La cantidad de desechos plásticos que genera la humanidad está fuera de control desde  hace mucho tiempo. El reciclado, como única herramienta posible, demostró ser insuficiente por sí solo: apenas se recicla 6% a nivel mundial.

Frente a esta realidad insoslayable parece ser que la única respuesta de los países desarrollados es barrer la basura debajo de la alfombra. Es decir que en vez de tomar medidas de fondo para tratar sus residuos, prefieren exportarlos a América Latina y usar a nuestro continente como basurero. 

Un reciente estudio realizado por OjoPúblico reveló que México, Ecuador, Perú, Chile y Colombia ingresaron 1.06 millones de toneladas de este tipo de residuos en la última década. Las “importaciones” provenían de casi todo el mundo. 

Para tener dimensión de la enorme cantidad de desechos plásticos recibidos entre 2012 y 2022 basta decir que llegó a ser el equivalente a 118 veces el peso de la Torre Eiffel. El informe también encontró que fueron empresas de Estados Unidos las que más basura plástica enviaron. 

Se trata de un negocio que mueve millones de dólares y que se realiza alegando que la basura plástica se vende para ser reciclada y convertirse en materia prima para productos de menor calidad o textiles. 

Sin embargo, esto rara vez ocurre. En cambio, los descartes terminan sumándose a los vertederos donde se juntan con los 225 millones de toneladas de desechos que generan estos países al año.

El negocio que contamina, en números  

Según los datos publicados en el estudio realizado por OjoPúblico, entre los 5 países estudiados este es el orden de mayor a menor recepción de basura plástica en el período 2012-2022:

  • México importó 1 millón de toneladas 
  • Perú, 62 mil toneladas 
  • Chile, 50 mil toneladas (con tendencia a la baja desde 2019).
  • Colombia, 45.4 mil toneladas
  • Ecuador,  21 mil toneladas

El nivel de residuos de este tipo aumentó en toda América Latina desde 2018, cuando China decidió dejar de importar este tipo de basura. De entonces a la fecha, esta parte del continente ha recibido 53 millones de toneladas de estos productos.

En 2021, 12 millones de toneladas de plástico comprado por Latinoamérica provinieron sólo de Estados Unidos.

Estos números pueden parecer algo abstracto pero debemos imaginarlos como una gran montaña de productos hechos de PET, PVC o polietileno, jeringas usadas, carcasas de televisores o computadoras, desechos de uso automotriz, envases que contenían materiales tóxicos. Una montaña tan extensa que cuesta divisar dónde termina. 

Es tiempo de que empresas y gobiernos se responsabilicen por el impacto que la basura plástica genera y que entiendan que enviar la basura fronteras afuera no soluciona nada.