar Presena (Oeste), Italia. © Greenpeace / Francesco Alesi
Un equipo de Greenpeace Italia y Greenpeace Alemania proyectó el mensaje “escucha mi grito de ayuda” sobre el glaciar de Presena, en los Alpes italianos, para denunciar cómo el cambio climático está contribuyendo a su derretimiento y las consecuencias de la pérdida de una reserva de agua muy importante. © Greenpeace / Francesco Alesi

En definitiva, en las altas cumbres donde los glaciares por siglos se mantuvieron estables, ayudando a regular el clima del planeta y siendo fuente de agua dulce, están ocurriendo muchos reajustes, todos forzados por la crisis climática.

Esto que ocurre muy lejos de la mirada de la mayoría de las personas, tiene un impacto real en nuestras vidas. En palabras de Tom Battin, profesor de ciencias ambientales en el Instituto Federal Suizo de Tecnología de Lausana: “Las montañas son como islas elevadas con ecosistemas únicos y especies endémicas (es decir, propias de la región). Sin esta biodiversidad que no puedes ver toda esa otra biodiversidad que a la gente le importa podría desaparecer.” 

Además, cada vez que uno de estos gigantes helados desaparece, sus habitantes se ven afectados porque con ellos también se van con ellos culturas, sociedades y ecosistemas enteros.

Glaciares: hielos en peligro

Es importante comprender el rol fundamental que cumplen tanto los glaciares como el ambiente periglaciar en el resguardo de los recursos hídricos, por lo cual ambos necesitan protección.

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