Belém, Brasil– 24 de noviembre de 2025. Lo que empezó con esperanza terminó sin las acciones concretas necesarias para responder a la crisis climática. La COP30, la primera celebrada en plena Amazonía, no logró acordar una hoja de ruta para poner fin a la destrucción de los bosques ni para transicionar fuera de los combustibles fósiles, dos pilares indispensables para mantener vivo el límite de aumento de temperaturas bajo los 1.5°C.

El resultado final tampoco incluyó un Plan Global de Respuesta para cerrar la brecha de ambición climática reflejada en los planes nacionales para el 2035, y se enmarcó en contribuciones voluntarias de países ricos en materia de financiamiento para apoyar a los países en desarrollo frente a los impactos crecientes de la crisis. Sin embargo, esto no es suficiente. 

“Los líderes políticos no estuvieron a la altura de lo que se esperaba para una Cumbre Climática en la Amazonía, ya que no han acordado ningún plan concreto para detener y revertir la deforestación para 2030, ni cómo se eliminarán gradualmente los combustibles fósiles. Tampoco se ha dado ningún paso significativo en la financiación climática para adaptación y mitigación” aseguró Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Andino.

Fuera de las salas de negociación, la COP30 estuvo marcada por la movilización social más grande que haya recibido una COP en la Amazonía: más de 50.000 personas marcharon en Belém exigiendo acciones reales para proteger los bosques, reducir las emisiones y enfrentar la crisis climática. Los pueblos indígenas, cuyo rol es fundamental para la protección de los ecosistemas, tuvieron una participación histórica que contribuyó al avance en la demarcación de catorce territorios en Brasil, cuatro de ellos en su etapa final, asegurando más de 2.4 millones de hectáreas para pueblos originarios.

“A pesar de la decepción, decenas de miles de personas protestando y proponiendo soluciones en las calles demostraron que la esperanza vive fuera de las salas de negociación. Las comunidades indígenas siguen resistiendo en sus territorios y levantando su voz por el planeta”, dijo Giardini. 

La llamada “COP de la implementación y de la verdad” terminó dejando resultados débiles  y voluntarios como la “Belém misión 1.5” y postergando decisiones clave para proteger los bosques, avanzar en la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y garantizar financiamiento real.